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Pedro Ezequiel Romero Muñoz, coronel de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, murió luego de presentar signos de insuficiencia cardíaca y de no recibir atención médica en el Hospital Militar de Caracas, adonde sus familiares lo llevaron en un primer momento.

Un compañero de componente de Romero Muñoz contó a la periodista de la fuente militar Sebastiana Barráez, para un artículo publicado en Infobae, que a la hija del coronel, quien también es oficial de la institución, la recibió una médico el jueves en la noche en la parte externa del centro asistencial porque no les permitieron el ingreso.

«Le comunicó que no podían atenderlo porque no había cupo ni oxígeno«, aseguró. Entonces envió al coronel al estacionamiento, donde están ubicadas unas carpas desde hace tiempo y le aseguró que ahí lo atenderían.

En el lugar había dos médicos que ratificaron que no podían recibir al oficial y le recomendaron a la Lisbeth Romero, su hija, trasladarlo a un Centro de Diagnóstico Integral, a otro hospital o a una clínica. La coronel llevó a su padre al Centro Clínico de la Guardia Nacional Bolivariana.

«Al llegar allí, dejó su auto afuera de las instalaciones de Emergencia. Se dirigió a pie hasta las puertas del recinto, donde la atendió una capitana. Le informó que por la hora y la pandemia del covid-19 no había médicos. Además, no tenían cupo ni oxígeno. Solo le recomendó que lo trasladara al Poliedro o al Centro Asistencial de Coche, acción que realizó, pero recibió la misma negativa: no hay médicos, no hay camas libres, no hay oxígeno«, narró la fuente.

Sin la posibilidad de poder internarlo, y llegada la madrugada, la hija del coronel lo llevó nuevamente a su casa, donde intentaron estabilizarlo. El domingo 23 de agosto, la hija de Romero Muñoz coordinó su traslado al Hospital Victorino Santaella de Los Teques, en Miranda. Lo ingresaron en horas de la tarde y falleció dos días después.

«Nos encontramos desasistidos, desamparados; tristeza e impotencia son los sentimientos que emergen ante tanta indolencia y desidia por parte de los organismos descritos. Al conocer estos hechos dantescos, deducimos que se ha perdido la sensibilidad humana. ¿Cómo es posible que la hija no haya recibido el apoyo y la solidaridad de su órgano superior, a pesar de haberlos requerido en reiteradas oportunidades? Finalmente, creo en la obligación de describir estos hechos plagados de incomprensión humana», expresó el informante.


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