Venezuela, país guyana del
FOTO EFE/ Rayner Peña R.

La combinación del levantamiento de sanciones del día 18 de octubre pasado con las primarias y su resultado del día 22 de octubre, en las que ganó María Corina Machado, se puede decir con toda claridad que marcan un antes y un después en la vida política económica y social del país. Se podría llamar la semana del cambio de rumbo.

Colocar y levantar sanciones requiere de un poder impresionante que debe llevar a la contraparte afectada, es decir Venezuela, a reconsiderar su posición agresiva, y revisar si debe seguir sosteniéndola. Porque antes de que arrancaran los conflictos del insulto al presidente George W. Bush en las Naciones Unidas y en el acto de Mar del Plata, la expulsión de la misión militar que había en Venezuela, y la ruptura de relaciones diplomáticas, el poder e influencia que EE UU tenía sobre Venezuela era parecido al que tenía –y aún tiene– con cualquier otro país de la región.

En esa época la influencia que tenían era la típica influencia asimétrica que, en general, tiene un país muy grande sobre los países medianos y pequeños de su área de influencia; en el caso nuestro éramos un país mediano de la región, pero mucho más grande del que ahora somos, que nos hemos empequeñecido, y ahora sí somos un país pobre con mucha gente pobre.

Y, tristemente, el chavismo con su enfrentamiento inútil, tipo guerra fría, nos ha llevado a tener una dependencia mucho mayor y, por lo que se percibe de la vida diaria, nos vamos distanciando cada vez más, y agriando una relación que antes de su advenimiento, era de cordialidad y de mutuo beneficio. Nuestro nivel de vida hasta ese momento, era alto, y prácticamente se lo debemos a los americanos.

De ser un país próspero pasamos a ser uno que ahora depende de la ayuda humanitaria.

Y allí debería incorporarse el concepto del petróleo y las necesidades energéticas globales que nosotros pudiéramos cubrir. Y tomando esa premisa se intenta ponerlo como base de negociación, como si, para los gringos fuera obligatorio negociar con un gobierno que cambia de idea a cada rato, que se ha ganado la reputación de no pagar sus deudas, y que además tiene otras malas referencias con la justicia de EE UU y la internacional, en una cantidad de ámbitos como el default de la deuda, el lavado, narcotráfico y violación de DD HH.

Porque alguien comentaba que, con tal de tener el petróleo, ellos iban a preferir negociar con el chavismo, cediendo a sus requerimientos, y garantizando su continuidad en el poder. Por el contrario, ellos preferirían negociar con alguien diferente y, a partir de las primarias, ese alguien, ya tiene nombre y apellido. El juego cambió y el pragmatismo ahora, significa algo diferente a lo que significaba antes de la semana del cambio de rumbo.

Con las primarias, se fortaleció el rol del actor Gerardo Blyde quien, casi en soledad y sin saber si alguien lo respaldaba, logró, por ejemplo, que las primarias se realizaran. Porque allí, los otros dos actores, EE UU y el chavismo, sí tenían poder para ofrecer y demandar. Ahora, con la oposición fortalecida, se presentan algunos conflictos que deben ser revisados.

Si bien EE UU respalda a la oposición, le pone más énfasis a satisfacer lo que ellos entienden que son sus intereses primarios, los cuales, en casos como el de levantar sanciones, no coinciden con los intereses de la oposición. No por las sanciones en sí mismas (que parece razonable levantarlas) sino por lo que se pide a cambio. Ahora que hay una líder de oposición el perfil de la mesa debería cambiar.

Porque en el caso del núcleo opositor genuino que se consolidó a partir del 22 de octubre, esa dirigencia opositora, se enfrenta a:

  • luchar contra alacranes, escorpiones, y otros actores pseudo opositores que están poniendo a jugar,
  • el chavismo como el adversario natural, que al sentir que esta vez la oposición va en serio, responde de manera brutal, y
  • algunos intereses contradictorios de los EE UU que pueden entrar en conflicto con los intereses de la libertad.

Y esto último porque los intereses que Estados Unidos tienen en Venezuela son diferentes a los que la oposición tiene; Estados Unidos, como ha venido ocurriendo y como ha sido confesado especialmente por Juan González en estos últimos días, buscan lo que es mejor para sus propios intereses. Pero no siempre lo que es mejor para sus intereses es lo mejor para los intereses del país, especialmente con el tema de las sanciones y la utilización de fondos.

