Un grupo de hombres vestidos de negro llegó disparando a las 7:00 pm al negocio de Dani Tomedes, ubicado en Ikabarú, Sector Pemón N°7 del municipio Gran Sabana del estado Bolívar, donde viven personas indígenas y no indígenas.
“Eso fue donde Tomedes. Ahí estaba el grupo de gente. Empezamos a escuchar los tiros, el desespero y la gente corriendo”, dijo uno de los testigos del hecho a Provea.
En la escena, resultaron muertas ocho personas, entre ellas, un joven, aún por identificar, que entró a la iglesia del pueblo con un balazo en la cabeza.
“Irrumpieron, llegaron ahí de repente en todo el frente del negocio de Dani Tomedes, y empezaron a disparar”, contó otro de los entrevistados.
Quienes pudieron, corrieron hasta la iglesia para refugiarse, tal como un joven que llegó corriendo y casi muerto por el susto al ver a los hombres de negro disparando al azar.
“¡Ay, Dios mío, dejé las cholas, me vine descalzo! ¡Llegó el gobierno! Un poco de gente negrita, vestidos de negro, disparando, echando plomo”, dijo el muchacho al llegar al templo.
El grupo armado, que estaría en busca de un hombre de nombre Cristóbal, jefe de la mina La Caraota, recorrió todo el sector, incluso las viviendas.
“Esa gente pasó por aquí al frente de la casa, y pasó hablando: ‘mira, llegó fulanito, los sindicatos’. Después de eso, ellos anduvieron por todas esas casas. Se metieron para todos los lugares buscando, pero no se sabe si es eso, pero sí mataron”, relató otro testimonio en la escena.
Provea denunció que días antes de la masacre, la comunidad fue advertida sobre el ataque y la GNB estaba al tanto de la situación, sin embargo, no hizo nada para proteger al pueblo.
“Lo que ocurrió ayer en Ikabarú es una práctica frecuente en los espacios con territorios con mineras. Grupos delictivos denominados ‘sindicatos’ se apoderan mediante la violencia para luego implantar un sistema de explotación en la zona con connivencia estatal. Luego, con la excusa de control, toma las zonas para ‘explotación controlada’”, señaló la ONG en su informe preliminar.