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La multinacional de alimentos Cargill, con base en Estados Unidos, informó este martes que vendió sus activos en Venezuela a un grupo de inversionistas representado por el fondo Phoenix Global Investment y el Grupo Puig, líder en el mercado venezolano, luego de evaluar su portafolio de inversiones.

«Después de una extensa revisión de su portafolio de inversiones y de explorar alternativas para el futuro de su negocio en el país, Cargill acordó la venta de sus operaciones en Venezuela a un grupo de inversionistas internacionales y nacionales», dijo en un comunicado la multinacional que llevaba 34 años operando en el país.

Continuidad en sus operaciones

Según el texto, la venta tomará «varios meses en completarse»; implica sus «plantas de producción de harina de trigo, pastas alimenticias, aceites comestibles, grasas vegetales, sal y alimentación animal».

La multinacional señaló además que busca asegurar la continuidad de las operaciones como empresa alimenticia, el acceso a los productos y el empleo de sus trabajadores.

Cargill se une así a la lista de grandes empresas que cesaron sus operaciones en Venezuela. Entre las que se destacan Kellogg (2018), Goodyear (2018) o Kimberly-Clark (2016).

La principal patronal de Venezuela, Fedecámaras, cifra en más de mil las empresas que cerraron o abandonaron el país en los últimos 20 años. Esto producto de la crisis y los controles del Estado sobre la empresa privada.

Venezuela vive desde hace más de un lustro la peor crisis económica de su historia reciente. En los últimos seis años, esto se ha traducido en hiperinflación y una larga recesión económica.

Según los economistas, la crisis es producto de las medidas de control que aplicó el régimen para las importaciones o la venta de productos y servicios.

Sin embargo, a finales de 2018 el Gobierno de Nicolás Maduro comenzó a flexibilizar los controles sobre la economía venezolana. Los economistas señalan que no han sido suficientes.


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