Foto: cortesía

La iniciativa Coromoto 2020 nace de la preocupación por la falta de alimento en las familias venezolanas que tienen una situación económica y social muy precaria, y que se acentúo aún más durante el confinamiento tras el cierre de comercios, empresas y locales por la pandemia del covid-19.

Congregaciones, colegios, fundaciones y empresas han colaborado con Coromoto 2020 para llevar una cesta básica de comida a estas familias menos favorecidas. Farmatodo, St. Moritz, la Escuela Campo Alegre y la Academia Washington son algunos de los contribuyentes en esta labor.

La repartición de los alimentos se hace a través de 16 vicarías, estas son parroquias atendidas por un grupo de monjas en los lugares más pobres de Caracas.

Las hermanas que atienden esas vicarías son las encargadas de distribuir a las familias los alimentos recaudados por las donaciones que le hacen a Coromoto 2020, debido a que ellas son las que conocen más de cerca a quienes más lo necesitan en sus respectivas comunidades.

También reciben ayuda los dos colegios Mano Amiga en Turgua y Filas de Mariche.

«El kit de alimentos contiene un kilo de harina, arroz, pasta, caraotas, azúcar y una lata de sardina o atún, que aunque es algo muy básico es una forma de evitar que las personas escarben en la basura» declaró el padre Elías Sayegh, uno de los pioneros de la iniciativa.

Las personas que deseen colaborar con esta iniciativa pueden hacerlo a través de las redes sociales @coromoto2020_ , un gofundme, cuentas bancarias o donando alimentos en los centros de acopio en Caracas: colegios Los Arcos, San Luis, Santo Tomás de Aquino, Cumbres, Andes, Cristo Rey o la Academia Merici.

Sayegh destacó que la importancia de la labor de Coromoto 2020 no solo se basa en la búsqueda de alimentos para las personas más necesitadas sino de transmitir que todavía se cree en el buen corazón del venezolano, en que hay gente dispuesta a amar y ayudar.


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