La historia de una familia venezolana que viajó 3.000 millas para llegar a Estados Unidos
The Newyorker

Una familia venezolana de 14 personas recorrió 4.828,03 kilómetros para lograr su sueño: llegar a Estados Unidos para conseguir las oportunidades que no les son posibles en su país de origen. Los migrantes, entre los que se encontraban una mujer en gestación, abuelos y niños, cruzaron el peligroso tapón del Darién, 6 países y el río Grande en la frontera estadounidense con México.

En el grupo también está Alexis, un exsargento de la Guardia Nacional Bolivariana que respondió en 2019 al llamado de Juan Guaidó de desafiar al gobierno de Nicolás Maduro. Desertó y huyó de Venezuela hacia Colombia, publicó The Newyorker. Su esposa Yenis Andrade lo acompañó y en ese país tuvieron a su primera hija, Diana.

Después de cuatro años, y teniendo Yenis cuatro meses embarazada de su segundo hijo, salieron desde Colombia hacia Panamá a través del Darién. Aunque no estaba claro cuánto tiempo podían permanecer legalmente en Estados Unidos, les importaba poco porque creían en ese país próspero, colorido y lleno de oportunidades.

Para el exsargento, en principio, cruzar el tapón era una locura. Había leído y escuchado las terribles historias de migrantes venezolanos que lo intentaron, pero fallecieron en el camino o sufrieron abusos por parte de grupos irregulares que operan en la selva.

“Piensa en el bebé, piensa en ti”

“Piensa en el bebé, piensa en ti”, le había rogado el ciudadano a su esposa, quien tuvo la iniciativa de comenzar la ruta hacia el norte.

Yenis era consciente de los peligros, pero veía lejos la posibilidad de lograr estabilidad y un futuro próspero en Colombia, donde la pandemia golpeó fuertemente sus finanzas y las deudas se incrementaron. Así, asumieron el riesgo junto con otros 11 familiares.

Vendieron todas sus pertenencias, reunieron 500 dólares, compraron suministros básicos para el viaje, como una carpa, botas de montaña, repelente de insectos e impermeables.

La historia de una familia venezolana que viajó 3.000 millas para llegar a Estados Unidos
Foto: The Newyorker

La mujer contactó a través de TikTok a un contrabandista que aseguraba ofrecer viajes seguros a Estados Unidos. El sujeto les propuso dos rutas diferentes a través del Darién por 200 dólares cada persona.

La familia tomó un autobús en Necoclí, pueblo costero de  Colombia, al extremo sur del Mar Caribe, para comenzar la travesía en embarcaciones que se dirigen a los pies de la selva. Días después de atravesar el terror, llegaron a un campamento para migrantes en Canaán Membrillo, en Panamá, donde el personal de Naciones Unidas los ayudó.

Para las siguientes etapas del viaje, la familia caminó, se movilizó en autobuses, hizo autoestop y también pidió dinero mientras recorría los 4.828,03 km.

El grupo atravesó Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México y muchas personas que les permitieron viajar en sus carros, dormir en sus casas o colaboraron económicamente con ellos. Duró un mes y medio cruzando México, contó Alexis, donde le resultó difícil distinguir a un agente de inmigración de un contrabandista.

En la frontera sur con Estados Unidos se encontraron con muchos migrantes, la mayoría de Venezuela. Entre el miedo, todos pudieron cruzar el río y ya en Texas, Alexis derramó sus primeras lágrimas.

Los funcionarios de la Patrulla Fronteriza estadounidense estaban deteniendo a un gran número de extranjeros y liberándolas mientras procesaban sus casos.

Una ciudad en mente: Nueva York

Los venezolanos estaban sedientos, hambrientos y exhaustos por el calor, pero habían llegado por fin a su destino.

Las autoridades los llevaron a una instalación cercana, donde pasaron tres noches. No contaban con un sitio adonde llegar, pero sí tenían una ciudad en mente: Nueva York.

Después de un día de haber salido de Texas, la familia llegó a Manhattan, junto con otros migrantes, la mayoría venezolanos. Un voluntario llevó a Alexis, Yenis y Diana a un lugar en el Bronx, donde les asignaron un hotel. Luego se mudaron a una posada en Queens Boulevard. El resto de la familia se esparció por la ciudad.

La pareja está decidida a quedarse. Alexis consiguió trabajo como cocinero en un restaurante dominicano en Brooklyn, donde labora en el turno de la noche. Mientras, Yenis pasaba los días junto con su hija en la habitación de hotel.

Con la ayuda de una organización benéfica local, la mujer consiguió un hospital donde pudo dar a luz a su segundo bebé.


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