Celdas Dgcim - militares
Dgcim. Foto: NTN24

En el subsótano de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de la sede de Boleíta, en Caracas, fue construida un área nueva para las celdas de castigo, que denominan La Casa de los Sueños.

La información fue publicada por la periodista Sebastiana Barráez en Infobae. En el reportaje, la comunicadora dijo que la Dgcim debería funcionar solo como centro de reclusión provisional, pues no reúne las condiciones físicas ni legales para mantener a los detenidos como si estuvieran en una cárcel. A pesar de esto, allí han enviado a varios oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

La periodista agrega que en las nuevas celdas de castigo, los detenidos duermen casi en el piso, porque las colchonetas son muy delgadas y las literas son de concreto. Aseguró que están padeciendo de hongos en la piel y escabiosis.

«Los presos ahí resultan afectados por problemas renales, pero (las autoridades) se niegan a que se les atienda por eso», dijo uno de los médicos que ha podido ver solo a unos pocos de los detenidos.

No se les permite ver al oftalmólogo, al odontólogo y mucho menos a especialistas como neurólogos o urólogos. «Ellos deberían ser chequeados de la tensión diariamente», añade el médico.

Entre los detenidos se encuentra el general de brigada Nelson Morales, que está padeciendo de pulmonía. Barráez aseguró que a quienes han presentado problemas hipertensivos se les ha agravado la enfermedad, como ocurre al capitán de Navío Luis Humberto De La Sotta Quiroga, el general de División Pedro Naranjo y al teniente coronel Igber Marín Chaparro.

Carceleros y torturadores

Barráez indicó que hace meses cambiaron a todos los custodios de la Dgcim, excepto a los torturadores, que prefieren mantenerse en sus funciones. Entre los nuevos carceleros llegaron algunos muy jóvenes a quienes les ha resultado atroz lo que sucede allí con los detenidos.

«Esto da miedo. Estoy muy arrepentido de que me haya tocado ese lugar. Y no solo yo, hay varios que dicen lo mismo. Hay gente muy mala, si usted viera cómo tratan a esos presos, sobre todo a los que también son militares y los enviaron al complejo de celdas nuevas. Los pobres familiares pasan horas solicitando información y hay que negársela porque esas son las órdenes», declaró para Infobae un joven que apenas ha superado los 20 años de edad.

El infierno

Un oficial del Ejército compara La Casa de los Sueños con el infierno. «Ahí la gente tiene que volverse loca», dice.

Las celdas están ubicadas en dos niveles. En la planta alta hay 14 celdas y un área de baños con 6 duchas. La planta baja tiene 2 celdas, una oficina y un salón. Todo eso está en el ala oeste del sótano 2 del edificio de la Dgcim en Boleíta Norte, más exactamente donde está el estacionamiento, explica Barráez.

El oficial señala además que existe comunicación directa entre Telesur y la Dgcim. «Esa relación es muy estrecha. Los funcionarios van de un sitio a otro, lo mismo que los de Telesur vienen a la Dgcim. Ese trabajo se hace de manera coordinada».

A los recluidos en la Casa de los Sueños no les permiten ningún tipo de electrodoméstico, tampoco leer ni escribir, porque no hay permiso para libros, libretas ni lápices o lapiceros.

«Algunos de esos detenidos tienen meses sin recibir visitas porque la familia no tiene dinero ni siquiera para el pasaje. Hay gente ahí que jamás ha recibido una visita ni una llamada porque nadie sabe que está ahí”, comenta el ex funcionario de Inteligencia.


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