sanciones proceso el Juan González
Foto: Archivo

El Diario ABC publicó una nota en la que hace referencia a una serie de acontecimientos que provocaron la «caída» de Juan González, principal asesor del presidente Joe Biden para Latinoamérica, quien dejará el cargo a mediados de marzo.

El periodista David Alandete inició el texto recordando la fotografía que González publicó en su cuenta personal de Instagram el 5 de marzo de 2022, en la que se muestra en un jet privado, con gafas de sol y anotando en un cuaderno, en un trayecto entre Caracas y Washington, con un solo comentario: «Operación Belieber».

Esta publicación, aseguró Alandete, provocó una gran animosidad hacia Juan González, colombiano de nacimiento y veterano del equipo de Biden desde sus años en la vicepresidencia.

Instagram

Según dos fuentes conocedoras de aquel viaje, en el que fue a Venezuela también el enviado especial de Estados Unidos para la liberación de rehenes, Roger Carstens, González se presentó como el funcionario norteamericano de mayor nivel en visitar Caracas desde que Hugo Chávez tomara el poder.

En el viaje González adquirió, además, una serie de compromisos que después sus superiores en el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca no pudieron refrendar, lo que llevó a lo que Burelli describe como la interpretación de la dictadura de que Washington no tenía palabra.

La decisión de González de anunciar su viaje en su perfil personal de Instagram provocó además aprensión entre el equipo de comunicación de la Casa Blanca, y la que entonces era portavoz de esta, Jen Psaki, se molestó profundamente y tuvo que aconsejarle que no volviera a compartir mensajes de ese tipo en sus perfiles de redes sociales, según una persona con conocimiento de aquella conversación.

«Cometió errores garrafales»

Pedro Burelli, un venezolano que vive en el exilio, una de las voces más influyentes de la diáspora venezolana en Estados Unidos y alguien muy crítico del giro de la Administración Biden con respecto a Maduro, opinó al diario español que González «nunca tuvo la experiencia que se requería para negociar con quienes se han burlado de un sinfín de equipos negociadores a lo largo de dos décadas».

«Cometió errores garrafales en su primera visita a Venezuela en marzo de 2022 que permitieron al régimen de Caracas venderse como víctima de la falta de palabra del Gobierno de Washington», añadió.

Desde aquel primer viaje, los rumores del inminente despido o dimisión de González llegaban cada vez que Maduro respondía a una nueva concesión con alguna ofensa aun mayor que la anterior, aseguró el periodista Alandete.

La deriva autoritaria, las detenciones arbitrarias y los indicios de que no habría elecciones libres, no disuadieron a González y su aparente determinación de darle al botón de ‘reset’ en las relaciones con el chavismo.

Objetivo prioritario: Saab

Ya desde los últimos años de Donald Trump, Estados Unidos era consciente de que Maduro tenía un objetivo prioritario: liberar a Alex Saab.

No sólo por lo que sabía de Venezuela, sino por la información que atesora de los negocios con Irán, Rusia y Turquía. Así se lo trasladó Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional oficialista, a dos enviados de Trump, Richard Grenell y Erik Prince, en México en 2020.

«Finalmente, González consiguió de Biden en diciembre de 2023 el indulto total y completo de Saab, imputado en una trama de lavado de dinero y robo de fondos públicos venezolanos, al que Estados Unidos peleó por extraditar desde Cabo Verde desde que Interpol le detuvo en 2020. Una vez Saab regresó a casa, la ilusión de unas elecciones libres se desmontó cual castillo de arena», dice parte de la nota publicada en el diario español.

Por eso entre los descontentos de González y la política de Biden hacia Venezuela hay varios fiscales, según ha podido saber ABC de fuentes de la judicatura, decepcionados con que su trabajo de años en causas como la de Saab hayan sido desmontadas con la firma de un presidente que antes hubo prometido que no interferiría en los asuntos de la justicia, hasta que lo hizo.

Los viajes de González -hubo otro más- a Caracas tampoco sentaron muy bien en un ministerio público que tenía imputados a Maduro y a Diosdado Cabello en una gran causa de narcoterrorismo, de la que hoy quedan apenas los restos: el general Clíver Alcalá se ha declarado culpable y aguarda sentencia y Hugo ‘El Pollo’ Carvajal, extraditado desde España, pelea por un juicio que sólo suma demoras. El juez, lo ha dicho abiertamente, está exasperado.

En el intrincado y endogámico mundo de Washington, un despido nunca se presenta como tal. La salida de González fue filtrada subrepticiamente a Bloomberg, y después el Consejo de Seguridad Nacional se limitó a confirmar lo obvio, sin más.

«El calendario, sin embargo, es bastante revelador. Unas semanas antes, Maduro hizo a Biden abrir los ojos: María Corina Machado, que ganó las primarias opositoras, no se puede presentar a las elecciones porque el régimen no quiere. La activista a favor de los derechos humanos Rocío San Miguel fue detenida. Y por si el mensaje no quedara claro, el día después de que se supiera de la salida de Juan González, Venezuela expulsó del país a la agencia de derechos humanos de la ONU. No es la de González una salida común tampoco en plazos, porque se produce cuando casi podía acabar todo el mandato, a nueve meses de las presidenciales en Estados Unidos y antes de las de Venezuela».

Entre los logros de González, el diario mencionó la liberación de todos los estadounidenses que estaban detenidos en Venezuela y que Maduro aceptara los vuelos de repatriación de venezolanos rechazados en la frontera entre Estados Unidos y México.

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