dar a luz
El tercer hospital al que Vásquez fue para pedir atención médica no tenía la incubadora que su bebé prematuro habría podido necesitar. Se marchó del hospital en lágrimas./NYT/Meridith Kohut

Después de 48 horas de empezar la labor de parto y de desmayarse a las puertas de la Maternidad Concepción Palacios, Milagros Vásquez, de 20 años de edad, finalmente fue recibida y pudo tener a su bebé.

Sin embargo, su hija no logró sobrevivir. La joven viajó desde algún lugar lejos de Caracas, se montó en un mototaxi y atravesó tres ríos. Tomó dos autobuses, que se accidentaron, antes de llegar al primer hospital.

«No tenemos instrumental estéril», le dijeron en el primer recinto al que llegó y al que un equipo del New York Times la acompañó.

En el segundo hospital a Vásquez le negaron la atención, pues no había incubadora para su bebé, quien estaba naciendo prematuramente.

Tomó otro autobús y se aventuró al tercer centro médico. Esperó durante horas y durmió en un banco de cemento con los dolores de parto. Ahí también la despacharon.

Milagros Vásquez, de 20 años de edad, durmió en un banco afuera de un hospital del Estado mientras esperó por horas por asistencia médica/NYT/Meridith Kohut

Así, la joven veinteañera y ex jugadora de balonmano a nivel secundario que viajó por América Latina en representación de Venezuela, llegó finalmente a la Concepción Palacios.

Pero ahí tampoco la querían atender. «No te podemos ayudar», le dijeron. Vásquez rompió en llanto, su mamá igual. Las dos suplicaron para que la atendieran, hasta que la joven se desmayó.

Fue entonces cuando la ingresaron. Después de 48 horas de labor de parto, la tendieron. Su bebé, Cristal, nació, pero no sobrevivió hasta la mañana siguiente. 

Vásquez y su madre suplican por ayuda en el quinto hospital al que asistió después de que rompió fuente./NYT/Meridith Kohut

En suma, la maternidad se negó a darle un certificado de defunción y, como no tenía dinero para el entierro, Vásquez tuvo que dejar el cuerpo de su hija en la morgue. Una sábana blanca fue el único recuerdo que le quedó de su bebé.

Crisis hospitalaria

Pese a que el régimen lo niega, Venezuela es uno de los países con la mayor tasa de mortalidad de madres y recién nacidos.

Las cifras son un secreto desde 2016, cuando la entonces ministra de Salud, Antonieta Caporale, reveló que la mortandad materna se disparó 65% y la infantil, 30% en un solo año.

No obstante, historias como la de Vásquez son cada vez más comunes y es de conocimiento público que dar a luz en el país es un verdadero suplicio.

Aydimar Alvarado, de 26 años de edad, es otra de las tantas víctimas del sistema de salud deteriorado. Recorrió 12 hospitales antes de poder traer al mundo a Kahel.

Su bebé murió 10 días después de nacer como consecuencia, según el certificado de defunción, de que era prematuro y presentó sangrado alrededor del cerebro, además de otros factores.

La muerte de Kahel se pudo haber evitado, dijo un médico especialista a Alvarado, si la hubiesen atendido a tiempo en un hospital.

Pese a esta cruenta realidad, Nicolás Maduro instó en marzo a todas las venezolanas a parir. «¡A parir, pues, a parir! Que todas las mujeres tengan seis hijos. ¡Hagan crecer la patria!», dijo en cadena nacional.


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