transición democrática
Margarita López Maya. Foto: Jonathan Lanza

La historiadora Margarita López Maya hizo una reflexión sobre el tipo de liderazgo político que se necesita para dirigir una transición democrática: “No se caracteriza por ser confrontacional sino todo lo contrario. Mucha mano izquierda”, dijo, al tiempo que aclaró que su perfil suele ser distinto a un político de tiempos normales.

Al puntualizar sobre la transición democrática desde la España franquista, la también docente y analista político indicó que Adolfo Suárez, por ejemplo, venía de las filas franquistas y era poco lúcido para muchos. El escritor Javier Cercas lo caracterizó como “un héroe de la retirada, con gran sagacidad y mucha experiencia política, pero no necesariamente ducho en teorías políticas o popular”.

En el caso de Venezuela, recordó cómo Wolfang Larrazábal condujo la transición de Marcos Pérez Jiménez a la democracia. “Hasta el 23 de enero de 1958 era prácticamente un desconocido. No se le recuerda particularmente lúcido”, dijo.

¿Qué se necesita para una transición democrática?

“¿Ya estamos en transición democrática?”, se preguntó.

“Definitivamente no”, se contestó.

“Hemos visto medidas de liberalización económica, pero eso no contribuye con la democratización política. Al contrario, pudiera llevarnos a una transición desde un régimen autoritario a otro autoritario pero diferente”, señaló.

“La apuesta chavista-madurista es esa, sobrevivir modificando el modelo económico para emular países como China y Rusia, que liberalizaron sus economía y apretaron tuercas del autoritarismo político”, puntualizó.

“La liberalización económica no implica transición democrática”, agregó.

Empresarios y sectores con poder y dinero

Para López Maya los sectores empresariales y aquellos que tienen poder y dinero son necesarios para apoyar la transición democrática, como lo señala el libro Democracias y dictaduras en América Latina, de Scott Mainwaring y Aníbal Pérez Liñan.

Explicó que si bien el gobierno de Nicolás Maduro se ha sentado varias veces en mesas de negociación, “lo cierto es que no actúa para favorecer una democratización”.


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