régimen secuestró Colombia
Los padres de Franklin Caldera piden garantizar la vida del militar opositor, respetar el debido proceso judicial y aclarar cómo fue realizada su detención en suelo colombiano. Foto: The Latam Post

Los padres del primer teniente Franklin Caldera, al que el régimen de Nicolás Maduro secuestró en una extraña e irregular operación de contrainteligencia venezolana en Colombia, temen por la vida del militar opositor a quien no les dejan verle y del que no dan información oficial pese a su detención.

Caldera es uno de los militares rebeldes que estaba entre los más buscados por el régimen desde que fue parte clave de la Operación Aurora, una incursión de militares al Batallón 513 de Infantería Mariano Montilla, en el sur del país para recuperar un parque de armas que sería puesto al servicio de la libertad de Venezuela.

El régimen lo secuestró en Colombia

En entrevista exclusiva para alianza informativa de The Latam Post, Cima 360 y el diario El Nacional, Franklin Caldera y Yuraima Martínez revelaron que después de 17 días de que el régimen lo secuestró en Colombia, no han logrado ver a su hijo, ni siquiera porque este se encuentra herido de bala en el Hospital Miliar Carlos Arvelo, en Caracas.

“Le suplico al gobierno de Nicolás Maduro que nos den información de nuestro hijo, que nos dejen ocuparnos como padres, que nos den acceso a él”, pidió Franklin Caldera la mañana de este domingo desde su residencia, donde esperan angustiados información oficial sobre la evolución del estado de salud de su hijo.

El primer teniente Caldera habría recibido un impacto de bala en una rodilla el pasado 24 de febrero, cuando funcionarios policiales le detuvieron en la popular zona caraqueña de Petare, donde se había escondido tras haber escapado de funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim). El régimen lo secuestró en Colombia y lo mantuvo 11 días en un lugar desconocido de Caracas, donde habría sido torturado.

Estaba en Colombia

Caldera se encontraba en Colombia la última vez que tuvo comunicación con sus familiares, específicamente en la ciudad fronteriza de Cúcuta, donde visitaba a su hijo. Estando en esa zona fue convocado a una reunión por factores de la oposición, el pasado 11 de febrero, y en el lugar habría sido extraído por funcionarios de la contrainteligencia militar venezolana y por elementos armados de la zona.

Al primer teniente lo llevaron contra su voluntad a suelo venezolano atravesando pasos ilegales, de acuerdo con versiones de excompañeros del militar, y desde Táchira habría sido trasladado en avión hasta Caracas con custodia de un oficial y de personas que estuvieron involucradas en el secuestro.

Desde el momento de la captura hasta que el primer teniente lograr burlar la seguridad y evadirse, elementos desconocidos tomaron su teléfono y trataron de establecer comunicación con algunos familiares y con excompañeros, simulando ser el militar.

Debido a ello, no hubo alarma entre sus conocidos por su desaparición durante los primeros días.

La moto de Caldera también desapareció desde el secuestro sin que hasta ahora se conozca quiénes la tomaron.

Disparo en la rodilla

Tras escapar momentáneamente logró comunicarse con excompañeros de la Operación Aurora y con personas cercanas, a quienes les manifestó lo ocurrido y les pidió ayuda para evadir a los cuerpos de seguridad del régimen.

Al ser atrapado habría recibido un disparo en una rodilla para impedir su movimiento. Lo siguiente que se ha podido conocer es que el primer teniente fue llevado al Hospital Militar, sin embargo hasta ahora no habría sido operado y los organismos tampoco ha contactado a los familiares para informarles del estado de salud.

“Es preocupante la situación de mi hijo. Queremos saber sobre el estado de salud de Franklin. Si es cierto el impacto de bala, si tiene traumatismos generalizados. Yo como médico sé que para que él tenga todo ese tipo de lesiones, debe estar en una situación delicada”, dijo su madre, Yuraima Martínez.

