cumbre
Álvaro Leyva conversa con Gustavo Petro. Foto: Juan BARRETO / AFP

La importancia que tuvo la cumbre de Bogotá es haber puesto el tema de Venezuela nuevamente sobre la mesa. Que el mundo refresque información sobre lo que está pasando y pueda llegar a conclusiones sobre lo que el futuro nos depara si no se producen cambios importantes. Qué se puede esperar.

Hay toda una línea de pensamiento que dice que el gobierno nunca entregará el poder porque el costo de su salida es muy elevado hasta el punto de riesgo personal, patrimonial, de libertad, y hasta de vida. Según esa línea, todo lo que se haga de negociación y diálogo es como una actividad que no llegará a ningún lado. Es lo que defienden los duros del senado norteamericano, y principalmente los republicanos.

Hay otra línea de pensamiento que sí cree en la democracia, y que cree que, en una elección, se le pudiera ganar al gobierno. Es la línea que impulsa los diálogos de México y en la que se apoya el esfuerzo de Petro. Es también la línea en la que se apoya toda la oposición, desde la light afecta al gobierno, hasta la dura que verdaderamente se opone. Todo ese abanico que cree que armando unas primarias y luego yendo a unas elecciones, pudieran cambiar el gobierno.

Bueno… ya la cumbre de Bogotá terminó, y no se puede decir si dejó buen o mal sabor, porque pareciera que no dejó ningún sabor. Ninguno de los presentes dijo nada nuevo, ni Petro aportó algún argumento diferenciador. Cada uno fue a repetir lo que siempre dicen sin necesidad de asistir a una cumbre.

Pero hubo dos hechos concretos que, desde Venezuela, conspiraron para que la cumbre perdiera importancia:

  • Uno fue el gobierno de Venezuela exigiendo no solo levantamiento de todas las sanciones, la libertad de Saab, la liberación de todos los fondos y activos congelados, y adicionalmente, como novedoso, que se levanten las sanciones personales de la justicia de EE UU y de la CPI.
  • El otro fue la escapada de Juan Guaidó rumbo a EE UU, pasando por Colombia, que fue pésimamente manejada por el gobierno colombiano, diciendo por un lado que Guaidó entró sin permiso, y admitiendo por el otro que todo se hizo acompañado de funcionarios de EE UU; y estos, a su vez, diciendo que todo lo habían hecho acompañados por funcionarios colombianos.

Eso por no mencionar que la cumbre se lleva a cabo dentro del alcance de la onda expansiva de la confesión voluntaria de Maduro, de que en su gobierno se habían robado las cuentas por cobrar y la caja de PDVSA. Mal timing de Petro… pero lo importante es que se hizo.

Los dos eventos mencionados conspiraron por enviar mensajes a los delegados, el primero infiriendo que no están dispuestos a negociar, sino que es un proceso de “todo o nada” … y con los antecedentes que hay, prácticamente quiere decir nada. El segundo porque si Guaidó, el paradigma internacional de la resistencia opositora, tiene que escaparse por los caminos verdes por la detención inminente, le pone difícil a los gobiernos de la región, principalmente de izquierda, defender al gobierno venezolano.

Todo indica que hoy, después de la cumbre, estamos más lejos que antes de una solución negociada. Porque si Maduro regresa a México sin que se cumpla su lista de condiciones, pues su posición sería de mayor debilidad. Porque para los americanos (con o sin cumbre) siempre estuvo claro que Saab debería seguir su proceso, que Venezuela sigue siendo una “amenaza inusual y extraordinaria”, entre otras cosas, por las relaciones muy cercanas de Venezuela con los enemigos de EE UU, Irán y Siria; claro que no habría que dejar de lado el tema del apoyo a Rusia, y la permisividad con China. Y todo lo relacionado con la corrupción, el lavado de dinero, el narcotráfico y el financiamiento al terrorismo. En definitiva, tenemos el paquete completo de razones como para que no quieran levantar sanciones.

Porque hay que estar claros en que para EE UU su seguridad interior es lo más importante, y luego viene lo de la democracia y los DD HH. De hecho, las sanciones tienen más que ver con lo primero que con lo segundo.

