El jueves 3 de agosto, el Ministerio de Salud publicó en Gaceta Oficial la prohibición de la venta y el consumo de vapers o cigarrillos electrónicos en Venezuela. El neumonólogo Sadia Benzaquen -quien es parte de los tres médicos venezolanos incluidos en la lista Top Doctors 2023- expresó su opinión al respecto: «Como neumonólogo. a mí me parece muy bien que hayan eliminado todo ese tipo de productos».
Residenciado en Pensilvania, Estados Unidos, el doctor Benzaquen maneja la data de la sociedad estadounidense y la que observa en su propia práctica profesional. Por ello afirmó que la Sociedad de Neumonología de Estados Unidos no aprueba el uso de los vapers o cigarrillos electrónicos como una medida para dejar el cigarrillo. Asimismo, destacó que el grupo que más consume estas sustancias se ubica entre los 18 y los 25 años de edad.
La doctora Lérida Padrón -presidenta de la Sociedad Venezolana de Neumonología y Cirugía Torácica (Sovetorax)- publicó un video a finales de junio a propósito de la regulación acerca de la prohibición de la venta de vapers y cigarrillos electrónicos a menores de edad en Venezuela.
«Como neumonóloga preocupada por la salud respiratoria -sobre todo de jóvenes y adolescentes- no puedo dejar de manifestar mi satisfacción respecto a la resolución 362 emanada por el Ministerio del Poder Popular para la Salud y publicada el primero de junio de este año respecto a la regulación de los dispositivos electrónicos de liberación de nicotina y dispositivos similares sin nicotina», dijo.
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El problema de los vapers es que no están regulados
Benzaquen, durante una entrevista con Unión Radio, recordó que el vaper funciona con diferentes químicos, principalmente, la nicotina. Sin embargo, más allá de las altas dosis de esta sustancia que utiliza este artefacto, el médico denunció que muchas veces los vapers incluyen saborizantes y otros químicos cuya composición es desconocida y potencialmente dañina. Además, subrayó, los jóvenes mezclan la nicotina con otros estupefacientes legales e ilegales.
El desconocimiento de qué sustancias se inhalan puede llevar a que los usuarios presenten síntomas tales como tos o dificultad para respirar (ambas afecciones pueden estar en forma leve, moderada o seria). En el caso de los jóvenes (grupo que más los consume) usualmente no presentan enfermedades crónicas que empeoren la situación de inflamación que sigue a la inhalación de químicos.
Sin embargo, señaló que en su consulta sí ha habido casos de pacientes que deben ir a la unidad de cuidados intensivos para tratamiento; o, en casos más extremos, requerir trasplantes de pulmón. «Menos del 10% que hacen vaping terminan en el hospital en Estados Unidos (…) La mayoría de las veces es leve. Y yo creo que los síntomas a veces pasan desapercibidos porque la mayoría que los usan es gente joven y tienen mucha más reserva y no acuden al médico», puntualizó.
Luego, añadió el neumonólogo, si un paciente presenta un pulmón inflamado es posible que desarrolle otras patologías. Benzaquen sugirió las infecciones sobreagregadas, incluidas las bacterianas. Esto ocurre puesto que el mecanismo de defensa de los pulmones se ha perdido.
Dejar de fumar vaper y cigarrillo
Benzaquen señaló que la adicción a la nicotina es una de las más serias y difíciles de dejar. Sin embargo, hay opciones. Por ejemplo, se refirió a que en Estados Unidos existe una serie de medicamentos desarrollados para quienes deseen dejar de fumar (en general cualquier sustancia que tenga nicotina). Mencionó los parches de nicotina. Sobre estos indicó que se debe controlar la dosis de la sustancia en cuestión para evitar las náuseas; también, si el paciente tiene ganas de fumar, debe retirarse el parche para no aumentar la dosis.
El neumonólogo indicó que la mejor solución para los jóvenes es dejar de fumar y llevar una vida normal. De esa forma, añadió, no haría falta una biopsia para descartar otras enfermedades como el cáncer de pulmón (una posibilidad real tanto para fumadores de vaper como de cigarrillo).
Los vaper y los cigarrillos guardan otro elemento común: la exposición específica al químico y una prolongada pueden hacer daños significativos al paciente. Para medir el impacto, los médicos utilizan -entre otras- las pruebas de funcionalismo pulmonar, y con ellas evalúan patrones restrictivos u obstructivos. Luego, con las tomografías se observan cambios en los bronquios.