“Espero justicia, pero no solo para mi hijo. Espero justicia para las personas que han fallecido por hambre, por falta de medicamentos o porque no hay insumos en los hospitales”, manifestó Yenni Ortiz, madre del preso político Jorman Ortiz.

El joven fue detenido el 23 de mayo de 2018, cuando se dirigía, en compañía de Hebert Ramírez, a una concentración en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes. En esta oportunidad, los jóvenes pertenecientes a la resistencia iban a protestar en rechazo a las elecciones presidenciales celebradas dos días antes.

La manera tan arbitraria en que los detuvieron llevó a presumir que se trataba de un secuestro: hombres vestidos de negro los abordaron en pleno bulevar de Sabana Grande y los subieron en un vehículo sin placas.

Luego de una semana de desasosiego, familiares de Ortiz y de Ramírez recibieron información de que se encontraban en el Helicoide, sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional.

En la sede de la policía política, sin embargo, negaron que se encontraran allí y solo permitieron las visitas tres meses después de la aprehensión.

 

“Algo catastrófico”

Antes de pasar al Helicoide, ambos jóvenes fueron torturados, recibieron tratos crueles e inhumanos en la sede del Sebin de Plaza Venezuela, con la intención de que “inculparan a personas que no conocían”, relató Ortiz.

“A Jorman le colocaron bolsas en la cabeza para asfixiarlo y corriente en varias partes del cuerpo, como la lengua, las tetillas y las costillas. Aparte de eso, con un palo de golf le dieron por las piernas”, contó su madre.

A causa de estas torturas, agregó, el joven de 24 años de edad estuvo orinando sangre durante 15 días.

“Su aprehensión, torturas y los tres meses sin verlo fueron algo catastrófico”, afirmó.

A pesar de que Jorman omitió mayores detalles para no hacerla sentir mal, continuó: “No ha sido fácil saber que mi hijo ha sido víctima del régimen”.

“Nada más de imaginarme esas torturas me duele, pero me he acostumbrado a sobrevivir con ese dolor. Cada vez que lo voy a ver trato de hacerme la fuerte, la que no siento y no padezco para que él esté más tranquilo”, indicó.

 

Las irregularidades del caso

Para Ortiz, la mayor irregularidad en el caso de su hijo ha sido la violación del debido proceso, específicamente del artículo 309 del Código Orgánico Procesal Penal, que establece la fecha de la audiencia preliminar entre los 15 y 20 primeros días de detención.

Jorman Ortiz fue presentado ante un tribunal de Caracas junto a su compañero de causa, Hebert Ramírez, la medianoche del 24 de mayo. En la audiencia de presentación le imputaron los delitos de instigación al odio, detentación de artefacto explosivo y agavillamiento.

La audiencia preliminar fue pautada por primera vez con un año, un mes y 16 días de demora, para el 10 de julio de este año. Sin embargo, no se celebró, al igual que la pautada para el 12 de agosto.

“Fueron diferidas porque el fiscal no presentó actuaciones fiscales, por el simple hecho de que no tiene ningún elemento de convicción en su contra. Esto es una violación al derecho demasiado grande, algo que para mí es injusto”, expresó Ortiz.

Ahora la audiencia preliminar está fijada para el 13 de septiembre.

 

“Lo primero es Jorman”

La vida de la madre de Jorman dio un vuelco de 180 grados. Desde que su hijo fue detenido se ha tenido que adaptar a nuevos lineamientos, planificando cada paso que tiene que dar.

“Este proceso ha sido bastante difícil en todos los ámbitos: social, económico, psicológico. Para mí los jueves y domingo -días de visitas- son lo primordial, no hay más nada. Lo primero es Jorman y su visita”, señaló.

Pese a no estar preparada, Ortiz esperó pasar por una situación como esta con su hijo.

“Antes de Jorman ya había varios muchachos amigos de él que pasaron por esto. Yo le decía que se cuidara, que se alejara de eso, que a él también le podía pasar”, manifestó.

Jorman, sin embargo, continuó yendo a las protestas antigubernamentales, pero nunca por dinero ni por seguir a un partido político.

La madre de Ramírez y ella, explicó Ortiz, con permiso de los jóvenes los inscribieron en el movimiento Encuentro Ciudadano, liderado por la diputada Delsa Solórzano.

“Lo hicimos para ver si por lo menos teníamos una ayuda de alguien, que lo mencionaran o dijeran algo de ellos, pero no resultó nada y los deslindamos de ese partido político”, subrayó.

Ambas mujeres se han mantenido en pie de lucha por sus hijos, sin apoyo de la dirigencia opositora ni de organizaciones no gubernamentales.

“El 13 de agosto revocaron a los abogados de una ONG porque no hicieron nada. Ahora, gracias a Dios, no tenemos nada que ver con ninguna ONG”, enfatizó con alivio.

La defensa de Hebert y Jorman está en manos de la abogada pública Valentina Lewis. “Yo confío en Dios y espero que sí haga algo. Incluso muchos de los muchachos que han estado presos los ha sacado la defensa pública”, agregó.

 

“Sueña con hacer política de manera positiva”

Jorman siempre fue un muchacho muy activo, estudioso y trabajador, contó su madre.

Su amor por la labor social comenzó desde muy joven. A los 15 años de edad fungió como director de la Fundación Una Luz para el Futuro, ubicada en el estado Aragua, de donde es oriundo.

Estuvo dos años en este cargo hasta que decidió viajar a Caracas para trabajar y estudiar. “Después empezó con la política y me dijo que eso era lo que le gustaba y lo que quería hacer”, recordó.

En la capital empezó a protestar en contra del régimen de Nicolás Maduro y a llamar a los ciudadanos para que se sumaran a su nueva lucha.

Antes de su detención, estaba estudiando en la Escuela Superior de Artes Escénicas Juana Sujo, realizaba varios cursos de manera simultánea y trabajaba en un restaurante de Catia La Mar.

Actualmente, aseguró Ortiz, su hijo se encuentra bien física, psicológica y emocionalmente. “Es él el que me da ánimos y valentía”, dijo.

El sueño de Jorman, mencionó, es volver a las calles, formar su propio partido político y hacer política de manera positiva.

“Ha madurado, dice que se dejó llevar por la emoción, que no era la manera correcta. Ahora sabe qué va a decir, cómo lo va a decir y cuándo es el momento de callar”, resaltó.

Agregó: “Quiere volver a salir a las calles de una manera pacífica. Si queremos paz realmente, y amor para Venezuela, tenemos que hacer las cosas correctamente, dice ahora”.

 

Un llamado al entendimiento

Ortiz llamó tanto al chavismo como a la oposición al entendimiento, a que se sienten a una mesa de negociación y dejen de lado los intereses individuales.

“Si no trabajan en conjunto, vamos a seguir igual. Mientras ellos están ahí, jalando cada quien para su lado, el pueblo es el que está sufriendo”, precisó.

Mencionó que el lema de su hijo siempre ha sido «Unión, amor y libertad», en vista de que “si no hay unión, no podemos tener amor y sin esos dos elementos, no habrá nunca libertad”.

@ebritop22


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