Willy Meleán
Foto: El Tiempo

El operativo de la Policía de Colombia que permitió el sábado ubicar y ultimar al capo venezolano Bernardino Meleán Frontado, alias Willy Meleán, sigue arrojando sorpresas.

El Tiempo confirmó que el cabecilla de la banda criminal de Los Meleán tenía una cédula colombiana original, la cual usaba para moverse por diferentes departamentos y pasar sin problema los puestos de control, a pesar de tener tres circulares rojas de la Interpol por homicidio, extorsión y hurto agravado.

Los agentes que ejecutaron el operativo descubrieron que la amante de Willy Meleán también tenía cédula colombiana original.

«Fueron diligenciadas en Galapa (Atlántico) y tenían números consecutivos», le dijo a El Tiempo uno de los investigadores.

El diario investigó el tema y conoció que el capo venezolano, cuya banda criminal actuaba en Colombia desde 2018, tramitó el documento ese mismo año.

Se presentó a la sede de la Registraduría en Galapa (Atlántico) y dijo ser Barranquillero, con fecha de nacimiento del 26 de agosto de 1983.

De toda la información que dio, lo único cierto es su tipo de sangre: O+.

Después de pagar una fuerte suma, logró que le expidieran el documento el 3 de abril de 2018. Y logró hacer lo mismo con una de sus amantes que, desde ese año, se llamó Iranitza Elizabeth Reyez Granadillo.

La mujer tiene tan solo 22 años de edad y era una de las tres amantes que el capo tenía en Colombia.

Registraduría toma medidas

Otro punto clave para dar con su paradero fueron sus empleadas del servicio. Ellas se encargaban de llevarle ropa de marca, objetos personales y celulares en lujosas maletas.

El Tiempo confirmó que la Registraduría Nacional, en cabeza de Álex Vega; la Interpol y la Fiscalía ya empezaron a tomar medidas de fondo sobre este fenómeno que este diario viene denunciando desde hace más de dos años.

A Willy Melean le hicieron seguimiento electrónico de sus principales abonados telefónicos para detectar sus movimientos en Bucaramanga y Bogotá.

A 20 de sus principales contactos les recolectaron más de 500 horas de información para conocer las rutinas del jefe de Los Meleán. De igual manera, se adelantaron más de 137 actividades de tomas de fotografías permitieron hacer un mapa de sus traslados en la capital santandereana.

Una vez establecidas sus rutinas, los investigadores de la Sipol, de la Policía Metropolitana de Bogotá, comenzaron la vigilancia bajo la apariencia de un comerciante de leche para poder determinar la llegada, el pasado fin de semana, de Meleán y sus hombres.

Él fue el encargado de dar luz verde a la llegada de los Comandos Especiales de la Policía, por tierra y por aire.

Los comandos especiales fueron recibidos a fuego por todo el esquema de seguridad del delincuente venezolano cuando se percataron de que uno de los empleados de la finca había visto movimientos extraños.

Fue el propio Meleán quien disparó a los dos Policías colombianos en varias oportunidades, lo que ocasionó la reacción de los uniformados.


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