coronavirus covid-19
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Por Miguel Ángel Cardozo-Montilla @MiguelCardozoM, investigador, escritor, docente. Doctor en Gestión de Investigación y Desarrollo (UCV). Columnista de El Nacional desde 2014.

Los coronavirus humanos

Los coronavirus humanos constituyen un grupo de siete virus conocidos, divididos a su vez en cuatro subgrupos —alfa, beta, gamma y delta coronavirus—, que se comenzaron a identificar a mediados de la década de los sesenta del siglo XX y que causan una serie de enfermedades respiratorias, de acuerdo con la División de Enfermedades Virales del National Center for Immunization and Respiratory Diseases de Estados Unidos [1].

Tres de ellos, incluyendo el identificado más recientemente en la ciudad china de Wuhan, el 2019-nCoV —o SARS-CoV-2—, evolucionaron hasta lograr transmitirse de animales a seres humanos y originar infecciones respiratorias de diversa gravedad en estos inicios del siglo XXI: los síndromes respiratorios agudo severo y de Oriente Medio —o SARS y MERS, respectivamente, por sus siglas en inglés— y la covid-19 —acrónimo de «coronavirus disease 2019», o ‘enfermedad por coronavirus 2019’—.

Fuente y modo actual de transmisión del 2019-nCoV

A diferencia de lo que se sabe acerca de la transmisión zoonótica, esto es de animales a personas, del SARS-CoV y del MERS-CoV [2], los beta coronavirus causantes del SARS y del MERS —el primero transmitido por la civeta, un mamífero oriundo de Asia semejante a la mangosta, y el segundo por el dromedario—, aún no se ha podido determinar con certeza la fuente animal desde la que el 2019-nCoV, el virus responsable de la actual pandemia de covid-19, consiguió pasar al ser humano.

No obstante, la rápida propagación de este nuevo coronavirus a escala global se debe al mecanismo de transmisión de persona a persona que se desarrolló una vez que el virus infectó a los primeros seres humanos y que, según lo más aceptado hasta ahora por la comunidad científica y las principales autoridades sanitarias [3-4], consiste en su entrada al organismo de una persona no infectada a través de las diminutas gotas expelidas desde la nariz o la boca por otra infectada al toser, estornudar o exhalar.

Tales «gotículas» pueden ser inhaladas directamente por el cercano contacto con una persona infectada —una cercanía calculada de un metro o menos de distancia—, pero el virus también puede ser adquirido al tocarse los ojos, la nariz o la boca luego de haber tenido contacto con superficies u objetos contaminados por aquellas.

El tiempo que el virus sobrevive en estas superficies y objetos tampoco se ha podido determinar con exactitud, pero parece variar desde unas pocas horas hasta varios días en función de factores ambientales como la temperatura y la humedad, e incluso por el tipo de superficie.

En cuanto a la pregunta de si puede ocurrir la transmisión vertical de la infección, o en otras palabras, la transmisión del virus de madre a hijo antes, durante o después del parto, un estudio publicado a principios de febrero de este año en The Lancet [5], y en el que se analizaron muestras de líquido amniótico aspirado con jeringa al momento del parto, de sangre del cordón umbilical y de material recolectado de las gargantas de seis neonatos, así como de la leche materna, obtenida después de la primera lactancia, de sus madres infectadas por el 2019-nCoV, ha descartado por el momento esa posibilidad.

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Período de incubación

Por calculos basados en anteriores observaciones del comportamiento de otros coronavirus [6] y por lo que se ha reportado en el marco de la actual pandemia de covid-19 [4], hasta ahora se sabe que el tiempo que trascurre desde que una persona es infectada por el 2019-nCoV y manifiesta los primeros síntomas de la enfermedad que este produce oscila entre 1 y 14 días, aunque lo más frecuente es un período de incubación de 5 días.

Esta es una de las principales razones por las que se deben observar las recomendaciones orientadas a la prevención de la enfermedad, aun cuando no se tenga conocimiento de casos en la propia comunidad.

