Argentinos

Evelin Saldaño, de 29 años de edad, y Adrián Tevere, de 37 años, constituyen una pareja de argentinos que llegó el 4 de marzo a Venezuela, motivados por su pasión por el fútbol y seducidos ante la idea de pasar unas románticas vacaciones en las cálidas aguas del Caribe.

Un plan hermoso y que hace unas semanas había resultado ideal para la pareja de argentinos, lo que afirma Saldaño, que describe como un verdadero paraíso las playas y escenarios naturales que tuvo la oportunidad de conocer durante su recorrido por Táchira, Mérida, Falcón y Aragua.

Lastimosamente, en la memoria de estos enamorados los recuerdos alegres de la calidez del mar, el brillante sol y la euforia de los juegos deportivos van adquiriendo matices grises conforme pasan los días, para dar paso a instantes de ansiedad, nervios, angustia y miedo.

Después de que la Organización Mundial de la Salud elevó al covid-19 de epidemia a pandemia, Venezuela decretó cuarentena total y Colombia ejecutó el cierre de fronteras, Evelin y Adrián quedaron atrapados dentro del país, y fue así cómo sus vacaciones soñadas y planificadas para solo unos días pasaron a tornarse indefinidas y, sin dudas, una pesadilla.

Argentinos atrapados

El martes 3 de marzo fue el comienzo de la aventura para los novios que desde hace dos años mantienen una relación que nació en una cancha de fútbol, mientras apoyaban a su equipo favorito, el Racing Club.

Como hinchas de su equipo decidieron planificar el viaje para disfrutar de un juego de la Copa Libertadores, que enfrentaba al Racing con Estudiantes de Mérida.

Luego de evaluar las opciones económicas, decidieron viajar desde Buenos Aires hasta Cúcuta, para luego desde Colombia cruzar la frontera y disfrutar el partido realizado el pasado 5 de marzo en el Estadio Metropolitano Olímpico de Mérida, en el que el equipo de los argentinos resultó ganador, con marcador de 2 a 1.

“Luego del partido, fuimos a las playas. En Morrocoy estuvimos cinco días, un paraíso realmente. Mi novio ya había venido dos veces antes y había quedado enamorado de las playas. De ahí nos fuimos a Ocumare de la Costa para visitar Bahía de Cata y La Ciénaga. Nosotros teníamos que volver para la frontera e ir a Cúcuta para tomar nuestro vuelo el día 16, y el sábado 14 nos enteramos por nuestros familiares, de que Colombia había decretado el cierre de fronteras con Venezuela», explica Saldaño por WhatsApp.

«El domingo 15, pudimos tomarnos un micro (autobús) desde Maracay hasta San Antonio, el cual nos salió más caro, porque supuestamente ya no se podía viajar por los cierres de pasos internos. Viajamos toda la noche y llegamos el lunes en la mañana; fuimos directo al puente de la frontera, pero estaba cerrado. Intentamos que hicieran una excepción por tener el vuelo, pero lo que pudimos obtener fue la firma del lado venezolano, más no la entrada a Colombia, entonces tuvimos que anular la salida de Venezuela, y nos quedamos acá, varados en la ciudad desde el 16 de marzo”, explica.

Es preciso recordar que dentro de las medidas tomadas por Argentina, todos los vuelos de ingreso al país, incluso los conocidos como vuelos de repatriados que trasladan a los argentinos que quedaron varados se encuentran temporalmente suspendidos.

La pareja se está quedando desde el pasado 16 de marzo en un hotel en San Antonio, lo que representa un costo diario que afrontar. Un amigo les había ofrecido quedarse en una casa ubicada en San Cristóbal, pero debido a los cierres internos por la cuarentena, no pudieron trasladarse, así como tampoco pudieron llegar a Caracas, donde se encuentra la Embajada de Argentina, y desde donde podrían tomar un vuelo hacia su país, una vez esté permitido, y en caso de que el cierre de fronteras por parte de Colombia se extienda.

Mientras tanto, en el hotel en el que se hospedan afortunadamente la dueña los ha ayudado con el tema de la comida, al menos así lo afirma Saldaño, pues al no tener dónde cocinar, no tienen cómo ahorrarse el gasto que equivale la compra diaria de alimentos. “Por suerte la dueña del hotel nos cocina al mediodía, le damos plata y nos da el almuerzo, y en la noche comemos pan con jamón y queso. Nos ha ayudado mucho, ya que al cocinar para nosotros podemos comer mejor y también nos ofrece siempre su ayuda, si necesitamos otras cosas”, agrega.

Sin respuesta por parte de la Embajada de Argentina

“La embajada de acá no da respuestas. Los primeros días nos decían que no sabían nada, que no tenían directivas. Luego me contactó una persona y me ofreció tomar un vuelo a México, que realmente no sabemos por qué me lo ofreció, ya que yo quiero volver a mi país y no quedar varada en México. Nadie me asegura que desde allá estén saliendo aviones de repatriación, y además no es viable para nosotros, no podemos llegar a Caracas, que es desde donde salen los vuelos, y reitero, tampoco es una opción quedar varados en otro país”, manifiesta, en medio del intercambio de mensajes un tanto a destiempo, a causa de las fallas en la conexión de Internet.

Asimismo, aclara que no está de acuerdo con las medidas tomadas por su país, y solicita la ayuda del Consulado. “No estoy de acuerdo con que cierren las fronteras a los argentinos que queremos volver. Deberían ponernos en cuarentena obligatoria en un hotel, como se venía manejando, pero deberían dejar que podamos volver. Estos gastos que yo estoy teniendo ahora no están presupuestados y cada día que pasa es peor”, expresa.

Con una visión más amplia

Parte de su estadía prolongada en el país le ha permitido a la pareja constatar un poco de la realidad nacional; o obstante de la mirada turista entre conectividad limitada, cortes de luz programados, controles en las ventas y distribución de alimentos. También las “colaboraciones” que suelen solicitar ciertos funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana en áreas de fronteras.

“La realidad es que las vacaciones estuvieron excelentes, lo único incómodo fue que al entrar al país los guardias nos pidieron dinero. Cada vez que cruzábamos algún control, querían encontrar algo para sacarnos más plata”, dice en otro de los textos que forman parte de la entrevista virtual.

“La realidad es que yo tenía dudas de venir, por todo lo que se comenta en la tele pero mi novio me convenció. En cuanto al viaje en sí, sabíamos que íbamos a ir a Morrocoy, pero no teníamos nada comprado, estuvimos viviendo el día a día. Quisimos ir a Los Roques, pero económicamente nos fue imposible, así que desistimos y nos fuimos esos últimos días a Ocumare», indica.

«Yo ahora estoy angustiada y con la incertidumbre de no saber qué va a pasar, pero esto es independientemente del país. Lo único que nos dificulta estar acá es el tema de las tarjetas y que no podemos recibir efectivo, pero la incertidumbre sería igual en cualquier país”, concluye.

@EsDanielaFlores


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