primarias PSUV
Foto: EFE/ Ronald Peña

Si hubiese hoy una elección en Venezuela en la que se midieran oposición y chavismo habría que considerar dos cifras que permitirían proyectar un ganador. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) acaba de realizar primarias en las que 3,5 millones de integrantes de su militancia acudieron a las urnas. En diciembre de 2020, el opositor Juan Guaidó hizo una consulta que arrojó una participación de 6,4 millones de manifestaciones.

Ambos números reflejan algo que los analistas consideran “el voto duro” de estos bandos y que apoyaría a un eventual candidato sin cuestionamientos, esto a pesar de la caída en la popularidad y confianza en los partidos tradicionales.

Luego de estas elecciones primarias, en las que ni las amenazas ni el chantaje sirvieron para movilizar a los 7.790.760 militantes en el PSUV, el chavismo se encuentra en un punto crítico en cuestiones de apoyo, pero fortalecido en cuanto a maquinaria electoral se refiere.

A las 3:00 de la mañana, en televisión estatal, apareció Diosdado Cabello, segundo vicepresidente del partido fundado por Hugo Chávez. Con un primer boletín, anunciaba la participación de 3,5 millones electores. Para muchos fue una muestra de la inconformidad dentro de las bases psuvistas, para otros muestra la capacidad de organización de una estructura que cuenta con los recursos suficientes para llevar a cabo unas primarias de esta magnitud.

Con esta cifra se estaría hablando de alrededor del 15% del padrón electoral total del país, que suma más de 20 millones de votantes que estaban convocados a participar en estas primarias.

A pesar de esto, Cabello calificó la jornada de “extraordinaria”. “Es el resultado de una avasallante presencia del pueblo que se desbordó y nadie puede negarlo”.

Con 10% o 15% de apoyo en el país no es limitante para el PSUV, debido a su estructura, sacar 20% o 30% de la votación abierta en unos eventuales comicios, explica al diario El Tiempo el politólogo Piero Trepiccione, quien considera que además de cumplir con su jornada, el oficialismo demostró que tiene un partido vivo y presente durante los próximos años.

“En consecuencia, el liderazgo opositor tiene que saber que el PSUV no es un partido muerto. No lo va a desplazar de la noche a la mañana sin tomar en cuenta ese porcentaje de apoyo que tiene en la población”, dijo Trepiccione.

Aunque claramente el porcentaje de participación en relación con el de militantes fue inferior, el régimen de Maduro busca, además de medir el apoyo, dar un mensaje de coherencia del discurso. “Es decir, se están preparando para las elecciones del 21 de noviembre, independientemente de lo que suceda en México y las negociaciones, pero también los problemas internos por primera vez se ven tan abiertos”.

Opiniones encontradas

Al igual que durante la campaña, que transcurrió del 15 de julio al 5 de agosto, peleas, riñas, heridos y amenazas fueron parte de las elecciones que terminaron con la escogencia de los candidatos del chavismo a las 335 alcaldías del país y 23 gobernaciones. Pero no todos quedaron conformes: “Acomodaron candidatos”, dijo en un audio el alcalde oficialista del municipio Bolívar, en el estado Táchira. “Y si se molestan por esta nota, que me expulsen del partido”.

Hasta denuncias de personas armadas hubo en medio de las votaciones a pesar de que el PSUV hizo un reglamento para la campaña, y que según el artículo 6 el tono del proceso debió llevarse en paz. “La campaña debe ser amorosa, respetuosa, alegre, enaltecedora de los valores psuvistas”.

Para otros factores la jornada fue exitosa. “Demostramos el carácter participativo. Salimos, fortalecidos; y, por supuesto, a acatar órdenes y el compromiso adquirido de que ganara quien ganara nos sumaremos a la campaña”, dijo a El Tiempo Alexander Vargas, diputado del oficialismo que compitió por la alcaldía de Libertador, en Caracas, donde salió favorecida Carmen Meléndez, actual ministra del Interior y una aliada de Nicolás Maduro.

Aunque aún quedan nueve estados por definir resultados, las principales entidades ya tienen candidatos pero también suman aliados para Cabello y Maduro. Como explica el politólogo Nicmer Evans, “Diosdado sabe que está en minusvalía” por eso era tan importante estas primarias, para lograr posicionar a sus piezas.

Por ejemplo en los estados frontera con Colombia, ganaron las candidaturas de Cabello: Táchira con Freddy Bernal y Zulia con Omar Prieto, pero los estados centrales Carabobo y Miranda fueron las de Maduro, con Rafael Lacava y Héctor Rodríguez.

“Si se creó alguna rivalidad entre algunos candidatos y candidatas en el estado o municipio, pasar la página de inmediato. Unirnos de verdad”, le dijo Maduro a Cabello a través de una llamada telefónica la madrugada del lunes mientras se conocían los resultados.


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