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Guardia Nacional Bolivariano dispara a manifestantes. Foto: Archivo.

El Juzgado Segundo en funciones de Juicio de la Circunscripción Judicial Penal de Miranda con sede en Los Teques declaró inocente a un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana acusado de torturar y aplicar tratos crueles contra el estudiante Moisés Guánchez durante las protestas antigubernamentales que se registraron en el país en 2014.

El Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH-UCAB), informó este lunes en Twitter que el tribunal decretó la libertad plena al funcionario.

“Esta decisión acentúa la impunidad en este grave caso, en el que hay una clara evidencia de violaciones a derechos humanos en perjuicio de Moisés Guánchez… Rechazamos que las autoridades venezolanas sigan siendo cómplices de procesos de impunidad”, denunció CDH-UCAB en Twitter.

Recordó además que las violaciones de derechos humanos forman parte de un patrón estatal de impunidad que ha sido denunciado internacionalmente y reconocido en informes de la Misión Internacional Independiente para la Determinación de los Hechos de la ONU.

Operaciones en el brazo, pierna y uno de sus testículos

Guánchez fue herido el 5 de marzo a quemarropa por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, mientras salía de su trabajo en la feria de comida del Centro Comercial La Cascada, en Miranda.

“La GNB tenía como una hora viendo hacia dentro de La Cascada y comenzaron a lanzar bombas lacrimógenos adentro de La Cascada.” dijo en una entrevista ofrecida a CDH-UCAB. Agregó que los funcionarios “forzaron una de las puertas y comienzan a disparar a todas las personas que había aleatoriamente”.

“Intento evadirlos, y comienzan a causarme heridas con perdigón”. El joven trato de escapar, sin embargo un guardia le impidió el paso y le disparó en dirección a su cabeza con perdigones, recibiendo el impacto en el brazo, que había levantado para protegerse el rostro, y cayó al suelo.

“Sigo corriendo porque el guardia me dispara”, recibió una nueva herida que retardo su paso, otro perdigón, pero esta vez en el glúteo izquierdo.

“Me lanzo a la grama para evitar una cuarta moto. Caigo al suelo y allí me alzan los dos guardias que la conducían. Levántese, usted está en calidad de detenido”, le dijo uno de los cinco guardias que lo rodearon.

Si bien Guánchez no ofreció resistencia, dos funcionarios se turnaron para golpearlo con el puño a la altura de las costillas, luego lo llevaron ante el guardia que le había disparado las dos veces anteriores.

“Este me dispara a una distancia de 50 centímetros, a la altura de la vena safena, en la entrepierna. Ahí me montan en una moto y me apuntan a la cabeza con una pistola” amenazándome de que “si me movía me iban a matar”.

“Me dejaron 20 minutos aproximadamente ahí desangrándome”, para posteriormente ser trasladado al hospital Victorino Santaella.

Una vez en el hospital los camilleros intentaron auxiliarlo, pero los guardias les impidieron hacer su trabajo y lo hicieron trotar hasta la emergencia.

“La doctora (Gallardo) ordena que me quiten las esposas, como se rehúsan pide una cizalla para romperlas, y ahí mismo los guardias sacan las llaves y me las quitan”.

Tuvo que recibir tres transfusiones de sangre y someterse a operaciones en el brazo, la pierna y uno de sus testículos.


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