Una semana antes de la cumbre, cuando aún no se sabía a ciencia cierta si iba y en qué fecha, ya en Washington, Juan González comentaba informalmente que no estaban contentos con el gobierno de Venezuela, porque no estaba respondiendo positivamente a las flexibilizaciones y que no estaba mostrando compromiso con la democracia. Que ahora estaban exportando petróleo a EE UU y que no estaban valorando eso en su justa medida.

La posición de los países que mandaron canciller, Argentina, Bolivia y Chile, fue la tradicional de que los venezolanos resuelvan entre ellos sus diferencias; mientras que los otros 15 enviaron representantes de diferente nivel, ninguno de los cuales era vinculante en sus declaraciones. En definitiva, no se dijo nada nuevo, y la sensación neta fue que Maduro endurecía su lista de peticiones, y que Guaidó había tenido que salir de urgencia por riesgo inminente.

La actitud de Petro y su canciller frente al caso Guaidó también influyó en dejar en evidencia el sesgo pro Maduro que tuvo todo el esfuerzo de convocatoria de la cumbre.

Les decía la semana pasada que, en definitiva, la cumbre podía resumirse en Petro llevándoles a los americanos un mensaje de Maduro, frente a testigos que ya no miran con la simpatía de antes al gobierno venezolano. Y el resultado fue una declaración que le dio un peso importante al proceso electoral, y dejó en forma subsidiaria el tema de las sanciones. Para la cumbre las elecciones son primero, y lo de las sanciones vendrá después… eso si lo de las elecciones va bien según las recomendaciones del informe de la UE.

Como les había anticipado el Departamento de Estado, no participó en la misión, sino que estuvo a cargo de la Casa Blanca. No obstante, el DoS sacó un comunicado donde “dejó claro que Estados Unidos sigue firmemente comprometido con el pueblo venezolano y continuará trabajando con la comunidad internacional en apoyo de la restauración de la democracia y del Estado de Derecho en el país”. Jon Finer, jefe de la misión, y viceasesor principal de Seguridad Nacional de Estados Unidos, estableció que es un tema frente al cual su país tiene “un enfoque paso a paso”. El mencionado Juan González fue uno de los integrantes de la misión.

Político

Si bien el tema de la corrupción y los trajes naranja ya bajó su presencia en los medios, sigue siendo el tema político más importante del país porque dejó en evidencia lo que ya les venía anticipando desde hace meses, que puertas adentro, había problemas graves dentro del gobierno.

Aún no está clara la razón por la cual el presidente Maduro lo sacó a la luz pública. Tal vez porque había que mandarle un mensaje público al resto de los jefes de la revolución, de que no es bueno sorprender al jefe, y que él tenga que enterarse por información externa que están armando unas fuerzas conspirativas contra su continuidad en el cargo. Como les había anticipado, lo de la corrupción y el petróleo, fue la máscara. Según ha trascendido, la realidad es mucho más compleja y comprometida y tiene más que ver con traicionar expectativas y armar un juego paralelo con extensiones externas.

En el proceso de hacer extensiva también fuera del chavismo lo de la corrupción, es que se avanzó sobre la alcaldía de Baruta por las torres de Las Mercedes, y se está armando algo similar sobre Monómeros que involucraba a Guaidó, lo cual dio pie a su salida intempestiva del país, apoyado por los norteamericanos, y vía Colombia. El hecho de que hubiera coincidido con la Cumbre es una casualidad… porque si no se iba en esa fecha, con o sin cumbre, ha trascendido que lo iban a detener.

Posiblemente la huida no hubiera tenido tanto impacto, si no fuera por la infortunada participación de Petro y su canciller expulsándolo de Colombia y convirtiendo ese hecho en un acontecimiento internacional que logró las simpatías de todas las fuerzas políticas en EE UU, y logró, internamente, que gente como Capriles se solidarice con él… y que María Corina también lo haga. El peso de Guaidó, que ya era grande internacionalmente, aumentó con esto de la expulsión de Colombia. Y dejó mal parado a Petro que mostró el sesgo que siempre se supo que tenía a favor de Maduro y en contra de la oposición.

