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Foto: Rose Mannuzza

La unidad de diálisis del hospital Doctor Domingo Luciani de El Llanito rebasó su capacidad. Día a día, las 15 personas con insuficiencia renal que reciben tratamiento fijo en este recinto de salud, sortean un sinfín de dificultades.

Médicos, enfermeras y todo el personal trata de garantizar la vida y la salud de los ciudadanos que dependen del procedimiento de diálisis, con el que se trata la insuficiencia renal terminal. Este procedimiento elimina los residuos de la sangre cuando los riñones ya no pueden hacer su trabajo.

La capacidad para atender a los pacientes se ha reducido, debido a las averías de las máquinas, por falta de mantenimiento y por la escasez de insumos, señaló Jesús Borjas, nefrólogo.

Foto: Rose Mannuzza

Fanny Patricia Cuello, paciente lúpica en esta unidad desde hace tres meses, contó que el trato de los médicos y enfermera es muy bueno. «A pesar que no se cuenta con el personal completo, los que están realizan su trabajo de la mejor forma posible”, afirmó.

Mencionó además que las máquinas que prestan el servicio no son suficientes para la cantidad de pacientes: “En algunas ocasiones llegó aquí a las 5:30 am y son las 6:00 pm y no he salido. Sin mencionar que  a veces no me puedo realizar mi diálisis, porque llegan muchas emergencias de otros hospitales y a nosotros nos  dejan para después».

Agregó: “Por lo lejos que vivimos, nos tenemos que ir o quedarnos en las instalaciones del hospital, para que al día siguiente nos puedan atender”.

Anteriormente, en la unidad de diálisis solo se atendían  pacientes directos del hospital y los que estaban asignados a esta sede. Debido a la contingencia, en los demás hospitales de la región central del país, se reciben pacientes de Maracay, Valencia, Puerto Cabello, Cojedes, Sucre y Maturín, lo que provoca el colapso de la unidad.

Borjas indicó, que la cantidad de pacientes atendidos varía. “Todos los días recibimos referidos de los hospitales cercanos, como el Vargas, el Clínico, el Padre Machado, sin mencionar los que vienen de otros estados, donde desconocemos el por qué no están funcionando las unidades cómo se debe”, manifestó.

Las horas de diálisis se han reducido, como consecuencia de la paralización de las máquinas de hemodiálisis, que se encargan de limpiar la sangre del paciente. Las personas deben dializarse tres veces a la semana, en sesiones de cuatro horas por día, pero esas 12 horas comenzaron a disminuir.

Personal

El personal que labora en la unidad de diálisis no se da a basto para la cantidad de pacientes. El deber ser estipula que por cada cinco personas estén tres enfermeras y dos médicos.

La falta de personal se debe a la cantidad de renuncias en el sector salud, por la mala remuneración salarial que reciben los empleados. Muchos han emigrado a otros países.

En un recorrido realizado por El Nacional se constató que en la unidad de diálisis del hospital, es notoria la ausencia de enfermeras y camilleros.

Deterioro

Desde 2014 la crisis se ha agudizado. “Los tratamientos de diálisis varían de acuerdo a lo complicado de la patología. En algunos casos se deben realizar cuatro veces por semana, dependiendo de la capacidad que tenga la unidad», señaló Borjas.

“Esta es una unidad interhospitalaria, donde todo es facilitado por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Sin embargo, hay algunos kits que son necesarios para que el paciente cumpla con su diálisis y ellos mismos tienen que traerlos”, explicó.

La parte del mantenimiento del equipos es realizado por algunas empresas subcontratadas por el IVSS. “Ellos las revisan e informan si se puede reponer o no. Actualmente, contamos con 10 máquinas dañadas, sin respuesta, de poder ser arregladas, por la falta de repuestos”, agregó Borjas.

Foto: Rose Mannuzza
Patologías

La unidad de diálisis atiende diferentes patologías: a pacientes crónicos, que necesitan el tratamiento de por vida, excepto que logren algún trasplante, y otros que están solo por cierto tiempo.

“Hay pacientes que reciben diálisis un mes y superan la crisis, estos quedan en consulta para un chequeo mensual. En el caso de los pacientes crónicos, sí deben tener sus cuatro diálisis semanales, con cuatro horas por sesión, debido a la falla renal que presentan”, explicó Borjas.

