Humberto Rojas, candidato a rector de la UCV: Es necesario renovar la universidad para relanzarla y ubicarla en el siglo XXI
Foto Ezequiel Carías

Si nos basamos en el planteamiento de que la ciencia avanza constantemente, a pesar de las dificultades y de los desafíos, es comprensible que el físico Humberto Rojas proponga, como candidato a rector de la Universidad Central de Venezuela (UCV), renovar esta institución para ubicarla en el siglo XXI. La ausencia de ingresos externos, la asfixia presupuestaria y el conflicto político, económico y social han estancado por años el desarrollo y la transformación de la educación así como las investigaciones científicas en el país.

El profesor, egresado en 1989 y con más de 33 años de servicio en la casa de estudio, tiene claro que para alcanzar este objetivo fundamental de su propuesta deben mitigarse los efectos de la grave crisis que atraviesa la comunidad universitaria con la ejecución de proyectos que contemplen una visión humana de la situación académica. Para eso, cree importante conseguir alternativas de financiamiento y no estancarse en la asignación de recursos, con un relanzamiento en el que participen incluso los egresados, muchos de ellos profesores y estudiantes que están en la diáspora.

Rojas es doctor en Física Atómica y Molecular de la Universidad de Manchester, en Reino Unido (1996), formó parte del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la Universidad Central de Venezuela (1983-1985). Tiene 36 publicaciones científicas y ha participado como ponente en más de 100 eventos académicos, coordinó el Centro de Microscopía Electrónica Mitsuo Ogura de la UCV. También forma parte del equipo de baloncesto de profesores de la UCV. Es músico y miembro fundador de la Parranda de la Facultad de Ciencias.

Foto Ezequiel Carías (@yosoliaser_eze)

El investigador espera que las elecciones, que se realizarán el 26 de mayo y en las que se elegirán más de 600 cargos, sirvan de ejemplo y lleven a la realización de comicios en el resto de las universidades autónomas. Pero, más allá, que motiven a los venezolanos para que se active también el mecanismo electoral para enfrentar los procesos de 2024 y 2025. Es un momento ideal, destacó, para generar un cambio y la Universidad Central de Venezuela tiene que ser un faro para ello.

—Propuso su nombre al rectorado de la UCV. ¿Cuáles fueron las razones?

—Las razones tienen que ver con la necesidad de renovar e innovar dentro de la UCV para acometer una serie de cambios que consideramos necesarios para relanzar la universidad y ubicarla en el siglo XXI. Creo que es importante que aquello que hemos recibido de la universidad casi todo, desde la formación universitaria, la oportunidad de tener logros en la vida, debemos retribuirlo asumiendo responsabilidades que permitan crecer y avanzar en esta situación tan crítica en la cual estamos.

—¿Qué propone renovar e innovar la UCV, como lo menciona?

—Nuestra propuesta se centra, primero, en atender a la gente. Es importante humanizar la universidad y considerar el papel que juegan el recurso humano (profesores, profesionales, empleados y obreros) y nuestros estudiantes, egresados y jubilados en el funcionamiento de la universidad y la posibilidad de atender sus necesidades para poder fortalecer la academia. Esto quiere decir que se deben buscar vías para mitigar los efectos de la grave crisis que están atravesando, que tiene que ver con los salarios, con la seguridad social y el fortalecimiento de la carrera académica; además de mejorar las condiciones que ayuden a los estudiantes a culminar su carrera de manera exitosa, la necesidad de formación, de ascenso, de logros. Los procesos tienen que orientarse a eso, que requiere de un acompañamiento. Por ejemplo, de los ascensos de nuestros jóvenes profesores que están ingresando, que requieren realizar carrera académica, fortalecer el acceso a los posgrados y culminar su formación.

En el caso de los estudiantes, las convicciones, tanto para el estudio como elemento que le permita incorporarse a proyectos como para las iniciativas que se generan en la universidad. Esto tiene una visión humana, pero toca todos los aspectos de la vida universitaria que tiene que ver con lo académico, con la preservación de nuestros espacios, la formación de ciudadanos universitarios que luego serán ciudadanos para el país. Y aquí el respeto de los derechos es un factor importante, la paz, la democracia como sistema político que permite el desarrollo pleno de las potencialidades de cada uno de los miembros de la comunidad y del país. Nuestra propuesta, centrándose en la gente, busca influir en todos los demás elementos que, por supuesto, tiene que ver con el desarrollo de las capacidades dentro de la universidad.

