Uruguay, Chile y Costa Rica son los países mejor calificados en la segunda edición del Atlas Latinoamericano de Cuidados Paliativos, presentado este lunes. En Venezuela, a pesar de ser uno de los países de la región de mayor atención en este tipo de cuidados, destaca que no hay servicios de atención para niños que padecen enfermedades crónicas que potencialmente los pueden conducir a morir.
“Llama la atención que Uruguay, Chile y Costa Rica son los países que tienen un ingreso económico alto. Son estos países los que tienen mayor capacidad para atender a las personas al final de la vida. Son los que mejor se han posicionado en servicios, en desarrollar planes de acción que llegan a las personas que necesitan cuidados paliativos, en la administración y uso de medicamentos para el control del dolor, que es un indicador muy importante, y en hacer que los médicos, enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales estén más capacitados”, indicó Miguel Sánchez Cárdenas, investigador de la Universidad de Navarra, en España, y coordinador de la publicación.
Cuidados paliativos en Latinoamérica
3.500.000 personas viven cada año en la región con sufrimiento derivado de una enfermedad grave. De ellas, ha fallecido aproximadamente un millón. Los países latinoamericanos con mayor tasa de servicios de cuidados paliativos por millón de habitantes son Uruguay (24,5), Costa Rica (14,74) y Chile (13,41). Guatemala, Honduras (ambos con 0,64) y Perú (0,58) cierran la lista. De Nicaragua y Cuba no hay datos.
“Con cuidados paliativos pasa que en la región muchos países tienen problemas serios en otras áreas del sistema de salud y esto hace que el esfuerzo se concentre en otras cosas. Atender a los pacientes al final de la vida puede que no sea una prioridad para algunos países”, puntualizó Sánchez.
Destacó que Latinoamérica presenta muchas disparidades. Indicó asimismo que hay pocos servicios para los niños que necesitan cuidados paliativos.
Venezuela y los cuidados paliativos
Venezuela fue uno de los primeros países en la región en desarrollar cuidados paliativos. Sin embargo, aunque tiene una tasa alta de enfermedades crónicas, particularmente cáncer, que hace que se necesiten los cuidados paliativos, la necesidad de los pacientes es poco provista por el sistema de salud, indicó Sánchez.
Señaló que en Venezuela solo existe 0,8 servicios de cuidados paliativos por cada millón de habitantes, lo que es una cifra muy inferior a lo que el país necesita.
Es posible identificar 47 servicios de cuidados paliativos en Venezuela, de los cuales 27 están en hospitales y 20 están en servicios de atención primaria y programas domiciliarios, por lo que se hace necesario tomar una medida rápida para aumentar los servicios de cuidados paliativos.
“Llama la atención que no hay servicios para atender niños que necesitan cuidados paliativos. Esto es un problema de enorme magnitud porque la tasa de enfermedades crónicas en la población infantil de Venezuela alcanza unas cifras significativas”, subrayó.
“En Venezuela llama la atención, y es un cambio con la versión anterior del atlas, que el consumo de opioides ha disminuido, y eso es importante porque permite ver, por ejemplo, cómo las personas acceden a morfina si tienen cáncer o una enfermedad pulmonar o cardíaca”, manifestó.
Sánchez destacó que de siete facultades de Medicina que hay en Venezuela solo una tiene enseñanza de cuidados paliativos en el pregrado.
“Hay una estrategia nacional, pero no se ha considerado el desarrollado de una ley que garantice, por ejemplo, cómo mejorar los servicios o cómo incluir la educación médica como una prioridad o cómo mejorar el consumo de opioides, que es quizás la mayor prioridad que tiene Venezuela para atender a los pacientes que tienen problemas graves”, agregó.
¿Qué se entiende por cuidados paliativos?
“Los cuidados paliativos son un abordaje global a personas que tienen problemas con enfermedades que potencialmente los llevan a la muerte”, dijo Sánchez.
“La gente suele entender los cuidados paliativos como la medicina de la enfermedad terminal. Hoy preferimos decir que es una forma de tratar a las personas que tienen condiciones que están en una fase muy avanzada. Atiende los problemas médicos, psicológicos, sociales y espirituales que rodean la enfermedad al final de la vida”, señaló.
“Esto puede ser el final de la vida de un abuelo, de una persona mayor con demencia, de un paciente joven con cáncer o de un niño que tiene una cardiopatía y necesita que le ayuden a controlar los síntomas que se asocian al progreso de la enfermedad”, agregó.
La publicación
La segunda versión del Atlas Latinoamericano de Cuidados Paliativos es una publicación en conjunto de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos, la Asociación Internacional de Hospices y Cuidados Paliativos y la Universidad de Navarra, que tiene un Observatorio Global de Cuidados Paliativos.
El atlas recoge información de 17 países de Latinoamérica: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Se presentan indicadores que permiten definir las capacidades que tiene un país para atender a las personas con problemas serios de salud
“Hemos recopilado información en diferentes áreas que le permitirán a los médicos, a la sociedad civil y a los investigadores tomar decisiones sobre cuál es el camino para avanzar y desarrollar para cada país”, explicó Sánchez.
Dijo que encontraron más de 1.500 servicios en la región, que es un número importante. Muestra además un crecimiento considerable con respecto a la anterior investigación de 2013. Aún, sin embargo, es poco significativo en relación a la gran cantidad de enfermedades crónicas que tiene Latinoamérica.
El atlas presenta variedad de fuentes de información. Los datos fueron presentados en una cumbre en Perú, en 2018. Los ministerios de salud de cada país validaron los datos. Se actualizaron para la publicación. Hay fuentes mixtas que provienen de informantes clave vinculados a las asociaciones nacionales de cuidados paliativos. Algunos datos como el consumo de opioides son fuente oficial, reportados por el propio país ante la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. Los programas educativos son elaborados por informantes clave. Todo eso está detallado.