Síntomas de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus

La gravedad de la enfermedad respiratoria producida por el 2019-nCoV depende de factores que van desde la edad hasta su concurrencia con otras afecciones, tales como la diabetes o algunas enfermedades cardiovasculares [4, 7], pero los síntomas que comúnmente presentan las personas que la padecen son [4, 6]:

— Fiebre.

— Tos.

— Cansancio.

Se ha informado asimismo sobre varios más en algunos casos, como congestión y secreción nasal, dolor de garganta o diarrea.

Según la Organización Mundial de la Salud [4], todos esos síntomas suelen ser leves y manifestarse de modo gradual. Solo en 1 de cada 6 casos se torna grave la covid-19 y llega a causar dificultades para respirar que pueden hacer necesaria la atención hospitalaria.

Diagnóstico

Si se ha tenido contacto cercano con una persona que presenta síntomas de la covid-19 o a la que ya se le haya diagnosticado la infección, o si se tienen tales síntomas dentro de los 14 días siguientes al retorno de un viaje a algún lugar con casos confirmados, debe acudirse a alguno de los centros habilitados para la realización de pruebas de detección.

Acerca de la confiabilidad de estas pruebas, el NCIRD advierte que si bien esta es elevada cuando se realizan con muestras recolectadas en presencia de síntomas, durante las primeras etapas de la infección podría no detectarse el virus [8].

Tratamiento y otras medidas frente a la covid-19

Aún no existe un fármaco antiviral específico para curar la enfermedad por el nuevo coronavirus, por lo que la atención médica se circunscribe al alivio de los síntomas.

En los casos de mayor gravedad, lo recomendado por la OMS es la hospitalización para proporcionar un adecuado soporte respiratorio o tratar otras complicaciones.

En cuanto a los antibióticos, es importantísimo tener presente que por ser medicamentos que inhiben la acción o causan la muerte de bacterias no son eficaces para tratar la covid-19, una enfermedad viral, y que su indiscriminado uso, como en cualquier otra situación, solo contribuiría al surgimiento de bacterias resistentes a ellos y, en consecuencia, capaces de dificultar el tratamiento de futuras enfermedades*.

Pronóstico

La misma OMS [4], a partir de los datos disponibles, señala que cerca de 80% de las personas contagiadas se recuperan de la covid-19 sin complicaciones. Sin embargo, el pronóstico parece depender, sobre todo, de la edad y del estado de salud previo a la infección, por cuanto se ha observado que las personas mayores y con afecciones preexistentes como la hipertensión arterial, las enfermedades cardíacas o la diabetes tienden a desarrollar las formas más graves de la covid-19.

Sobre la letalidad del 2019-nCoV hay controversia, pero hasta este 13 de marzo, de acuerdo con los datos recopilados por aquella organización [9], la tasa de mortalidad global por covid-19 —basada en los casos confirmados— no sobrepasaba el 3,7%… aunque cada vida importa.

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Prevención… y sus particularidades en Venezuela

Las principales autoridades sanitarias del planeta, encabezadas por la OMS, han establecido un conjunto de sencillas recomendaciones para la prevención de la infección por el nuevo coronavirus [4, 10], entre ellas, las siguientes:

— Lavarse las manos con frecuencia y a fondo**, empleando agua y jabón o un desinfectante a base de alcohol.

— Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.

— Cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable, o con la parte interna del codo, mientras se flexiona el brazo, al toser o estornudar.

— Desinfectar, con algún producto de limpieza apropiado para tal fin, las superficies y objetos con los que se tenga contacto más a menudo, mesones, teclados, teléfonos, inodoros, etc.

— Evitar compartir objetos de uso personal, como por ejemplo vasos, cubiertos o toallas.

— Mantener una «distancia social» al menos de 1 metro.

— Permanecer en casa en la medida de lo posible.

Ahora bien, no es un secreto la precaria situación que se vive hoy en Venezuela, donde incluso existen graves y generalizadas fallas en el suministro de agua, por lo que es importante que sus habitantes, de cuya arraigada «norma» relacional forman parte los besos, abrazos y estrechamientos de manos constantes, traten con especial ahínco de mantener la «distancia social» sugerida, sin dejar por esto de hacer todos los esfuerzos posibles para seguir las demás recomendaciones, principalmente las referidas al continuo aseo de las manos y a la higiene respiratoria.