Porque después de la semana del cambio y con un nuevo centro concentrado de poder opositor, es natural que ya empiezan a no alinearse las expectativas, porque para la oposición no es nada positivo que haya un relanzamiento económico del chavismo justo en el momento en que logran aglutinarse.

Cabe aclarar que la oposición no hubiera tenido ni las primarias ni este reconocimiento que tuvo desde la época de Donald Trump hasta la fecha, si no fuera por Estados Unidos; entonces no es que sea un enemigo de la oposición, sino que en varios de los segmentos, tienen intereses contrapuestos.

Desde el lado del chavismo hay una reacción desmedida que se hubiera esperado que la asumieran antes, para impedir las primarias, y no después de que ocurrieron. Es como si hubieran accedido a que se realicen porque tenían información de sus fuentes internas infiltradas en la oposición, de que iban a ser un fracaso. Por eso las denuncias y renuncias de infiltrados, para justificar el valor que podían proporcionarle al adversario.

Porque están lanzando un ataque jurídico en contra de un hecho político que no hay manera de hacer desaparecer, porque ocurrió y fue contundente. Porque, tal como les digo, marcan un antes y un después. Desde ahora las cosas van a ser diferentes, y es posible que los actos jurídicos terminen sin tener consecuencias reales… fue como desgastar, gratuitamente, las ya maltrechas instituciones.

Pero bueno… leyeron mal el asunto y ahora tendrán que pagar todos los que los llevaron a la lectura equivocada. Porque, así como las primarias ya no tienen retroceso, la decisión que tomó la Corte, tampoco lo tiene.

La debilidad más fuerte del chavismo en estas circunstancias es la pérdida de la calle y del favor popular. Las encuestas coinciden en que la aceptación puede estar entre 20% y 25%,; mientras que cuando se empieza a hilar fino y se pregunta específicamente sobre el gobierno, ya la proporción cambia y baja a 9% u 11% de aceptación.

Lo cual significa que hay no menos de 10% dentro del chavismo que quisiera cambios; y hay que resaltar que las cosas le pasan al país como un todo, y no solo al opositor sino que también al chavista: a todos los que viven dentro de Venezuela, según una distribución socioeconómica, sociodemográfica y sociopolítica, más o menos equivalente.

Si uno mira la administración pública, a la gente en la calle y a la Fuerza Armada, y se da esa misma distribución. Por eso hay 90% de gente que quisiera un cambio y que quisiera que ese cambio sea por la vía democrática y electoral. Donde pareciera que, en la discusión de ese conflicto, perdemos de vista cosas de fondo como que éramos un país próspero y con los años nos hemos convertido en un país que necesita recibir ayuda humanitaria. Porque en estos años nos hemos convertido en un país pobre.

No obstante, no se percibe una reacción social de protesta, y se sigue hablando de partidos, de elecciones y de dirigentes, como si esa base de gente no tuviera un sufrimiento diario. Porque cuando se habla de un soporte al gobierno, que va entre 11% y 25% uno se pregunta si es que esos viven en una realidad paralela y no sufrieran esto o si están bajo el efecto del síndrome de Estocolmo sociológico, porque no les queda más remedio.

O que esa aceptación del chavismo pueda tener escondido un voto oculto porque es muy difícil pensar que algunos de esos 25% la esté pasando suficientemente bien, o no ha tenido que sufrir la ida de la familia al exterior, la falta alimentación, las nuevas generaciones que están creciendo sin proteínas y no alcanzarán los máximos que se podría esperar para su crecimiento y para su inteligencia, que es lo que nuestro país va a necesitar en algún momento.

diplomáticos que país
María Corina Machado. Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez

Político

La política le ha permitido a la oposición ponerse al frente de la matriz de opiniones y de la matriz mediática de Venezuela, porque todo gira en este momento alrededor de María Corina Machado, y de ahí, en un círculo concéntrico hacia afuera, después viene el tema primarias y sus impactos y consecuencias, y recién después viene el tema sanciones.

Es un proceso María Corina centric,  especialmente desde el día 23 de octubre en adelante, donde cada día recibe más adhesiones de gente interna opositora (pero que estaba jugando para para el lado del gobierno), y empiezan a quedar más en evidencia aquellos que se hacían pasar por opositores y que esa era la utilidad que tenían para el chavismo; pero una vez que quedan desenmascarados y quedan descubiertos, ya pierden esa utilidad y dejan de ser relevantes, dentro y fuera de la asamblea. Lo del “compañero de ruta” que les decía.

