ONG denuncia que persiste la discriminación contra personas Lgbti
Foto @rrbfotos

Una bandera con los colores del arcoíris ondea al viento frente a la entrada del Parque Francisco de Miranda, donde a cada minuto que pasa hay más personas presentes para la gran marcha del orgullo LGBTI en Venezuela. Ni el cielo nublado ni la lluvia, que solo cesa por breves minutos, impiden que más miembros del colectivo lleguen al punto de encuentro desde las 10:00 am, acompañados de sus banderas, maquillajes llamativos y ropas coloridas. Cada uno se expresa con alegría y sin miedo a la discriminación en la XXI edición de la marcha, tras dos años de ausencia en las calles a causa de la pandemia.

La atmósfera, enérgica y vibrante, se va colmando de más personas que se preparan para marchar por las calles de Caracas hasta llegar a Zona Rental bajo el eslogan: “Ni más, ni menos, los mismos derechos”. En un país donde todavía no se ha legalizado el matrimonio igualitario ni se reconocen los derechos de las personas transgénero, los miembros de la comunidad LGBTI se abrazan entre ellos, se toman de las manos sin temor y posan para las fotos con una sonrisa, incluso cuando ni siquiera conocen a la persona que posa a su lado.

Algunos llegan solos y esperan en la entrada del parque Francisco Miranda o en las afueras de Parque Cristal; otros llegan en grupo para evitar sufrir algún acto de homofobia en su contra mientras acuden a la convocatoria. Sin embargo, la mayoría reconoce haber sufrido discriminación a lo largo de su vida por ser miembros del colectivo LGBTI.

Ese es el caso de Jhonatan Lozada, un joven que trabaja en un supermercado Central Madeirense que se identifica como una persona gay. Con una camisa blanca que luce una bandera del arcoíris, Lozada asegura que la marcha sirve para alzar la voz por la comunidad LGBTI. A su juicio, en el país hace falta más humildad y amor, “a veces por ser miembro de la comunidad te tratan de lo peor. Esta marcha es para alzar la voz y decir: no más rencor hacia nosotros, somos personas normales, amor es amor, solo queremos que nos acepten. He sufrido muchísima discriminación desde pequeño, hasta en el liceo, traté incluso una vez de quitarme la vida. Pero dije que iba a seguir adelante porque hay gente que cree en mí”, afirma con la voz quebrada y lágrimas en los ojos.

Las banderas que se mostraron en las calles | Foto @rrbfotos

A unos pocos metros de distancia de Lozada está  Sarah “Mimí” Plata, una estudiante de 20 años que acude a la cita con una bandera de la pansexualidad, se identifica con los pronombres Ella y Él. Para Plata han sido demasiadas las veces las que ha sufrido discriminación, “solo hoy un señor que estaba sentado a mi lado en el autobús me vio, se paró y se fue a sentar al fondo”, cuenta. A su juicio, para que haya una sociedad inclusiva se debe empezar por fomentar la educación sexual en las escuelas. “Se deben inculcar valores acerca de lo que implica la comunidad LGBTI, además de darle más visibilidad en los medios de comunicación”, opina.

marcha del orgullo LGBTI
Sarah Mimí Plata | Foto @rrbfotos

Esta es la tercera vez que acude a una marcha del orgullo LGBTI en Venezuela, un país donde solo en 2022 se han registrado cuatro asesinatos contra miembros de la comunidad, según los reportes del Movimiento Somos. “Mi experiencia en las marchas ha sido bastante buena, el ambiente es bastante agradable. Sin embargo, siempre hay gente que no forma parte de la comunidad y acude a la marcha LGBTI, eso a veces te hace sentir incómodo”, comenta.

La caravana | Foto @rrbfotos
marcha del orgullo LGBTI
Parte de lo que se vivió en la marcha | Foto @rrbfotos

“Abrazos de mamá”

A diferencia de Sarah Plata, hay otros que acuden con sus pancartas y banderas por primera vez. Resguardada bajo el techo del Parque Francisco de Miranda está Lenny Marcano, de 54 años, una maestra jubilada con un TSU en Informática, madre de un chico transgénero de 16 años llamado Alan. Marcano acude por primera vez a la movilización con una pancarta llamativa en la que se lee: “Abrazos de mamá”.

“Lo más difícil de ser madre de un miembro de la comunidad LGBTI es la aceptación de los demás, no para mí. Yo lo acepto porque es el regalo que Dios me dio, lo más difícil es que la gente lo acepte tal y como él es. A esos padres que rechazan a sus hijos les diría que comiencen a ponerse en los zapatos de cada uno de sus hijos. Ellos vinieron a este mundo porque Dios así lo quiso. Lo importante es que ellos los ayuden en ese camino a que sean felices”, afirma.

Abrazos de mamá | Foto @rrbfotos

Así como Marcano apoya a su hijo transgénero, a la marcha del Orgullo LGBTI también acuden por primera vez Isabela Montaña, estudiante de Comunicación Social de 20 años, y su mamá, Adriana Marín, una artista plástica de 50 años.

Para Montaña es momento de que los miembros de la comunidad se visibilicen. Asegura: “No puedo dejar que solo los activistas hablen por mí, yo también tengo que salir y hacerlo. Necesitamos un gobierno que garantice los derechos de las personas, hay que empezar por allí. Probablemente sí he sufrido discriminación en mi vida, pero no le presto atención. Creo que este es mi momento de vivir, quiero ser feliz y no me voy a detener solo porque alguien me mire feo. De hecho, viniendo para acá un señor se me quedó viendo y comenzó a reírse, pensé: ¿de qué te ríes? ¿Es porque me veo linda y tú no?”.

