ayuda humanitaria
Foto: Referencial

Un año después del frustrado ingreso a Venezuela de camiones con ayuda humanitaria desde Colombia y Brasil, la crisis venezolana apareció en 2020 como una copia del escenario de 2019. En un acelerado intercambio de amenazas, pleitos, pujas, promesas, proclamas, advertencias y ataques entre oficialistas y opositores sin cambios reales.

Con un imparable éxodo a América y Europa que ya pasó de 5 a 6 millones de venezolanos, una hiperinflación y una aguda escasez de alimentos, medicinas e insumos básicos se consolidó el principal calvario popular. Mientras persiste un panorama de inseguridad y creciente zozobra acerca del futuro político de Venezuela.

En una operación encabezada por Estados Unidos, diversos sectores de la comunidad internacional enviaron gran cantidad de asistencia humanitaria desde mediados de febrero de 2019 a puntos claves de Colombia y Brasil, además de la isla de Curazao.

A sangre y fuego, tropas leales a Maduro cumplieron con la promesa del régimen el 23 de febrero de 2019 e impidieron la entrada de furgones cargados con aproximadamente 600 toneladas métricas de ayuda, procedentes de Colombia y Brasil. Esta situación significó una derrota para Juan Guaidó y su promesa de que “sí o sí” la asistencia entraría a territorio venezolano.

Violentos y mortales choques se registraron en pasos limítrofes de Venezuela con Colombia y Brasil.

Los enfrentamientos tuvieron una mayor concentración política y mediática en la zona de Cúcuta.

En ese contexto de atención internacional, Guaidó perdió el 23 de febrero de 2019 una partida política clave del futuro de Venezuela.

Sin miedo. Al definirla como fecha heroica, el politólogo venezolano Eduardo Marapacuto escribió en Aporrea que quedará grabada en la historia como el día en el que el pueblo venezolano se echó el miedo a las espaldas para salvar la patria.

En un artículo a favor de Maduro, Marapacuto afirmó que esa fecha marca un momento cuando un ala extrema de la oposición venezolana parecía haber surcado el cielo con sus amenazas de fuego pesado, ocultas detrás del artificio de la Ayuda Humanitaria.

Guaidó, entre tanto, transitó en un año por una situación de altibajos.

Se juramentó el 5 de enero de 2019 a la Presidencia parlamentaria y luego como presidente interino de la República.

Consultado por El Universal de México, el analista venezolano Luis Cedeño, director ejecutivo de la organización Paz Activa, aseguró que Venezuela vive una cubanización por el estancamiento de la situación, con un cuestionado gobierno que cumplió 21 años el pasado 2 de febrero.

“Escenario catastrófico: el régimen, con las vueltas, largas y juego al que ha jugado, nos lleva a lo que en Venezuela llamamos cubanización. Que Venezuela no logre salir del régimen y el régimen se instala poco a poco por una cuestión sistémica y la oposición juega al mismo juego del régimen”, advirtió.

“Eso nos lleva a una situación de estancamiento muy preocupante y frustrante para aquellas personas que desean el cambio político en Venezuela”, recalcó.


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