Cuando uno toma el país como un todo, los resultados de las encuestas dicen 85% hasta 90% quiere un cambio de gobierno y de esos, 80%, o sea un 70 y pico por ciento largo, quisiera que María Corina fuera la persona que tomara ese poder.

Según ha trascendido, pareciera que los acuerdos que tiene el gobierno con Estados Unidos es que las primarias las debían permitir y debían habilitar a María Corina Machado y que si eso no ocurría retiraban el levantamiento de sanciones. Ahora quedará claro si la prioridad de EE UU son los poquitos barriles que le puede aportar Venezuela o si, como hicieron los europeos con respecto a Rusia, privilegiarán la democracia y los DD HH.

Estados Unidos es el que le va a mostrar a María Corina Machado en qué espacios o en qué parte de la trayectoria puede contar con ellos, y en qué parte no será posible. Lo ideal sería que pudiera contar a todo lo largo de la trayectoria hasta lograr un cambio que en algún momento tiene que ocurrir, porque el país lo pide a gritos y porque se nos está volviendo escombros

Social

Para poder analizar y entender el problema social de Venezuela hay que arrancar con el reconocimiento de los niveles altísimos de pobreza que tenemos, sin contar todavía con las nuevas lecturas y mediciones que pueda haber hecho Encovi, que es la agencia confiable por ser de la UCAB.

En cuanto a cifras, ya seguramente volveremos a estar en 90% de pobreza, o un poquito más, y con 70% u 80% de indigencia, donde para entender la indigencia, se trata de gente que no tiene las tres comidas al día, cuando tienen comida que no es todos los días, y la comida que tienen no tiene la calidad alimenticia como para que los niños y los jóvenes, puedan crecer con la estatura y la inteligencia necesarias.

Hay una especie de cansancio que se percibe en la gente, cuando el argumento se agota, y ya no les creen cuando dicen que es culpa de las sanciones. Más que nada porque por encima de la política está la supervivencia. Estamos en el fondo de los fondos de la pirámide de las necesidades de Maslow, donde alimentarse para sobrevivir es la necesidad primaria. Mientras nuestros países vecinos de la región, la superaron hace tiempo con niveles de pobreza muy pero muy bajos como podríamos pensar el caso de Chile con un de 6% de pobreza.

Lo cierto es que la gente al cansarse tiene dos opciones: la de quedarse o la de irse del país como hicieron en los últimos años, ya 7,8 millones de venezolanos, según las últimas cifras de Naciones Unidas. Y según información directa de frontera, no menos de 600 familias por día abandonan el país por la frontera con Colombia, sabiendo que no se quedan en Colombia sino que siguen, conscientes de que van a cruzar la selva y que van a tener que llegar al río Bravo, y que van a tener que enfrentarse a una cantidad de dificultades; pero prefieren pasar por eso como una opción, que la certeza que tienen aquí, de prácticamente no sobrevivir.

Ahora los que se quedan aquí tienen la opción de la protesta que no ha funcionado hasta ahora, pero claro, la protesta así parezca espontánea, nunca es espontánea y en general, siempre tiene que haber algún tipo de liderazgo que a veces es político, a veces tiene que ver solamente con el tema básico de la protesta, que son vecinos o que son maestros o que son médicos o enfermeros.

Pero al crearse un nuevo foco político importante, es posible que ese nuevo centro de liderazgo de oposición, pueda convertirse también en el vocero de todos los pobres que en este momento no tienen ni voz ni representación. Porque el tema de los CLAP ha ido disminuyendo, no solamente en cantidad sino también en frecuencia y en contenido calórico y proteínico.

De allí que les proponía que utilizando los fondos de los 3,2 mil millones, y de los alrededor de 700 millones que ya empezaron a circular, pudieran utilizar el Sistema Patria y despolitizarlo, de forma tal de cargar en cada tarjeta un cupo, una especie de CLAP virtual donde cualquiera de los beneficiarios de esa tarjeta vaya a un supermercado cualquiera, y obtenga el aceite comestible, el arroz, la harina pan y la lata de sardinas que está en la tarjeta, y la cajera de cualquier supermercado se lo procesa, y se lleva las cosas.

Ahora, de cara adentro, al cierre de la caja, se va a encontrar con que hay una cantidad de cosas que se llevó la persona sin pagarlas y que las tiene que pagar el estado a través de deducciones de impuestos o de algún tipo de exacción. Entonces es transparente para la persona que tiene el carnet, y el supermercado, siguiendo un acuerdo, se cobra a partir del precio en anaquel; y ese es el precio con el que va a deducir del impuesto.