Tienen miedo

La médico general teme que se le presente un shock séptico a su hijo si no es operado y se le da un tratamiento adecuado de manera oportuna. Eso sería uno de los peores escenarios porque estaría comprometida la vida del militar.

“Necesitamos que la comunidad internacional nos apoye, que levanten la voz, nos ayuden sean nuestros voceros”, pide Martínez, quien no entiende por qué la administración de Maduro oculta la información sobre su hijo.

La doctora recuerda que el primer teniente “tiene derecho a tener un proceso legal justo”, apegado a las leyes.

“Que saquen a la luz púbica la detención del primer teniente Franklin Cadera, porque sí lo tienen detenido, hospitalizado y está herido, y si saben que esto se conoce a nivel mundial, por qué lo tienen detenido, por qué no se han puesto a derecho y han sacado una comunicación de la realidad”, insiste.

Los padres del militar opositor admiten tener miedo por lo que pueda pasar con su hijo, con la seguridad personal de ellos y las medidas de retaliación que pudiesen tomar contra  su otra hija, quien también es primer teniente y se encuentra activa dentro de la institución militar.

Operación Aurora

La Operación Aurora estuvo conformada por 10 militares y unos 100 indígenas pemones, que tenían formación en el área militar y de seguridad.

Por este hecho fueron encarcelados 13 indígenas pemones en el penal de El Rodeo II. De ese grupo, Salvador Franco murió el pasado mes de enero en los calabozos del régimen sin recibir atención médica adecuada y oportuna. El pemón presentaba síntomas de coronavirus y además tenía anemia y dolencias gastrointestinales debido a la deficiente alimentación y el mal estado de salubridad del lugar.

Desde esa actuación, Caldera no habría vuelto a pisar territorio venezolano y estuvo viviendo entre Brasil y Colombia. En ese último país estaba trabajando en un restaurante de comida rápida.

“Lo que pedimos al gobierno de Nicolás Maduro es que no violen los derechos de mi hijo y se le respete totalmente el debido proceso jurídico. Te lo suplico, que nos permitan velar por nuestro hijo y saber que está bien”, rogaron los padres del militar.

“A mi no me importa ya cómo lo detuvieron, eso lo dirán ellos al gobierno extranjero, darán sus explicaciones. A mí, a la mamá del primer teniente, me interesa la vida del primer teniente, como madre lo  que me interesa es la vida de mi hijo”, enfatizó Martínez.

Una familia de tradición militar

El interés del primer teniente Caldera por el mundo militar le vino de familia. Su padre también fue funcionario castrense. Estuvo en la Armada y es un hombre apegado a los principios y valores de la institución marcial.

Franklin Caldera también tiene una hermana que es primer teniente, quien está embarazada y a diferencia de su hermano, se ha mantenido activa dentro en el mundo castrense venezolano.

Justamente la situación de la primer teniente es otra de las preocupaciones del matrimonio Caldera-Martínez, que teme que se puedan ser tomadas represalias en su contra.

¿Cómo le atrapan en Colombia?

De acuerdo con información que le ha sido suministrada a la familia de Caldera y a la referida por los excompañeros de la Operación Aurora, a Caldera presuntamente lo habría invitado a una reunión una figura activa de grupos de la oposición que desde hace más de dos años hacen vida en Colombia.

“Él comenta que funcionarios del gobierno, en este caso la Dgcim, entraron a territorio colombiano para secuestrarlo en conjunto con un grupo armado en compañía de un ciudadano de nombre Brian. Ahí lo secuestran, lo trasladan a territorio venezolano y lo colocan en el aeropuerto de La Carlota”, señaló el padre del primer teniente, haciendo referencia a la información que su hijo le habría dado a una de las personas con las que se comunicó al escaparse de las garras de la contrainteligencia venezolana.

Noticia escrita por Carola Briceño con la periodista Beatriz Galindo, de Cima News Digital. 

@CarolaBriceno

@bgalindo74


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