Barinas
Foto: Federico PARRA / AFP

“¡Viva Chávez!”, clama Jorge Arreaza, padre del primer nieto de Hugo Chávez, frente a la enorme estatua de bronce y granito del expresidente de Venezuela en su pueblo natal, Sabaneta de Barinas. Quiere ser gobernador.

“No podemos fallarle al comandante Hugo Chávez”, dice Arreaza, que lleva una camisa roja con una estrella blanca bordada y en la manga izquierda, la firma de Chávez, su padre político, su exsuegro.

“¡A votar, camaradas, a votar, todos y todas, vamos a darle una pela a la oposición!”, sigue el exvicepresidente y excanciller, rodeado por una multitud de partidarios, ante el monumento de seis metros que muestra al fallecido exmandatario de pie, con el puño izquierdo en alto, sobre un pedestal con escenas de su niñez.

Cae la noche en este pueblo de 28.000 habitantes en el estado Barinas.

Un cartel descolorido por el sol recuerda a la entrada de Sabaneta que allí, en 1954, nació Chávez. Hay por todas partes coloridos murales dedicados al expresidente, así como una ruta turística diseñada por sitios como la casa donde creció con su abuela o la escuela de su niñez.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha intentado convertir a Sabaneta en lugar de culto a Chávez tras su muerte por cáncer en 2013, pero como el resto de Venezuela, este pueblo está golpeado por la hiperinflación que disolvió el poder adquisitivo y por pésimos servicios públicos.

Barinas, ¿vuelve la esperanza?

“¡Estamos sin luz!”, grita desde una vivienda una mujer al ver pasar a Arreaza, en un vehículo todo terreno tipo militar, sin techo, con un rótulo en el parabrisas que lee: “¡Vuelve la esperanza!”.

Es el eslogan de Arreaza, que vende un discurso de cambio, renovación, pese a que el chavismo ha gobernado en este estado desde 1998, siempre por un miembro de la familia Chávez, en medio de denuncias de corrupción y abandono.

En las regionales de noviembre la oposición se encaminaba al triunfo, pero el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, ordenó suspender el conteo de votos y fijó nuevos comicios para el 9 de enero.

El candidato opositor, Freddy Superlano, quedó fuera de competencia, alegando que estaba inhabilitado por investigaciones judiciales.

Argenis Chávez (2017-2021), hermano del expresidente y último de la dinastía gobernante, renunció a buscar la reelección tras la inminente derrota. Antes de él gobernó su padre, Hugo de los Reyes Chávez (1998-2008) y luego otro hermano, Adán (2008-2016).

“Le tengo mucha confianza a Arreaza. Va a echarle bolas”, dice Juan Antonio Lucena, un chofer jubilado de 66 años de edad, presente en la caravana de Arreaza. Se jacta de ser 100% chavista, como la mayoría en este pueblo, y haber jugado softbol con Chávez.

El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ganó la alcaldía del municipio Alberto Arvelo, donde está enclavada Sabaneta.

Barinas
Jorge Arreaza en un acto político en Barinas. Foto: Federico PARRA / AFP

“La gente está mal”

De los postes de luz de la avenida principal de esta población cuelgan numerosos carteles con el rostro de Arreaza. No hay ni uno de su principal adversario en los comicios del domingo, Sergio Garrido, que tomó el lugar de Superlano.

La relación de Arreaza con Barinas es a través de la familia Chávez. Es padre de Jorge Arreaza Chávez, el primer nieto del exgobernante, que le llamaba el Gallito.

Que la oposición liderara el conteo anulado por la gobernación fue una alerta, expresa Reinaldo Chávez, diputado en el Consejo Legislativo local e hijo de un primo hermano de Hugo Chávez. “Tal vez nos ganó el triunfalismo”, dijo.

“Tenemos que sacar más votos”, coincide Lucena.

Edixon Nieto, un agricultor de 22 años que votó por Superlano, explica su voto: “Acá en Sabaneta, no te voy a caer a embustes, la gente está mal. La comida, cara, todo caro”.


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