Hay un trabajo de las Naciones Unidas que dice que, en todas las inyecciones de recursos para manejar la pobreza, de cada 100 dólares que se inyectan, solamente 20 dólares llegan al beneficiario final y los 80 restantes lo maneja la burocracia y la logística para que eso ocurra, y ahí hay que colocar también los sobreprecios, la corrupción y todo lo demás.

Pero de esta manera, al depositarles directamente esos cupos y que el método de repago ya esté acordado vía los impuestos que se dejan de pagar y se van liquidando contra lo que va retirando el beneficiario, va a hacer que haya porcentajes mucho mayores de impacto positivo y directo sobre la gente.

Existe la posibilidad latente de un problema social importante; la bomba está armada y posiblemente también lo esté la mecha y lo que falta es el precursor o la chispa que puede encender esa mecha y que termine explotando. En el pasado el chavismo tenía una fuerza interna como para poder frenar algo por el estilo y evitar que se convierta en una tragedia como la que pudo haber sido el Caracazo en su momento.

Ahora, con la debilidad institucional y la debilidad de pertrechos, hace que sea muy difícil de frenar si se llegara a disparar algo así.

O sea que la solución al problema social, es una solución política que debiera darse del reconocimiento de que se agotó un modelo y está empezando otro, así no todos se hayan dado cuenta, y ni quieren ni están dispuestos a empezar otro, por lo que se van a aferrar al poder hasta las últimas consecuencias.

Económico

Seguimos con una línea de aumento sostenido del nivel de precios en bolívares, y un aumento del ritmo de la devaluación del bolívar, y cómo, al tener al dólar como referencia de precios y transacciones, cuando no van al mismo ritmo de devaluación e inflación, se encuentra uno con lo que se ha dado en llamar inflación en dólares. Bueno ahí es aumento de precio en dólares, porque inflación es algo más sistemático

Ahora, en esta etapa de fin de año ya empezaron a ponerse los bonos en el mercado y los bonos van a presionar sobre la oferta; y esa oferta hoy en día está suficientemente robusta como para poder resistir el impacto de esa nueva demanda, por lo que les comentaba más arriba del aumento de los inventarios.

Ahora hay que ver si la capacidad de compra que puedan dar los bonos especiales va a presionar lo suficiente para rotar esos inventarios y que permitan que la rueda de importación y producción pueda ponerse en marcha vuelta. O si van a ser excesivos y van a impactar sobre bienes escasos; porque la capacidad de reacción para volver a reponer los inventarios no es inmediata, sino que va a dejar un delay time que va a llevar a acelerar el tema de la inflación.

Entonces yo pensaría que la inflación puede frenarse en estas semanas por el asunto de la demanda de los bonos contra oferta de bienes que ya existe y que el diferencial entre la demanda no satisfecha –pues ya se agotó– y la oferta, pudiera impulsar un poquito más lentamente la inflación sobre finales de año.

O sea que la expectativa sería que los inventarios que empezaron a crecer a principios de año logren agotarse sobre este final de año, y se pueda hacer una revisión del nivel de confianza como para volver a hacer rotar el comercio exterior que, como sabemos, es complicado para Venezuela.

Tampoco se puede esperar que los ingresos productos de las tres nuevas compañías petroleras se reciban este año –aunque también es posible– pero lo que sí tenemos que seguir contando es con el ritmo creciente de la producción y exportación de Chevron, que es lo único que nos está dando una cierta tranquilidad en cuanto a que el tipo de cambio no se dispare brutalmente; y que con ese tipo de demanda que está orgánicamente compensada con la oferta, la inflación también se pudiera retrasar un poco.

Porque lo que hay que estar claro es que estos temas son todos superficiales, y uno cuando ve los anuncios de gobierno que estamos haciendo esto, o estamos haciendo lo otro, hay un tema que, por no nombrarlo no desaparece que es la gigantesca deuda externa que tiene Venezuela no solamente la soberana y de Pdvsa, sino también todos los fallos en contra del Ciadi, y todo aquello que se debe y que nadie está pensando en pagarlo. Pero que todos los días va acumulando intereses a montos astronómicos.

