A tres meses para que culmine el año 2019, parece que el letargo se extendió en la sociedad, que no ha retomado las calles de manera masiva desde hace cuatro meses. Sin embargo, analistas aseguraron que los ciudadanos pueden retomar las manifestaciones de calle antes de 2020, debido a la crítica situación del país y con «un disparador que encienda la energía».

A juicio del sociólogo y profesor universitario, Ender Arenas, más allá de la narrativa esperanzadora de la oposición, la crisis va a empujar a la población a retomar las calles.

«Vivimos una calamidad y la gente realmente está desesperada. Venezuela nunca ha estado tan al borde de un estallido social como ahora», expresó.

Pese a considerar que es difícil despertar la calle nuevamente, Félix Seijas, consultor político y director de la encuestadora Delphos, afirmó que no es imposible.

«Es difícil porque siempre se necesita un disparador. Si ese disparador ocurre podría volver a activarse esa energía, pero mientras no ocurra la energía seguirá en estado latente», explicó.

Un disparador puede ser, continuó, hechos que marque un hito sociopolítico, como la aparición de un nuevo líder o nuevas arremetidas en contra de la Asamblea Nacional.

Los primeros meses

El disparador a principio de año fue Juan Guaidó, quién con su juramentación como presidente del Parlamento y como presidente encargado, logró despertar la efervescencia de la población en las calles y canalizar la energía que se encontraba escondida, coincidieron los analistas.

Una de las concentraciones más grandes registradas este año, fue la del 23 de enero, cuando miles de ciudadanos salieron en todo el territorio nacional, para apoyar la juramentación de Guaidó como presidente interino.

Desde esa fecha, hasta el 23 de febrero, se fueron presentando una serie de manifestaciones de igual envengadura, todas orientadas a exigir el ingreso de la ayuda humanitaria. Sin embargo, esta no logró ingresar, causando una sensación de desazón en los venezolanos.

La oposición, encabezada por Guaidó y con una ruta clara: el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres, logró remontar nuevamente la esperanza con el inicio de la Operación Libertad, movimiento de organización anunciado el 16 de marzo.

«Hoy iniciamos una etapa nueva de organización, vamos a visitar todos los estados posibles, vamos a organizarnos muy bien en la Operación Libertad, por el cese definitivo de la usurpación», dijo en esa oportunidad el mandatario interino.

«Los primeros meses fueron de una recuperación de la política, de una repolitización de sectores que antes había sido politizado con la voz del chavismo. La oposición logró recuperar buena parte del sentimiento y del sentir del venezolano», indicó Arenas.

Seijas indicó que en esa oportunidad, la energía de la población se encauza y empieza a manifestarte, debido a la posibilidad de cambio político que lleve a un cambio económico, que se creó.

«Al haber esta esperanza, esta expectativa, la gente vuelve a asumir el riesgo que corre al salir a manifestar y que el régimen a través de los años nos lo ha hecho saber», señaló.

Además, de todo el esfuerzo físico y desgaste que implica una movilización.

Después del 30 de abril

El 30 de abril los venezolanos amanecieron con el anuncio de la «fase definitiva de la Operación Libertad», en medio de un alzamiento militar que no logró deponer a Nicolás Maduro.

A raíz de esos hecho, el Tribunal Supremo de Justicia, con apoyo de la asamblea nacional constituyente, allanó la inmunidad de más de 15 diputados, incluído Guaidó. También encarceló al primer vicepresidente de la AN, Edgar Zambrano, liberado bajo medidas cautelares hace quince días.

«El 30 de abril fue un momento de un gran golpe anímico. La gente se despertó pensando que estábamos ya a las puertas de un cambio definitivo y, sin embargo, ya a las 10:00 am resultó que no era lo que se esperaba», precisó el sociólogo.

Esta situación, afirmó, hizo que las manifestaciones de calle decayeran y que el poder de convocatoria de Guaidó mermara. «Es natural que no hayan vuelvo a convocar a manifestaciones como la de los primeros meses. La calle termina comiéndose a la masa abierta, la gente termina por cansarse cuando realmente no ve una salida fácil», subrayó.

Seijas alegó que debido al fracaso de «una apuesta que era bastante alta», después del 30 de abril la gente empieza a percibir «que el rival es muy grande y esta organización no tiene la fuerza para enfrentarlo».

«El poder de convocatoria empieza a bajar porque ya no hay el incentivo de correr el riesgo, de correr con el desgaste que significa las protestas, si yo siento que esto no va a conducir a nada», enfatizó.

En manos de la oposición

Los expertos aseguraron que la oposición puede volver a alcanzar el mismo poder de convocatoria, antes de finalizar el 2019.

Lo primero que tiene que hacer, explicó el analista político, es ubicar a la gente, que actualmente siente que se perdió el rumbo. «Hay un importante grado de confusión y mientras esa sensación persiste, es muy difícil recuperar el poder de convocatoria», alegó.

«Hay que decirle a la gente de dónde venimos, dónde estamos y qué camino se va a transitar. Y si no se presenta un disparador, tiene que crearse para que vuelva a encenderse la energía», señaló.

Arenas mencionó que actualmente la oposición tiene una nueva realidad que ofrecerle a los ciudadanos para que retomen las calles. «Tiene un nuevo orden social y político, tiene recursos que servirán de base para la reconstrucción del país y un liderazgo, solo que este tiene que entender, que fragmentado no puede volver a conectarse en sentido y sentimiento con la gente», detalló.

«Si no hay movilización interna, de la gente que entienda, que la única manera de salir de esta pesadilla es la unidad nacional, no vamos a poder salir de esta situación», enfatizó.


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