El embargo de la sede del diario El Nacional, en Caracas, ha hecho que el gobierno de Estados Unidos, la oposición venezolana y la prensa en el mundo se manifiesten ante lo que consideraron un nueva arremetida en el país contra la libertad de expresión.
En Venezuela algunos atribuyen la ejecución del embargo a rencillas dentro del chavismo, entre Diosdado Cabello y Nicolás Maduro en momentos en que este anunciaba que participará en un proceso de negociación con la oposición, con la intención aparente de desbloquear el juego político y así volver a ganar una mínima legitimidad democrática ante la comunidad internacional, así lo reseñó La Voz Galicia.
El embargo de los bienes y de la sede de El Nacional es parte de la indemnización ordenada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) por «daño moral» a Cabello.
El Nacional, Tal Cual y La Patilla se hicieron eco de informaciones que aparecieron en el diario ABC de España el cual calificaba al dirigente chavista como presunto «narcotraficante».
Tras conocerse el fallo que reclamaría el embargo de los bienes del diario si no se le abonaba la indemnización equivalente a más de 13 millones de dólares fijada por el TSJ, el viernes 14 de mayo en la noche se ejecutó de manera ilegal el embargo del rotativo, instalaciones en la que el chavista prometió que se creará «una universidad de la comunicación».
Miguel Henrique Otero, editor de El Nacional y exiliado en Madrid, aseguró, a su vez, que el embargo obedece a que el verdadero poder del chavismo es Cabello y no Maduro. «Está negociando con los españoles una nueva apertura, las elecciones, pero Diosdado controla (…) Maduro tendrá los ministros y los cubanos y las FARC y el ELN, pero el poder real lo tiene Cabello», señaló.
Según La Voz Galicia, otras visiones, afirman que Cabello está intentando, justamente, torpedear una negociación política en la que se han comprometido esta semana Estados Unidos y la Unión Europea, al apoyar ambas el Acuerdo de Salvación Nacional propuesto por Juan Guaidó.
El Nacional fundado en 1941 por Miguel Otero Silva, padre del actual editor y uno de los más grandes escritores del país, es uno de los medios de comunicación más emblemáticos de la prensa venezolana.