Lo cierto es que el tema Venezuela volvió al escenario internacional, pero no tuvo el impacto de “cumbre”; el concepto le quedó grande. No fue importante en las noticias internacionales, y al día siguiente ya había desaparecido.

En cuanto a la oposición, están ocupados con lo de las primarias, y están contando con que haya elecciones en 2024, o antes si Maduro y Cabello así lo deciden. La pieza clave es que los únicos votos que se pueden concretar sin presión, son los del exterior, por lo que se convierten en la pieza clave. Si la diáspora no vota, entonces no habrá cambios, porque como mínimo se trata de más de cuatro millones de votos.

Y siguiendo lo de la línea de pensamiento que dice que “el gobierno nunca entregará el poder porque el costo de su salida es muy elevado hasta el punto de riesgo personal, patrimonial, de libertad, y hasta de vida”, y considerando el poder casi absoluto que tiene el gobierno fronteras adentro, es muy difícil que “accedan” a perder las elecciones. Eso no pasará. Por ahí, no es…

Social

Sigue siendo visiblemente dramático ver familias completas recorriendo los depósitos de basura del este de Caracas para ver si encuentran elementos rescatables. Ya sea de alimentos, ya sea de cualquier otro uso que crean de utilidad.

Es gente que vive en el oeste y en los barrios de Caracas, que se trasladan a aquellos lugares donde los desechos pueden tener algún valor porque en sus zonas, todo se aprovecha y muy poco se desecha. Pero ese fenómeno ya está alcanzando zonas de clase media, que tampoco pueden darse el lujo de los desechos; allí también se aprovecha todo. En fin… entre la pirámide socioeconómica de nuestra sociedad y la de la jerarquía de las necesidades de Maslow, en ambas, las bases tienen un peso cada vez mayor.

En lo social tenemos un largo camino que recorrer.

En cuanto a los ajustes salariales, se viene encima el primero de mayo, y una vez más, no significará nada para los trabajadores. Ese día, o bien pasará desapercibido, o bien el gobierno presentará algún argumento; lo que sí parece difícil es que haya aumentos significativos, y que, si los hay, sean sostenibles en el tiempo.

Los últimos comentarios que se escuchan indican que se llegaría a 30 dólares mensuales, en bolívares, y que allí se llegaría en varias etapas. Si bien “algo es algo”, con una cesta alimentaria superior a 400 dólares, los trabajadores se quedarán cortos igual. Y, debido a ese aumento, la presión de la demanda impulsará la inflación, regresándonos a los 6 dólares por mes, que es el estándar referencial. Triste, pero cierto.

Económico

El tema de la deuda externa soberana y de Pdvsa, por sus características, funciona como una referencia básica de los valores nominales de los bonos, pero, en general, para quien tiene bonos en cantidades menores, se ha perdido la pista de cupones e intereses, pues desde que se entró en default en 2017, no hay un informe de estatus. Cada quien, se está procurando una manera de obtener información y conocer a qué se estará enfrentando en el futuro.

Ese tema es diferente para los grandes tenedores que tienen una contabilidad muy clara y precisa. Por eso es que este emprendimiento que está realizando mi firma NTN Consultores de asociarse al Fondo Copérnico (Copérnico Recovery Fund) apunta a integrar al fondo, a los tenedores individuales y extenderles la capacidad de negociación y de prescripción, así como integrarse a los esfuerzos de cobranza y recuperación según sea el caso.

La deuda externa es un plomo en el ala que limitará o ralentizará cualquier esfuerzo de recuperación, porque, institucionalmente hablando, debemos dejar de ser malos pagadores a ser unos deudores responsables y creíbles, que hoy no lo somos. Por eso, el rol de los fondos tipo Copérnico, al organizar a los tenedores, facilitan los procesos de negociación en términos realistas; y lo más importante, en términos pragmáticos, para intervenir en procesos de privatización y de sustitución de deuda vieja vencida, por deuda nueva y fresca con posibilidades sustentables de cumplimiento.

El futuro económico de Venezuela pasa por solucionar el tema de la deuda externa.