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—La UCV se acerca a unas elecciones importantes después de años. Se conoce la intención del régimen de Nicolás Maduro al interferir en la autonomía universitaria y eso ha derivado en algunas concesiones.

—El reglamento (transitorio para la elección de rector, vicerrectores, secretario, decanos y representantes profesorales de la Universidad Central de Venezuela) es producto de una negociación y eso hay que entenderlo como una vía posible para llegar a acuerdos no solo del tema electoral de la universidad, sino que tiene que ser uno de los mecanismos para llegar a puntos intermedios; efectivamente hay concesiones de parte de la universidad, pero también, hay que decirlo, con respecto a la posición inicial del TSJ, que pedía una elección fuera de la normativa universitaria. La negociación debe ser uno de los elementos importantes de la labor de las autoridades, asumiendo el papel que tenemos como ente del Estado, que tendría que acudir a los otros poderes, en particular al Poder Ejecutivo, para lograr acuerdos en torno a los problemas que enfrenta el país y a los que debemos nosotros, necesariamente, buscarle soluciones.

—Si eventualmente gana, desde la rectoría, ¿cómo garantizará la autonomía universitaria?

—La autonomía es un elemento esencial de la vida universitaria, que debemos preservar y buscaremos todos los mecanismos de vinculación con la sociedad. Creo que es importante vincularse con los distintos sectores, productivos, organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil en general, de distintas índoles para tener el músculo y hacer entender la necesidad de una universidad en donde se puedan contrastar ideas en el marco de las normas y las maneras universitarias de respeto, de convivencia; que tiene que ser un modelo para el país y que será la única manera de lograr avances en términos de mecanismos para el desarrollo. De lo contrario, seguiremos en una confrontación que no hace sino acentuar la crisis multifactorial que estamos viviendo.

—Con lo vivido en Venezuela y lo ocurrido en otras elecciones internas, ¿cree que el chavismo respetará este proceso y aceptará los resultados del 26 de mayo?

—Creo que sí. El reglamento, como dije, es producto de una negociación, ya hay algunas señales por parte de otros poderes y del Ejecutivo con respecto a la intención de que esta elección sirva como un nuevo inicio en las elecciones, y que permita renovar no solamente a las autoridades universitarias en la UCV sino en el resto de las universidades. Creo que hay que dar esa oportunidad. Por supuesto, estamos atentos a cualquier medida que pueda tomarse, pero creemos que efectivamente se abre un compás que debemos aprovechar para el bien de la universidad y del país.

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—La desatención de la universidad por parte del Estado ha sido más que evidente y eso ha tenido como consecuencia un atraso en su desarrollo.

—Efectivamente ha habido una desatención, y no solamente una desatención, también una intencionalidad de imponer un modelo en el país y dentro de la universidad, que tiene que ser un ente plural, donde se contrasten ideas dentro del respeto y de las normas propias de una comunidad universitaria. Esperemos que esta elección sirva de ejemplo para ilustrar cómo pueden hacerse las cosas, que puedan hacerse en el ámbito del respeto y del contraste de ideas, que es en ese terreno donde la comunidad universitaria debe realizarse y las relaciones con otros entes del Estado deben moderarse de esas maneras.

—¿Cómo evitará que los profesores y los estudiantes abandonen la universidad?

—El mayor patrimonio de la universidad —tenemos una formidable ciudad universitaria en Caracas, en Maracay, Barquisimeto y otras latitudes— es su recurso humano. Creo que es posible relanzar la universidad, una suerte de marca país, U-U-UCV, que convoque a toda la universidad y, además, a todos nuestros egresados, muchos de ellos profesores y estudiantes que están en la diáspora; necesariamente tenemos que buscar alternativas de financiamiento, no es posible pensar en una autonomía real si la educación superior, que es sumamente costosa y hay que entenderlo así, no existe la educación gratis, o lo paga el Estado o lo paga cada familia, depende únicamente del Estado. Necesitamos buscar recursos para acometer las distintas tareas que se realizan en la universidad.

—¿Cómo se puede lograr?