Trasplantes 

El último trasplante que se realizó en un hospital público en Venezuela se hizo en 2015.

“Desde ese año no he visto que se realicen trasplantes en hospitales públicos, por la complicación de la logística. Los quirófanos no están aptos. Además, no se cuenta con los tratamientos previos ni inmunológicos adecuados”, recalcó Borjas.

Los medicamentos inmunológicos son administrados a través del IVSS, por medio de planillas que le otorgan a cada paciente.

“Estos son tratamientos de alto costo, que desde hace algún tiempo, los pacientes tienen problemas para encontrarlos, por la falta de existencia en el mercado. Lo que genera que se den rechazos y pierdan su operación”, dijo.

Foto: Rose Mannuzza
Donaciones

La unidad de diálisis no cuenta con ningún convenio con otras organizaciones, para la dotación de insumos.

Algunos pacientes o personas que han culminado su tratamiento, son quienes se acercan y donan lo que les queda, para que pueda ser distribuido en la cantidad de pacientes que están fijos en la unidad.

La Organización Nacional de Trasplante de Venezuela es la que colabora con los pacientes en casos de necesitar un trasplante. Son orientados en los trámites necesarios para obtener el beneficio de la operación.

Historias de vida

María Martínez es una paciente con insuficiencia renal crónica tipo 5. Recibe tratamiento en esta unidad de diálisis desde hace cuatro años. Está a la espera de un trasplante. “En estos momentos la unidad presenta algunas dificultades en cuanto a la falta de insumos y vitaminas que necesitamos los pacientes a la hora de recibir este tratamiento”, señaló.

Martínez explicó lo difícil que se le ha hecho este proceso por la situación que se vive en el país. “Soy madre de seis niños, vivo sola con ellos en Guarenas. No tengo ninguna ayuda, sino solo mi sueldo de maestra incapacitada, debido a que no pude continuar con mi trabajo por la enfermedad”, afirmó.

Martínez viaja desde Guarenas tres veces a la semana a recibir su tratamiento. Esto le genera un gran gasto por los altos costos de los pasajes y hasta en algunas ocasiones ha dormido en la emergencia del hospital, por no tener el dinero para regresar a su casa.

Subrayó el buen trato que dan los médicos, enfermeras y camilleros de la unidad, además del esfuerzo que estos realizan para prestar el mejor servicio en las instalaciones, a pesar de que son pocos los que están activos.

“La deficiencia más fuerte que tenemos en estos momentos es la del laboratorio. Algunos exámenes son muy caros y no contamos con el dinero necesario para poder costearlos. Lo mismo sucede con las transfusiones de sangre. Por esto pedimos ayuda a las instituciones del Estado, para que se aboquen a la solución de esta problemática”, dijo Martínez.

Los pacientes de la unidad de diálisis deben mantener una higiene correcta, por lo que pidió se aboquen a reactivar el aire acondicionado de la sala de espera, que no está funcionando. «Esta situación genera más bacterias e infecciones en los catéter que utilizamos. Por más que se trate de mantener una barrera de higiene es difícil”, manifestó.

Solicitudes

Hannilady Medina, esposa de Víctor Benítez, un paciente, y Milyer Eduardo, hijo de Elia Margarita Eduardo, otra paciente, piden ser reubicados en centros de salud más cercanos a sus residencias. Ellos viajan desde San José de Barlovento y cada día se les hace más cuesta arriba el llegar temprano al hospital para poder ser atendidos a tiempo.

“No contamos con transporte propio y tenemos que agarrar tres carros para poder llegar hasta aquí. Mi mamá tiene 69 años de edad y se encuentra en un estado de salud bastante complicado, para estar en este trajín. Por esto pido a las autoridades competentes, que nos ayuden a ubicarla en un centro más cercano a nuestra localidad, donde pueda recibir su tratamiento más tranquila”, dijo Eduardo.

Anteriormente, estas personas contaban con una ambulancia, que les prestaba el servicio para trasladar al paciente. Pero por falta de mantenimiento y repuestos, les fue suspendido. Solicitan que activen nuevamente la unidad de diálisis de San José de Barlovento.


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