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Foto: Pixabay

La violencia digital de género en el país es estructural y afecta principalmente a las mujeres, advierte la ONG Espacio Público en su informe Violencia digital de género contra las mujeres en Venezuela.

En el estudio, Espacio Público analiza tres casos recientes de violencia digital de género para llamar la atención sobre un asunto que, como señala en la presentación, padece del desconocimiento de la sociedad y, por tanto, debe ser explorado urgentemente en una agenda inclusiva.

O, como señaló Ricardo Rosales, líder de la investigación, en una conferencia de Espacio Público ofrecida el miércoles: “Debemos fortalecer las prácticas de seguridad digital y personal. Hacer litigio e incidencia internacional sobre esto (…). Hay que localizar los estudios, desagregar las distintas formas de violencia y cómo se manifiestan para generar políticas públicas en este sentido”.

Los tres ataques analizados en el informe son los de la periodista Gregoria Díaz, la bióloga Diana Liz Duque y la periodista y activista Lorena Arráiz.

El caso de Díaz empezó porque en febrero de 2020 informó en su cuenta de Twitter sobre la hospitalización de un ciudadano en el Hospital Militar de Maracay proveniente de China al que le estaban haciendo una revisión para descartar covid-19.

La información de la comunicadora fue replicada por varios medios digitales y cuentas en redes sociales con información engañosa o manipulada, por lo que Díaz subrayó en otro tuit que no había confirmado sino que había dado a conocer el chequeo médico.

Luego la periodista empezó a recibir una serie de insultos y amenazas, muchos de ellos con publicaciones de su foto y su primer tuit para tildarla de “palangrista” o “mentirosa”.

Otros mensajes de cuentas vinculadas al PSUV y otros usuarios la insultaron con calificativos como “maldita perra”, “hija de puta”, “desgraciada”, “agente de la derecha”, así como amenazas como que “iría presa” o “cuidado con el tun-tun”.

“La violencia discursiva, pública y privada, aunque no registre comentarios sexualizados ni otras expresiones discriminatorias por razones de género, sí produce un impacto diferenciado en las mujeres que se expresan en el entorno digital”, subraya Espacio Público.

“La Relatoría Especial de la Mujer de la ONU, así como la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (RELE), coinciden en que existen formas diferenciadas de violencia contra las mujeres periodistas, especialmente para quienes ejercen la libertad de expresión de manera activa y mantienen un perfil público”, agrega la ONG.

También señala que el acoso en línea “genera efectos diferenciados en las mujeres y constituyen una expresión patente de una cultura de discriminación patriarcal responsable de subordinar a las mujeres en los planos público y privado”.

Las mujeres, continúa el informe, se encuentran más expuestas a los ataques físicos y digitales de diversa naturaleza, estén o no motivados explícitamente en su género: “Una razón fundamental es que la experiencia de ser mujer va acompañada de una carga de vulnerabilidad histórica y multidimensional que facilita, alimenta o a menudo es detonante del despliegue de dispositivos violentos contra ellas”.

En sus conclusiones, Espacio Público indica que los casos estudiados comparten como falla estructural la ausencia de una perspectiva de género que atienda a las particularidades de las mujeres en sus ámbitos individuales y sociales específicos.

La ONG considera que tanto el Estado como las empresas deben proporcionar respuestas efectivas a las denuncias de violencia de género desde un enfoque normativo no punitivo. Mientras que la sociedad tiene la responsabilidad de “documentar, denunciar y sensibilizar sobre la temática, así como de llevar adelante estrategias sociales comprometidas con abordar estructuralmente el problema de la discriminación contra las mujeres”.


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