—Uno de lo elementos esenciales es la formación de redes o consorcios académicos entre entes del sector privado, de la diáspora, personal jubilado y egresados de la comunidad universitaria para desarrollar proyectos de envergadura que aborden temas de interés nacional y global que son fuentes posibles de financiamiento. Algo por lo que acudiremos de manera inmediata ante el Ejecutivo es que nos devuelvan todo lo correspondiente a las zonas rentales, no solamente en Caracas, sino en Maracay, para ejecutar los planes que en algún momento se trazaron para el desarrollo de estas áreas, que también son fuentes de ingresos. Tenemos una serie de elementos como el alquiler de espacios, proyectos, conjuntos, tenemos que buscar una universidad productiva, que puede patentar muchos de los desarrollos que en ella se están ejecutando. Tenemos planes para financiar una educación costosa.

Pretendemos ser una educación de calidad y así lo evalúan muchos de los entes externos, nuestros médicos, nuestros científicos, que están fuera de Venezuela, son egresados de calidad y necesitamos generar una mentalidad emprendedora dentro de la universidad para agregar valor a los procesos que realizamos, y generar recursos para realizar las labores de docencia, investigación y extensión. En la vinculación con pares en otros países, incorporarnos nuevamente en la dinámica en Latinoamérica y el Caribe, con las organizaciones que agrupan con áreas temáticas a nuestros investigadores y docentes para acceder a recursos no solamente materiales sino también de información, participar en iniciativas que nos permitan crecer y contribuir con la universidad y el desarrollo del país.

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—¿Cómo reclamará lo que por ley le corresponde a la universidad? ¿Le parece que las autoridades actuales, a modo de crítica, se aferraron solo al presupuesto y no se arriesgaron a buscar y a explorar mucho más allá?

—Creo que hemos abandonado espacios de discusión, no bastan reclamos, hay que acudir a la discusión de las convenciones colectivas, que afectan a nuestro personal. Tenemos que acudir a la Asamblea Nacional para discutir una nueva Ley de Universidades que permita la autonomía, dándole cuerpo al mandato que la Constitución nos da en esos términos; tenemos que acudir al Ejecutivo para discutir con el Ministerio de Educación Universitaria y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, con planes y proyectos, el financiamiento para el funcionamiento general de la universidad, de los salarios necesarios para el personal, de las becas acordes con la realidad económica que sufren nuestros miembros.

Tenemos que retomar todos los espacios, no estamos dispuestos a abandonar ningún espacio de discusión adonde llevemos nuestro planteamiento, pero también tenemos que ser creativos y agresivos en la búsqueda de recursos, incorporar el enorme potencial que significan nuestros egresados, profesores y jubilados que están dispuestos a colaborar, nuestra diáspora que está realizando labores en algunas instancias importantes fuera del país y que está dispuesta a articularse en una gestión que permita durante estos cuatro años avanzar y plantearnos objetivos a largo plazo porque esto podría ser una gestión de transición para un programa de crecimiento y de gestión de mucho más largo plazo; estamos hablando de un programa que puede vislumbrarse como hasta 20 años de discusión.

—Insistiré en la deserción de estudiantes. ¿Cómo evitar que las generaciones que se están preparando abandonen sus estudios? Esta pregunta parece importante porque así los estudiantes sabrán qué hará este candidato por ellos.

—Las becas son un tema por el que tendremos que acudir al Ejecutivo y plantear su necesidad. Estamos planteando posibilidades de becas en convenios con sectores productivos en las áreas que estos sectores atienden y que les permite también tener recurso humano para sus labores y actividades. Por ejemplo, el sector farmacéutico requiere de profesionales de la farmacia, de químicos, entonces, la posibilidad de plantearse becas específicas para estudiantes en estas áreas es uno de los elementos importantes; tenemos la posibilidad también de incorporar a los estudiantes como pasantes en los proyectos financiados que nos estamos planteando, de manera temprana, y que ellos crezcan en su desarrollo y su permanencia dentro de la universidad, pero que ya desde temprano formen parte de equipos de investigación, que realicen labores específicas de atención a los problemas que se les planteen. Esto es un mecanismo.

El tema del transporte también hay que revisarlo, hay un planteamiento que tenemos y que lo vamos a explorar, que es el desarrollo de transporte en el Área Metropolitana de Caracas, no es específico de la UCV, es una suerte de ruta de transporte que permita a universidades compartir recursos para el traslado de sus estudiantes. En el caso del comedor, también está la posibilidad de hacer convenios; por supuesto, todo esto requiere de recursos y que nos asociemos con otros entes. Están siendo ideados mecanismos de articulación para atender planes y son aspectos que esencialmente tenemos en cuenta para el estudiantado.

