Boric
Foto: Archivo- Marco Rubio pidió al mandatario chileno contribuir en el combate del antisemitismo.

Gabriel Boric, presidente de Chile, emitió el jueves contundentes críticas a la izquierda latinoamericana por no condenar las violaciones de derechos humanos que ocurren en países como Venezuela o Nicaragua.

«Realmente me molesta cuando eres de la izquierda y entonces condenas la violación de los derechos humanos en Yemen o en El Salvador, pero no puedes hablar de Venezuela o Nicaragua», dijo durante un conversatorio en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.

El mandatario señaló que sin importar la tendencia política a la que pertenezcan los gobierno, el respeto a los derechos humanos es un mandato civil.

«El respeto de los derechos humanos no puede tener un doble estándar», puntualizó.

Boric recordó que los abusos a los derechos humanos en Venezuela comenzaron desde el gobierno de Hugo Chávez, desde entonces la izquierda ha evitado condenar estos actos.

«Cuando era diputado empecé a hacer preguntas sobre Venezuela. Me hice preguntas. Fui a Venezuela en 2010 cuando Chávez todavía estaba vivo. Y luego comencé a hacerme preguntas cuando vi la represión de las protestas y la manipulación de algunas elecciones. Y dije, bueno, esto no está bien. Tenemos que poder criticarlo. Y la gente de la izquierda en Chile dijo que no, no, no, no. No hablas de nuestros amigos. Y creo que eso está completamente mal», señaló.

Consideró que para que los partidos de la izquierda tengan un futuro deben establecer un solo estándar moral respecto a los derechos humanos.

«No puedes condenar lo que Estados Unidos está haciendo en el extranjero, o cualquier otro ejemplo, si no puedes ver lo que tus amigos están haciendo», sentenció.

No es la primera vez que Boric habla sobre la situación de Venezuela. Durante su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el mandatario reconoció que la crisis humanitaria en Venezuela ha generado un flujo migratorio sin precedentes en la región.

Señaló que la migración venezolana ha puesto mucha presión sobre las instituciones y la sociedad chilena.


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