Junto a Montaña, está su mamá, Adriana Marcano, luciendo con orgullo un cartel que expresa su apoyo y aceptación. “Yo vengo a apoyar a mi hija. Para mí, tener una hija miembro de la comunidad LGBTI es normal, no es para nada difícil. Creo que es un grave error que los padres rechacen a sus hijos solo por ser miembros de la comunidad, los hacen sufrir con eso”, asegura Marcano.

Isabella Montaña y su mamá Adriana Marcano | Foto @rrbfotos

Igualdad de derechos

Mientras los miembros de la comunidad LGBTI se preparan para empezar la marcha, entre los presentes están los activistas, las ONG y las asociaciones que hicieron posible la concentración de este año. Más de 46 organizaciones participaron en la logística de la movilización a la que acuden personas de estados como Aragua, Mérida, Lara, Portuguesa, entre otros. A medida que llegan los marchantes, la ONG Prisma debuta en el grupo de organizaciones, entrega brazaletes a los interesados en recibir información sobre la comunidad y se da a conocer como una organización que brinda apoyo.

Entre ellos está Gilbert Flores Camacaro, profesor de modelaje de 32 años, quien acudió a la marcha como Rubí, un personaje con el cual está incursionando en el arte de la transformación. Con un traje de 18 metros de tela con los colores del arcoíris y una peluca rosada, Flores Camacaro asegura que Prisma ayudará a “sacar a esos chicos que viven en la oscuridad en medio de la comunidad LGBTI. Prisma planea rescatarlos y les brindan ayuda, porque aquí estamos todos para ayudarnos”, explica.

Gilbert Flores Camacaro estrenando su personaje Rubí | Foto @rrbfotos
El personaje Rubí | Foto @rrbfotos

Entre los marchantes están, además, quienes sin ser miembros de la comunidad apoyan la lucha por sus derechos y expresan su solidaridad. Embajadores, encargados de negocios y representantes del Cuerpo Diplomático también acuden a la convocatoria para expresar su solidaridad con la comunidad.

“He venido para afirmar mi solidaridad como francés a los derechos de la comunidad LGBTI, derechos universales que deben defenderse en Venezuela y en otros países. No vengo para dar lección sino para destacar la necesidad de preservar los derechos de la comunidad, sobre todo el derecho de amar”, asegura Romain Nadal, embajador de Francia en Venezuela.

https://mobile.twitter.com/NadalDiplo/status/1543631326867329024

Junto a él están representantes de las embajadas de México, Alemania, Reino Unido e incluso Holanda. Varios representantes diplomáticos de la Unión Europea que acuden por primera vez en Venezuela a una marcha por los derechos de la comunidad LGBTI.

https://mobile.twitter.com/UEenVenezuela/status/1543617893333614592

Alegría y orgullo

Pasa de la 1:00 pm y el camión que dirige la marcha comienza a arrancar seguido de una oleada de miembros de la comunidad LGBTI que se extiende varias cuadras. Entre ellos está Luyko Carmona, un fotógrafo de 27 años que se define como bisexual y demisexual. En su caso, ha ido a la marcha desde hace cinco años, cuando cambiaron la ruta para salir desde Miranda hasta Zona Rental. “A veces hubo percances, lo que nunca ha faltado es la diversión y que siempre estamos en pro de algo mejor para la comunidad. Creo que hace falta el apoyo y la inclusión sin la discriminación visual. Siempre estamos en el cliché de que la bandera pride significa gay y realmente hay una diversidad mayor, falta incluirlos a todos por igual”, asegura.

Luyko Carmona | Foto @rrbfotos
La bandera pride | Foto @rrbfotos

Las banderas con el arcoíris toman las calles y comienzan el recorrido. Entre ellos está Arianna Gouveia, de 15 años, una joven que se identifica como bisexual y se dedica al teatro que se cubre con su bandera ante la inminente lluvia. En su caso es la segunda vez que acude a la marcha, un evento en el que, a su parecer, se siente un ambiente familiar.

“El problema viene del pensamiento de las generaciones anteriores. Es imposible o muy difícil lograr una sociedad más inclusiva si no cambia el pensamiento de los padres y los abuelos. Si ellos no cambian su forma de pensar, no se logrará hablar de la homosexualidad sin que sea un tema tabú”, opina Gouveia.

Arianna Gouveia en la marcha del orgullo | Foto @rrbfotos

La marcha del orgullo LGBTI avanza por las calles de la capital mientras algunos curiosos se asoman por las ventanas de los edificios para verlos. Unos saludan desde sus balcones, otros simplemente vuelven a ingresar a sus hogares con el ceño fruncido. Mientras, en las calles, la comunidad LGBTI sigue expresándose libremente. Los agentes de la policía escoltan la marcha y detienen el tránsito desde donde algunos conductores de autobuses tocan la corneta en señal de apoyo.

Desde el camión que guía a la caravana hay un grupo de miembros de la Asociación Espacio Plural. Con el micrófono, motivan a los marchantes a expresarse libremente con tolerancia y respeto. Desde allí, lanzan preservativos para concientizar a los presentes sobre las prácticas sexuales seguras y salvar vidas al prevenir enfermedades de transmisión sexual. “Somos más de 20.000 personas marchando por nuestros derechos”, dicen desde el vehículo que lidera una procesión que se extiende varias calles.

La caravana avanza sin percances entre la música, la lluvia y la alegría con rumbo a Zona Rental. Allí los miembros de la comunidad LGBTI podrán continuar celebrando el orgullo de ser quienes son.

marcha del orgullo LGBTI
Parte de los carteles que llevaron a la marcha | Foto @rrbfotos
La marcha del orgullo en Caracas salió luego de 3 horas de la convocatoria en Miranda | Foto @rrbfotos
marcha del orgullo LGBTI
Miembros de la comunidad salieron a exigir sus derechos | Foto @rrbfotos

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