Y, por supuesto, atender el problema de la salud de los estudiantes que, producto de la situación económica, se ve afectada; también la salud mental del estudiante, que viene de sufrir el apagón, el efecto de la crisis política, de la violencia hacia los jóvenes producto de los procesos políticos. La pandemia significó una ruptura importante en su desarrollo. Han sido eventos que, de alguna manera, han afectado su desarrollo como jóvenes, su infancia, y esto también tiene que ser atendido. Para ello estamos ideando programas, con los recursos propios de la universidad, con profesionales de distintas áreas y en asociaciones con colegios profesionales y organizaciones de la sociedad civil que nos permitan atender estos aspectos que no tienen que ver directamente con lo académico, pero que es esencial para poder estudiar y tener sentimiento dentro de la universidad.

—¿Qué contempla para la seguridad en los campus?

—Tanto el campus de Caracas como el resto de las sedes en distintas áreas del país sufren todos los efectos de la inseguridad, que hay en todas partes. En el caso específico de la Ciudad Universitaria, estamos en el centro de una ciudad sumamente insegura y, por supuesto, no somos ajenos a ninguno de los aspectos que tienen que ver con la seguridad. Sin embargo, estamos obligados a formular programas porque hay un problema de seguridad dentro de la Ciudad Universitaria y en el resto de las instalaciones que tiene que ver con la seguridad personal, con la preservación de nuestro patrimonio, de nuestras instalaciones, de nuestros recursos, que debe ser atendido. Tenemos que resolver esta crisis buscando alianzas con los distintos sectores, comprometiendo a los sectores de la seguridad dentro de la universidad.

Hay planes, hemos hablado con muchos de ellos, hay reclamos sobre la necesidad de formación, necesitamos formar un personal de seguridad universitario que entienda la labor que se realiza en la universidad, que tenga formación en inteligencia para atender los problemas que se presentan, retomar el levantamiento de mapas para caracterizar los distintos sectores donde se presenta la mayor cantidad de incidentes. (Tenemos que) articularnos con los organismos del Estado para tener seguridad fuera de las instalaciones universitarias y, si se produce algún evento, articular con ellos fuera del campus; pero sí hay que estar claros de que la presencia de organismos de seguridad armados dentro de las instalaciones universitarias es algo que violenta la autonomía. Además es un riesgo para la comunidad por su característica.

Es un riesgo exponer a los estudiantes a una posible agresión, no podemos tener personal dentro de las instalaciones que esté encargado del orden público y eso tiene que ser un acuerdo que tenemos que atender. Tenemos que atender, por ejemplo, el caso del Hospital Clínico Universitario dentro de nuestras instalaciones, eso implica llegar a acuerdos respecto a cómo abordar el problema de seguridad con los entes del Estado. Estos son temas para los que ya estamos ideando mecanismos y acuerdos.

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—Hay también una desatención importante en el área científica de la UCV, de eso nos habló en meses recientes el biólogo Óscar Noya, y, en consecuencia, se han visto afectadas sus investigaciones, primordiales para conseguir financiamiento. ¿Cómo reimpulsar este sector en momentos en los que Venezuela no supera la emergencia sanitaria ni recupera los niveles de formación de profesionales?

—El área científica es un área que, tal como señalas, ha sido abandonada. En el caso específico de la universidad, el Instituto de Medicina Tropical, donde está el profesor Noya, pero también los demás institutos que tratan aspectos de la salud y que han contribuido de manera importante en el desarrollo del proceso de la pandemia. Pero en todas las áreas de ciencia desde hace mucho tiempo se abandonó el financiamiento, hay un abandono importante de las infraestructuras para realizar esas tareas.

De reciente data, hay algunos acercamientos para atender proyectos específicos por parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y seguiremos impulsando y promoviendo que haya este encuentro, pero también dentro de estas áreas entra la posibilidad de generar recursos a través de organismos multilaterales y de programas de articulación con sectores productivos nacionales y todos esos elementos que tienen que ver con la articulación internacional de la universidad para acceder a recursos que permitan mantener los muchos proyectos que se están ejecutando actualmente. El ejemplo que ya señalé con respecto a la pandemia, el SOS en telemedicina, que es otro de los proyectos bandera que permitió atender a la población durante la crisis sanitaria (por el covid). Son proyectos que han tenido proyección y resultados positivos para la sociedad venezolana y que las autoridades universitarias tienen que seguir impulsando para darle sostenibilidad en el tiempo.

