Venezuela enfrenta una crisis de proporciones alarmantes debido al creciente contrabando de carne porcina, que no solo pone en peligro la estabilidad de cerca de 100.000 empleos, sino que también plantea serios riesgos para la salud pública en todo el país.
La situación se ha vuelto crítica en las últimas semanas, con miles de kilos de carne porcina ingresando ilegalmente al territorio venezolano, principalmente a través de la frontera del estado Táchira, publica el medio digital Banca y Negocio. Esta práctica no solo ha desencadenado preocupación, sino que también ha generado un impacto devastador en la economía nacional.
Las autoridades venezolanas activaron el Estado Mayor contra el Contrabando para implementar una estrategia que aborde esta problemática. Nicolás Maduro instó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a identificar y combatir las mafias del contrabando que operan en el país.
En respuesta, la FANB desplegó una serie de puntos de control a lo largo de la frontera con el objetivo de frenar el ingreso ilegal de carne porcina y proteger la economía. A pesar de estos esfuerzos, la situación sigue representando un desafío significativo para las autoridades del país.
Riesgos sanitarios
La carne porcina contrabandeada carece de los permisos sanitarios requeridos y en algunos casos no cumple con los estándares de seguridad alimentaria, lo cual representa un peligro inminente para la salud de los ciudadanos.
El sector porcino venezolano se encuentra en una situación crítica debido a la práctica de dumping implementada por los productores de Estados Unidos y Canadá, que ha llevado a una disminución significativa de los ingresos y pone en peligro la viabilidad económica de los productores locales.
Ante esta situación, las autoridades venezolanas fijaron medidas adicionales para enfrentar el contrabando, incluidos controles más estrictos en las fronteras, acciones logísticas anticontrabando y campañas dirigidas a los consumidores.