Por otra parte, dados su fácil propagación y el hecho de que todavía no se cuenta con vacunas o medicamentos con los que se puedan prevenir o curar la covid-19, en muchos países se ha recurrido a la puesta en cuarentena de las personas expuestas al virus como medida preventiva adicional, pero no hay razón para que ese «aislamiento» se prolongue por más de 14 días contados a partir de la fecha de la última exposición, el tiempo máximo que se supone puede durar el período de incubación [8]. Y, en todo caso, es esta una medida en cuya implementación deberían converger la responsabilidad y buena voluntad de las personas expuestas y el respeto a sus derechos humanos.

A tener en cuenta

Hasta los momentos no existe evidencia concluyente que permita proporcionar información definitiva sobre todos y cada uno de los aspectos de la covid-19, por lo que es necesario estar atentos a lo que a diario indique la OMS.

El pánico o el prestar oídos a rumores solo dificultan la labor de prevención. Esta es una tarea en la que todos debemos involucrarnos con responsabilidad, sobre todo en países como Venezuela.

Asimismo, el éxito de la prevención dependerá de los continuos y conscientes esfuerzos que se hagan para abandonar hábitos que nos han acompañado toda la vida y que, por tanto, se han tornado prácticas inconscientes.

Mientras escribía este artículo pude advertir que al menos en un par de ocasiones me estaba tocando el rostro (por fortuna, el lavado de manos y la desinfección del teclado de la computadora y de otros objetos los había realizado previamente),  de seguro no me percaté de todas las veces que esto ocurrió. En tal sentido, la promoción de las sencillas, pero valiosas medidas preventivas que aquí se resumen debe constituir una diaria labor y ser mutua y positivamente reforzada.

Notas

* Para mayor información respecto a la resistencia a los antibióticos y a otros antimicrobianos, consúltese la información que sobre el particular ha puesto a disposición del público la OMS en su sitio web.

** Un video en el que el director general de la OMS enseña la técnica recomendada por esta entidad para hacerlo está disponible en su cuenta oficial de Twitter.

Referencias

  1. NCIRD, Division of Viral Diseases. Human coronavirus types. [Atlanta], Centers for Disease Control and Prevention (CDC), 15 de febrero de 2020.
  2. OMS. Coronavirus. [Ginebra], OMS, [s. f.].
  3. CDC. What you need to know about coronavirus disease 2019 (COVID-19). [Atlanta], CDC, 3 de marzo de 2020. Nro. CS 314937-A.
  4. OMS. Preguntas y respuestas sobre la enfermedad por coronavirus (COVID-19). [Ginebra], OMS, [s. f.].
  5. Chen, Huijun, et al. Clinical characteristics and intrauterine vertical transmission potential of COVID-19 infection in nine pregnant women: a retrospective review of medical records. The Lancet [en línea], 12 de febrero de 2020, vol. 395, nro. 10226, pp. 809-815. ISSN 1474-547X. doi:10.1016/S0140-6736(20)30360-3
  6. NCIRD, Division of Viral Diseases. Coronavirus disease 2019 (COVID-19): symptoms. [Atlanta], CDC, 29 de febrero de 2020.
  7. Zheng, Ying-Ying, et al. COVID-19 and the cardiovascular system. Nature Reviews Cardiology [en línea], 5 de marzo de 2020. ISSN 1759-5010. doi:10.1038/s41569-020-0360-5
  8. NCIRD, Division of Viral Diseases. Coronavirus disease 2019 (COVID-19): frequently asked questions and answers. [Atlanta], CDC, 12 de marzo de 2020.
  9. World Health Organization (WHO). Novel coronavirus (COVID-19) situation. [Ginebra], WHO, 13 de marzo de 2020.
  10. NCIRD, Division of Viral Diseases. Preventing the spread of coronavirus disease 2019 in homes and residential communities: interim guidance. [Atlanta], CDC, 14 de febrero de 2020.

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