Es un elemento esencial para la universidad y tiene que ver justamente con este seguimiento de nuestros profesores, que se formen en las carreras académicas, buscar incentivos para que permanezcan dentro de la universidad, pero no solamente los profesores sino los profesionales, empleados y obreros y, muy importante, los estudiantes. Necesitamos que los estudiantes permanezcan dentro de la institución, en sus carreras, y también el ingreso es otro factor importante, ha habido una disminución en más de 50% en la matrícula universitaria en los últimos 5 años y esto también es un elemento que tenemos que atender de manera urgente; incentivar el estudio universitario es importante porque eso determina la sobrevivencia de la universidad.

—En este contexto tan complejo, ¿insistirán al gobierno para que apoye el desarrollo de las universidades autónomas del país?

—Por supuesto, no tenemos alternativa. Estamos obligados a acudir a las instancias gubernamentales y de otros poderes para hacer valer nuestra voz y esa va a ser nuestra línea. Que el interlocutor esté o no dispuesto quedará de parte de ellos evaluar si ese camino contribuye a lo que todos aspiramos, que es el desarrollo del país, o si cambia la orientación y busca mecanismos de encuentro y de articulación con las universidades y, en particular, con la UCV, para avanzar en los objetivos que se ha planteado el país y el mundo en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

—¿Cómo se entiende la presencia del gobierno en la UCV?

—Este es un tema que tenemos que atender de manera inmediata, la gestión del patrimonio corresponde no solamente a la Unesco, al Estado, que es representado por el gobierno, pero también tiene una responsabilidad primaria la UCV a través del Consejo de Preservación y Desarrollo. Y nosotros reclamaremos ese papel orientador, de planificación, de custodio de unas instalaciones que son patrimonio mundial y tenemos una voz que no podemos abandonar y hasta los momentos no se ha hecho suficiente énfasis en reclamar la presencia de ese tercer componente que necesariamente tiene que estar para ejecutar las labores de cuidado y de preservación del patrimonio, en este caso, la Universidad Central de Caracas.

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—Hay un candidato a rector del chavismo. ¿Hay riesgo ante la posibilidad de que un militante del partido político de Maduro gane en las elecciones?

—Hay un candidato vinculado al oficialismo, efectivamente, pero tenemos que entender este proceso como cualquier proceso electoral, donde los distintos candidatos plantearán sus propuestas, sus ideas, sus mecanismos y el electorado decidirá quiénes deben conducir el futuro de la universidad. Creemos que la comunidad tiene la madurez necesaria para hacer esta evaluación y finalmente decidir quiénes deben conducir a la UCV.

—Algunos creen que el país de ahora es diferente al de hace algunos años, tiempo en el que la UCV también atravesó situaciones complejas. Desde su perspectiva, ¿cómo analiza la situación actual y de qué forma beneficiaría a la universidad?

—Creo que el país está en una situación sumamente grave y una situación de crisis multifactorial, de emergencia humanitaria y ese es la realidad que estamos viviendo. Las elecciones son la vía para dirimir los conflictos y estas elecciones en la universidad plantean una posibilidad importante para renovar sus autoridades, estamos hablando de una elección donde participan más de 600 cargos, una renovación total de la universidad, de su tren directivo y de los entes de cogobierno. Y esto puede servir de ejemplo y activar, esperamos nosotros, las elecciones en el resto de las universidades autónomas. Creemos y aspiramos que también permita activar el mecanismo electoral para que la población se plantee la posibilidad de generar un cambio en el país.

Es la población la que tiene que hacer esta evaluación, pero es la que tiene que informarse de los planes, de las propuestas y buscar crear el músculo electoral que permita abordar los venideros procesos de 2024, para la elección de un nuevo presidente de la República, y los procesos de 2025, en los cuales se debe elegir una nueva Asamblea Nacional que, a su vez, tendrá el papel de renovar los poderes públicos, y también se van a dar las elecciones de gobernadores, alcaldes y de concejos municipales. Es un momento propicio para que haya una renovación y la posibilidad de generar un cambio en el país. Creemos que la posibilidad (de hacer las elecciones en la UCV) tiene que ser un ejemplo, un faro, que permita servir de modelo para el resto del país y que contribuya al fortalecimiento del sistema democrático.


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