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Un votante en una escuela pública de Chelsea, Nueva York. Foto: Bryan R. Smith / AFP

Muchos venezolanos seguirán las elecciones de este martes en los Estados Unidos casi tan de cerca como lo harán los ciudadanos de ese país.

Con el gobierno de Donald Trump como principal aliado de la causa opositora, se ha enraizado la idea de que solo su triunfo asegurará la solución de la crisis.

Relación de Estados Unidos es bipartidista

En la cuenta regresiva para este día fueron varios los analistas locales que, como el internacionalista Emilio Figueredo, alzaron su voz para calmar los nervios en este particular, al decir que la política de Washington hacia Venezuela es bipartidista y que no variará con un demócrata en la Casa Blanca.

En declaraciones recientes del demócrata Joe Biden a El Tiempo, este aseguró tener el objetivo de promover y lograr la libertad de los venezolanos.

Figueredo se remite además a declaraciones recientes del encargado de negocios para la Oficina Externa de los Estados Unidos en Venezuela, James Story, quien afirmó que Estados Unidos seguirá apoyando a Venezuela, independientemente de quien gane en esta elección; y a la resolución unánime del senado estadounidense, de hace poco más de una semana, que fue impulsada por senadores republicanos y demócratas, y en la que se ratifica el desconocimiento de las polémicas elecciones parlamentarias en Venezuela, del 6 de diciembre, y se califica de fraudulento este proceso; al tiempo que se reitera el reconocimiento al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

“La solución a nuestra crisis política no se originará por una intervención militar extranjera sino, lo más probable, por una negociación internacional que involucre a Estados Unidos, Europa, China y Rusia, y eso lo llevará a cabo cualquiera de los candidatos que triunfe el 3 de noviembre”, agregó a El Tiempo Figueredo.

Otros, como el abogado especializado en Derecho Internacional, Mariano de Alba, aunque reconocen que ciertamente hay apoyo bipartidista a la causa opositora, destacan que, de ganar el demócrata Joe Biden, habrá “cambios importantes” en la política exterior hacia Venezuela, y ven en el triunfo de este una mayor posibilidad de que haya coordinación internacional, sobre todo entre Estados Unidos y Europa, para definir cómo presionar para resolver la crisis en Venezuela.

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Votantes en una escuela de San Luis, Missouri. Foto: Michael B. Thomas/Getty Images/AFP

¿Biden movilizará a la comunidad internacional?

En su conversación con El Tiempo, Biden aseguró que movilizará a la comunidad internacional para abordar la crisis humanitaria en Venezuela.

“Que gane Joe Biden va a ser bien recibido por los principales actores en Europa y América Latina, y eso pudiese abrir una especie compuerta para que se discuta de forma más coordinada el tema de Venezuela”, dijo de Alba, en la tarde de este lunes, en un encuentro virtual con los corresponsales en Venezuela.

A su juicio, dicho esfuerzo coordinado servirá, por una parte, para tratar de aumentar la respuesta en términos de cooperación internacional para países de América Latina que asumen la mayor carga migratoria; y, por la otra, para definir cómo hacer realidad aquello en lo que coinciden: que haya una elección libre y justa, lo más pronto posible, en Venezuela.

“La gran estrategia de Biden va a ser tratar de presionar por una negociación en Venezuela. Ahí tienen que tener mucho cuidado porque ya hay experiencias previas, fallidas. Inclusive el gobierno de Barack Obama fue un tanto ingenuo apoyando negociaciones en Venezuela, como por ejemplo la de 2016, con participación del Vaticano. También pienso que hubo un grado de ingenuidad importante con las negociaciones que adelantaron con Cuba. Es una gran incógnita si esa lección ya está internalizada o no, pero creo que es importante”, insistió De Alba.

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El candidato Joe Biden. Foto: Angela Weiss / AFP

¿Más presión al régimen por parte de Estados Unidos?

Aunque en su declaración a El Tiempo Biden insistió en que presionará “al régimen y sus cómplices con sanciones coordinadas contra los involucrados en la corrupción y los abusos de los derechos humanos”, De Alba prevé una revisión de las mismas, a efectos de determinar si alguna se ha convertido en motivo para el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos.

“Creo que sí pudiese haber mayor disposición por parte de un gobierno de Joe Biden de negociar el levantamiento progresivo de algunas sanciones, en la medida que haya avances en garantías democráticas en Venezuela, independientemente de si Nicolás Maduro sigue o no en el poder”, agregó de Alba, quien, sin embargo, insistió en que esto no será inmediato.

Como tampoco ve inmediata una eventual revisión del reconocimiento a Juan Guaidó como presidente interino, porque además considera que habrá mucha presión para que dicho reconocimiento continúe. Pero, en general, De Alba considera que, bajo un eventual gobierno de Biden, se hará un análisis más amplio de lo que está sucediendo en Venezuela.

En este sentido, espera que los asesores y funcionarios que traiga consigo la eventual administración demócrata diversifiquen a los actores que, actualmente, se escuchan en Venezuela.

Distintas voces

“Van a querer escuchar distintas voces y visiones de lo que está ocurriendo en el país, cosa que, en cierta medida, se ha perdido un poco, especialmente en los últimos años de la presidencia de Donald Trump, donde está clarísimo que el interlocutor principal de Venezuela ante el Departamento de Estado es la Asamblea Nacional, liderada por Guaidó, y de alguna forma esa parte de la oposición es quien ha llevado la voz cantante”, insistió De Alba.

De volver a ganar Trump, este especialista considera que continuará la presión diplomática y, sobre todo, económica hacia el régimen venezolano.

“Vamos a ver más de lo mismo en términos de estrategia, pero todo esto contingente a lo que suceda en Venezuela. Creo yo que, mientras no haya un cambio contundente en Venezuela mientras no cambie medianamente el juego que estamos viendo en este momento, no preveo un cambio considerable de política”, dijo De Alba al referirse a la eventual opción militar.

Ve poco probable, además, que, en un nuevo gobierno, Trump busque una conversación directa con Maduro, mientras continúe Guaidó como presidente encargado y mientras legisladores y gobernadores continúen ejerciendo una “influencia importante” sobre Trump.

“No veo una reunión entre Trump y Maduro, pero sí creo que podamos ver, en términos informales, algunos acercamientos, algunas conversaciones, que siempre han existido”, aseguró De Alba, quien considera que estas conversaciones podrían tener motivos más allá de lo político, como conseguir la liberación de los estadounidenses presos en Venezuela.

Andreína Itriago

Corresponsal de El Tiempo


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