La realidad en las universidades venezolanas es cada vez más preocupante, pues aspectos como la falta de presupuesto, deterioro a nivel de infraestructura y la deserción de los profesores, son apenas uno de los aspectos que influyen en su decadencia.

La inacción y falta de interés de las autoridades gubernamentales dan por sentado que este 2022 el rumbo de las casas de estudio del país no mejorarán.

Sobre esto el Observatorio de Universidades (OBU) indicó cinco realidades que se mantendrán, y algunas que se agudizarán este año:

Renovación de las autoridades

Este año 2022 corresponde la elección de las nuevas autoridades de las universitarias autónomas y las que hasta 2010 escogían a sus rectores, vicerrectores, decanos y demás instancias de cogobierno, apunta el OBU.

Sin embargo, lo que se disputa es que se pueda llevar a cabo este proceso de forma justa y democrática. Pero, este tema está en entredicho por la intervención de algunas universidades como la Francisco de Miranda (Unefm) en el estado Falcón y la Ezequiel Zamora (Unellez) en los estados llaneros.

Además del contexto de amenaza e imposición de autoridades como ocurrió en la Universidad Simón Bolívar en 2021.

Pese a ello, el OBU destaca que el aprendizaje de la realidad electoral en Venezuela debe servir de lección para actuar con unidad dentro de la diversidad, organización y estrategia en la defensa de la institucionalidad educativa.

Brecha entre universidades públicas y privadas

Aumentarán las desigualdades entre las universidades públicas y privadas durante el año académico 2022. Para el OBU los alumnos que tengan la oportunidad de pagar sus estudios en instituciones privadas estarán en ventaja con respectos a los de las públicas.

Destacan que los más pobres tendrán que lidiar con las carencias materiales de las instituciones públicas y la caída de la calidad en el aprendizaje que arrastran desde su formación preuniversitaria.

Salarios de hambre

Los salarios devengados por los profesores sigue siendo motivo de protestas por reivindicaciones. Este gremio tan importante para el desarrollo de la sociedad devenga entre 5 y 11 dólares al mes, los más bajos en Latinoamérica y el Caribe. Esta es la razón principal de la deserción tanto de académicos como de los alumnos.

Convención colectiva al margen de los trabajadores

Las condiciones del trabajo amenazan con agudizarse, lo que propicia el ausentismo de empleados, obreros y docentes, así como el conflicto entre los gremios que defienden los derechos de sus agremiados y las autoridades que son amenazadas constantemente por el ministerio si no mantienen la permanencia de los trabajadores.

Resiliencia en sector universitario

Finalmente, el OBU apuntó que las universidades del país seguirán en funcionamiento gracias a la vocación de los profesores que se mantienen en las universidades y de los alumnos que mantienen su esfuerzo a pesar de esta situación.

Para este fin, consideran clave construcción de redes de apoyo intra y extra universitarias que coadyuven a visibilizar la sistemática violación de derechos que ocurre en el sector

Es clave sobre esta realidad insistir en la  y a su vez la búsqueda de soluciones en conjunto para contener la arremetida progresiva en contra de las universidades venezolanas.

«La sostenibilidad de las instituciones de educación superior debe estar en el centro de la agenda pública, la posibilidad de reconstruir el país, superar la emergencia y alcanzar el desarrollo pasa por el mantenimiento de las universidades. Por ende, los actores políticos, económicos y sociales deben sumarse a la lucha por la educación superior venezolana», explicó el director del OBU, Carlos Meléndez.


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