Internacional

Mientras Petro era el anfitrión de la cumbre, en su flanco interno, rompió las alianzas de la coalición de gobierno, y les pidió la renuncia a todos sus ministros, con la idea de aceptárselas a los representantes de las fuerzas que lo ayudaron a ganar, pero que, según él, no lo están ayudando a gobernar, con un apoyo que le niegan desde el Congreso.

Petro ganó con el rechazo homogéneo de la mitad de los colombianos, que no están acostumbrados a gobiernos de izquierda. Y su discurso de cara al exterior no es para hacer amigos, ni en las petroleras, ni en los gobiernos vecinos. Cuando arrancó no tenía amigos, y ahora unos meses después, tampoco los tiene. Tal vez por eso es que está cultivando la relación con Maduro, porque tal vez sea el último de los amigos que le vayan quedando.

Es difícil que logre su objetivo declarado de ser el líder de la región, porque si la muestra es la organización de la cumbre, pues no parece que esté bien encaminado. Hay un abismo entre ser un gobernante y ser un estadista.

Siguen las voces agoreras aquí en Venezuela preconizando el fin del dólar y del liderazgo de EE UU, indicando que el sustituto será China. Claro… son voces desde adentro de un microcosmos que ha perdido de vista, por ejemplo, el rol de Australia, de la India y de Nueva Zelanda, por solo nombrar tres de los países cuyas monedas van ganando espacio como monedas de reserva en el comercio mundial; mientras el yuan no logra despegar y solo se usa para acuerdos bilaterales… porque teniendo yuanes, solo puedes comprar bienes chinos o pagar deuda con China.

Y el rol de las tesorerías y de las reservas de los países, tienen que tener la capacidad de operar en todos los mercados posibles, y que no haya necesidad de estar forzando el uso de la moneda. Porque hay que estar claros: el liderazgo mundial lo da el uso de la moneda. Y detrás de eso, es que se alinea la cultura, la moda, la educación y el desarrollo de patentes propias… ah… y también está la fuerza militar y su presencia global.

Cualquier visitante de Shanghái se dará cuenta de la influencia de EE UU en los patrones de diseño, vestimenta, música y cultura. En fin… parece un objetivo difícil, porque la cultura occidental –influida por EE UU- está penetrando China, mientras que la cultura China no logra traspasar sus propias fronteras.

China es un gran país con una presencia e influencia internacional importante… pero hasta ahí.

Recomendación

  • Al gobierno: que cree un equipo mixto (público y privado) para integrar el listado de empresas en manos del Estado, cualquiera sea su estatus, con el mandato de, en un tiempo perentorio, identificar interesados potenciales en adquirirlas, y pasarlas por el mercado de valores para sacar sus acciones al mercado. Que un porcentaje lo compren los trabajadores, otro el público en general, y el porcentaje de control, algún grupo económico asociado con un operador tecnológico. O sea, encarar un proceso de desestatización, con la diferencia que todo se haría en forma transparente en el Mercado de valores.
  • A la dirigencia opositora: que aproveche la sensación de unidad que creó la expulsión de Guaidó de Colombia, para realizar un extramuro entre dirigentes con opción presidencial, los que están aquí y los que no, hacerlo por zoom. Deben buscar puntos de acuerdo, excluyendo a los que realmente no se oponen (así se llamen a sí mismos opositores), y que ya están plenamente identificados. Ninguna encuestadora le preguntó a la gente sobre la mesita, los alacranes y los escorpiones. La gente sabe quiénes son los verdaderos opositores. Y solo ellos deberían ir en la plancha opositora. Los demás deberían tener su propia plancha para no confundir a la gente… aunque eso sería lo que ellos quisieran.
  • A la dirigencia empresarial: que tienen que, desde el más alto nivel empresario, impulsar abierta y públicamente, planes concretos y masivos de Responsabilidad e Inclusión Social Empresarial (RISE), de forma tal que la base de la pirámide sienta el apoyo de los empresarios. Eso como un primer paso que desemboque en planes de crecimiento económico para absorber mano de obra. Hay que aclarar que ya hay muchas empresas con programas exitosos; ahora hay que masificarlo… tenemos 21 millones de pobres…

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