Gasolina, asdrúbal chávez
Federico Parra / AFP

La oposición denunció este miércoles los abusos que comenten los militares de la Guardia Nacional Bolivariana contra los usuarios en las gasolineras, quienes tras hacer horas e incluso días de cola para surtir combustible son desalojados del lugar bajo amenazas o son sobornados para poder permanecer en la fila.

Venezuela enfrentó entre finales de marzo y mayo pasado semanas de una grave escasez de gasolina que mantuvo a miles de conductores en largas filas durante días para abastecerse de gasolina hasta que a finales de mayo llegaron cinco buques con combustible iraní para las estaciones de servicio.

Volvieron las colas por gasolina

Pero en las últimas semanas la escasez amenaza de nuevo y las colas interminables vuelven a ser parte del panorama venezolano, especialmente en las gasolineras que venden combustible subsidiado.

Con la vuelta de las filas de vehículos a la espera de surtir regresaron también los abusos, ya denunciados por numerosos usuarios en marzo y abril, que aseguraban que los funcionarios de la GNB les pedían dinero para poder permanecer a la espera de su turno o los desalojaban del lugar.

Nicolás Maduro aseguró entonces que tomaría medidas al respecto y averiguaría qué funcionarios se estaban lucrando a costa de la necesidad de los venezolanos. Pero los abusos, si bien disminuyeron al reducirse la escasez y no haber largas filas, no desaparecieron.

Ahora, ante el temor a quedarse nuevamente sin gasolina, volvieron las colas y con ellas los abusos de autoridad por parte de los funcionarios que sin explicación alguna amenazan a los usuarios.

La Asamblea Nacional alertó esta misma semana que se están agotando las opciones para que Venezuela pueda abastecerse de gasolina, recurso que ya no produce pese a su amplia capacidad instalada y su materia prima.

Buques incautados

La reciente incautación que hizo Estados Unidos de cuatro buques cargados con gasolina que navegaban hacia Venezuela para abastecer, de nuevo sembró el temor entre los ciudadanos ante la posibilidad de volver a vivir lo ocurrido en marzo y mayo.

El cargamento que llegó en mayo supuso nuevas normas para la distribución del combustible, al incrementar el precio hasta 0,50 dólares por litro, cuando antes de la crisis un solo dólar era suficiente para llenar los depósitos de miles de vehículos.

Además, la obligación de pagar el combustible en divisa en las estaciones de servicio no subvencionadas desarmó a miles de venezolanos sin acceso a dólares.


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