El régimen de Nicolás Maduro ha agudizado sus métodos a lo largo del tiempo para mantenerse en el poder. Ahora cualquier crítica o protesta contra lo que cualquier ciudadano considere incorrecto se responde con represión, amenazas, cárcel y miedo.
Justificados en la Ley del Odio amedrentan a los servidores públicos, funcionarios, médicos, periodistas e incluso civiles que manifiesten su descontento con situaciones en su comunidad.
A Venezuela le llega la pandemia del coronavirus como un problema más a los existentes. No hay combustible, se pasa hasta 20 horas sin servicio eléctrico, hay poblaciones que durante meses no han recibido agua potable ni gas doméstico, existen graves problemas para adquirir medicamentos, con escasez de efectivo y un deterioro avanzado de la moneda acompañado de una brutal inflación, reseñó Infobae.
«Toda persona que haya llamado por videos a alterar el orden público, a dar muestras de odio y llamar al levantamiento de la población en estos momentos están detenidos e imputados por la Ley del Odio. He ordenado la detención de todos y cada uno de ellos. Ya ustedes no verán esos videos. No los vamos a permitir», dijo Freddy Bernal, designado por el régimen de Maduro como protector del estado Táchira.
Los miembros del régimen han asegurado que les aplicarán todo el peso de la ley y no no habrá clemencia para aquellos que «promuevan conflictos sociales y alteren el orden público».
«Represión, amenazas, cárcel y miedo» parece ser el mantra chavista.
Muchos funcionarios, sobre todo policiales y políticos, envían advertencias para que no se critique al gobierno. «Cada quien es libre de poner lo que quiere, pero resulta que hay una ley que se llama ‘incitación al odio’. Eso es si tú pones: por Maduro están pagando 15 millones, ese m… gobierno», dice un sonido que circula a través de las redes sociales de un supuesto funcionario.
«Un policía, compañero de nosotros, puso algo en forma de chiste, y fue preso», expresa.