Es posible que para el momento que tengamos la posibilidad de hacer un corte y empezar a reestructurar, nos encontremos con más de 300 mil millones de dólares de pasivos acumulados con el exterior. Es algo que no hay que perder de vista porque si simplemente lo consideramos a la hora de cualquiera de estos balances que se van haciendo sobre reactivación, hay que pensar que cargamos con ese pasivo que en algún momento va a caer sobre el sistema de precios y sobre la reactivación.

Porque si bien va a haber un cambio de modelo y va a haber una reacción más positiva de cara a facilitar esos pagos, no se van a eliminar y es muy difícil que alguien acepte que, teniendo la cantidad de petróleo que tenemos bajo tierra, vayan a hacer lo mismo que con Argentina; no van a aceptar que solo 25% o 30% del PBI va para deuda. Y menos si ese acreedor tiene una sentencia judicial favorable, que le permitiría embargar cualquier bien elegible. Y difícilmente se someta a perder 75% de su activo, que es la cuenta por cobrar que tiene cada uno de los acreedores.

No hay que perder de vista que esa sombra, que no es sombra sino una catedral enorme que proyecta sombra, pero que está ahí y que se toca; es que tenemos en la deuda externa un tema tabú y que inclusive cuando se habla de los bonos, no se habla mucho de deuda sino como si fuera un bien o un commodity; cuando en realidad tenemos una deuda gigante ya que es uno de los frenos para el futuro porque en el presente al no considerarlo no hace que crezca menos; pero nos hace vivir una realidad fantasiosa. Porque daría la impresión que tenemos el dinero que entra por las ventas de petróleo, pero si apareciera algún fallo en contra, y embargaran, aquí no entraría nada.

No puede ser que no haya un plan concreto compartido con todas las fuerzas del país; por eso, así como al principio hablamos de lo político y de lo social como que todo era negociación política, en lo económico, principalmente, es necesario empezar a trabajar en forma de una coalición y mucho más ahora, que ya hay una líder de oposición, y que se pudiera pensar seriamente en encarar una transición hacia un modelo que nos saque de esta tragedia en la que seguimos hundiéndonos cada vez más.

No es que estamos cerca de salir, tenemos la soga, pero esa soga nos va a rescatar desde lo más profundo del pantano en el que nos seguimos hundiendo.

Gaza, el 28 de octubre de 2023. GETTY IMAGES

Internacional

Más allá de las cosas espantosas que están ocurriendo entre Ucrania e Israel, ambos sometidos a ataques de lo que se han ido llamando las fuerzas del mal, que van cobrando vidas y que uno si simplemente cierra los ojos y trata de imaginarse que en ese momento hay familias ucranianas que están esperando, por las alarmas están sonando, la caída de un misil sobre su casa, y que algo por el estilo está pasando entre la franja de Gaza e Israel, donde familias completas están sometidas al asedio de Hamás, en este último caso, que es el gran enemigo de la civilización occidental, del judaísmo y del cristianismo, según sus propias manifestaciones de yihad. Y los rusos, que más disimuladamente, pero también tienen a occidente de enemigo.

Para esta semana, lo anterior se mostró como más alejado de nosotros, mientras lo que estuvo más cerca fue lo que estaba pasando en Estados Unidos, con respecto a la posición de su gobierno y de su Congreso, frente a Venezuela. Y como el gobierno Estados Unidos cayó en una trampa, porque confió en que las decisiones que llevaba el negociador por el lado de Venezuela, estaban totalmente respaldadas por su gobierno, se encontró que eso no fue así, porque terminada la reunión de Barbados, y firmado el acuerdo, el mismo negociador se vio obligado a desmentirse, alegando públicamente, casi inmediatamente después, que los americanos no cumplieron… al mismo tiempo que recibían la noticia del levantamiento total de sanciones petroleras. Algo que realmente los sorprendió en Venezuela, porque no esperaban tanto.

El punto de quiebre fueron las inhabilitaciones en general, pero la de María Corina Machado en particular, quien había ganado las primarias acordadas en Barbados, con 92% de los 2,3 millones de votos.

Si bien ya el mero acuerdo exaltó las divisiones internas en EE UU, cuando se llega a la negativa rotunda de levantarle la inhabilitación, y se judicializa el proceso de primarias, y se corona con una decisión del TSJ, declarándolas nulas, se comienza a poner serio el tema para la Casa Blanca (impulsora de todos estos acuerdos) porque quedan sin sustentabilidad política para justificar el levantamiento de las sanciones. Y se ven obligados a amenazar a Venezuela con volver a instalar las sanciones levantadas.

Todo porque para el ala dura del gobierno y del Congreso de EE UU, no se puede ignorar el tema de los DD HH y de la falta de democracia. Por eso es que el gobierno de Biden se quedó atascado allí y está buscando una salida que les permita cubrir todos los frentes: permitir que el petróleo venezolano vuelva al mercado, a cambio de un camino expedito hacia el recambio democrático y electoral del gobierno del chavismo.

No pareciera que el tema Venezuela sea tan importante como para mover el amperímetro de las elecciones americanas en su conjunto, pero sí hay al menos un par de Estados –Florida y Texas– donde puede haber un impacto importante de las decisiones que se tomen, así algunos argumenten que, pase lo que pase, esos dos estados ya están perdidos para los demócratas.

Al mismo tiempo, en la ruta final de camino electoral en Argentina, volvió a instalarse el riesgo de lo que llaman “Argenzuela”, considerando que el desabastecimiento de una variedad de bienes y servicios, entre los que están la gasolina, implementos médico quirúrgicos, y hasta algunos alimentos.

Además del manejo inflacionario de la economía, aumentando el déficit fiscal debido al gasto electoral disfrazado de medidas económicas, que no son otra cosa que lo que allá llaman el “plan platita” que logró que el candidato oficialista remontara 15 puntos porcentuales entre las PASO y las elecciones generales del pasado 22 de octubre.

Si bien hay síntomas de “Argenzuela”, y hay que tomarlos con seriedad, la realidad ha mostrado que la fuerza de las instituciones ha servido de muro de contención para que los cuatro gobiernos kirchneristas, no se hayan convertido en una democracia fallida como la de Venezuela.

Porque Venezuela cayó en el chavismo por la debilidad de sus instituciones, que fueron rápidamente cooptadas y alineadas como para que lleguemos al chavismo institucional que se vive en la actualidad, y que pareciera que durará un largo tiempo más. Desde la pérdida de independencia de los poderes, la incorporación de dos poderes nuevos, el cambio de la Constitución, las normas que rigen a las FF AA, la justicia, la fiscalía, la contraloría, y en general todos los resortes institucionales que convalidan, día a día, las acciones del gobierno chavista.

Si bien pareciera que no pudiera pasar en Argentina… las colas para gasolina de tres horas dispararon las alarmas; entonces el venezolano le contesta “yo estuve tres días de cola”. Si bien es difícil que se llegue a esos extremos, para evitarlo tendrán que luchar todos los días… especialmente si el que se viene sea el quinto gobierno kirchnerista. No sería lo deseable, pero tiene una buena probabilidad de que ocurra.

En lo económico hay que decir que ya hace tiempo el chavismo entendió que el libre mercado y la dolarización dan mejores resultados que los controles y el miedo. Massa en Argentina está aplicando medidas que el chavismo abandonó desde hace años.

El otro tema relevante es la escalada de amenazas directas y veladas que llevarían a un conflicto fronterizo duro con Guyana, que podría repetir el evento naval con Colombia de la fragata Caldas, que se frenó por la paridad de fuerzas de ambos países. Pero que, si algo similar ocurriera con Guyana, se caería en la tentación de “malvinizar” la situación, apostando a que ni Inglaterra ni EE UU intervendrían. Lo cual sería un error equivalente al que cometieron los militares argentinos en su momento.

Recomendación

  • Al gobierno: que aterrice medidas concretas que ayuden a expandir la economía desde el lado de la inversión y la producción. Y que vaya liberando la capacidad de consumo, a medida que crece la oferta agregada interna. Sugiero despolitizar la acción económica y dar señales claras de un nuevo sentido de dirección económica que no quede vulnerable a los vaivenes políticos.
  • A la dirigencia opositora: que fortalezca la institucionalidad de la oposición alineada detrás de María Corina Machado, comenzando a actuar frontalmente en las negociaciones con EE UU, y apoyando a Blyde, con lineamientos para fortalecer la parte opositora del triángulo que forman con el chavismo y con EE UU.
  • A la dirigencia empresarial: que prepare un centro de respuesta a preguntas frecuentes que tengan las empresas, de forma tal de identificar problemas individuales concretos y orientarlos a la solución. En esta nueva Venezuela debemos construir bottom up, para acercarse más al empresario desde lo concreto y orientarlo a la solución. El objetivo debe ser que no cierre ni una empresa más.

 

 


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