La tragedia de Vargas
Foto El Nacional

Este domingo se cumplen dos décadas de la tragedia de Vargas. En la memoria quedaron incrustados esos momentos en los que el agua, las rocas, los árboles y las toneladas de lodo bajaron con furia del cerro el Ávila.

En El Nacional reunimos las fotos más impactantes que reposan en nuestros archivos.

Estas forman parte de la radiografía del deslave que casi hace que varias zonas de la entidad desaparecieran del mapa.

La tragedia de Vargas - El Nacional

No hay cifras exactas sobre la cantidad de personas que fallecieron durante la tragedia de Vargas del 15 de diciembre de 1999.
Las estimaciones de las autoridades en esa fecha señalaron que el número de muertos ascendería a las 30.000 víctimas, pero nunca se confirmó.
Los sobrevivientes encontraban muertos en cualquier parte. Miles resultaron heridos y perdieron sus hogares.

 

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Muchas personas murieron tapiadas dentro de sus viviendas porque no pudieron salir. Las calles completas quedaron cubiertas de lodo.
Unos abandonaron sus hogares con lo que podían, pero otros se negaron a dejar atrás lo que tenían.

 

Durante semanas los varguenses trabajaron arduamente para despejar, en la medida de lo posible, las vías que quedaron totalmente obstaculizadas por el lodo, la basura, las piedras y los escombros.

 

Miles de viviendas y edificios quedaron destruidos por las rocas y los árboles que la fuerza de la naturaleza arrastró. Había piedras tan enormes que podían compararse con el tamaño de la sala de una vivienda.

 

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Los difuntos tampoco descansaron por esos días. El agua arrasó con los cementerios, sacó las urnas de las fosas y las arrastró junto a todo lo que se llevaba por el medio.

 

Cristóbal Colón, uno de los sobrevivientes, recordó aquellos días en los que tenía 11 años de edad, como si hubiese un diluvio. Desde que comenzó el mes de diciembre hubo fuertes precipitaciones en la entidad.

 

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Durante horas, vecinos y las autoridades que estaban en las zonas afectadas por las fuertes inundaciones intentaban ayudar a las personas que se encontraban atrapadas en sus hogares. La enorme ola, como muchos la recuerdan, sorprendió a héroes cuando arriesgaban sus vidas para salvar otras.

 

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Autobuses, camiones y vehículos también eran arrastrados. Chocaron unos contra otros y contra las fachadas de las edificaciones aledañas. Las pérdidas fueron cuantiosas tanto para el Estado como para quienes tuvieron que comenzar una vida desde cero.

 

Centenares de personas, entre ellos muchos menores, se establecieron en los refugios que fueron habilitados para atender a aquellos que habían perdido todo en la tragedia.

 

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Las vías de acceso estaban colapsadas. La personas, en gran cantidad, caminaban hacia Caracas para establecerse en un lugar más seguro y pedir ayuda. Los Corales, Caraballeda, Macuto, Tanaguarena y Caribe pasaron a ser prácticamente solo zonas de barro y escombros.

 

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Durante varios días, los habitantes de las zonas afectadas estuvieron sin servicio eléctrico ni con señal. Estando incluso en zona roja no tenían posibilidades de saber lo que estaba sucediendo. En las noches completamente oscuras recurrían a los mecheros para poder alumbrar.

 

La tragedia de Vargas

Ese día se llevaba a cabo en el país el referéndum consultivo de Hugo Chávez para modificar la Constitución de la república.
El llamado líder de la revolución bolivariana llegó a recordar un día antes el pensamiento del Libertador Simón Bolívar: «Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca».

 

También murieron animales en el alud. Hubo familias que hicieron lo posible por llevar con ellos a sus mascotas, pero no todas corrieron con la suerte de ser rescatadas en el momento del deslave.

 

Pestilencia y alerta por insalubridad comenzó a cubrir al litoral varguense. Cuerpos de personas que murieron por la tragedia yacían en las calles durante días hasta que las autoridades de protección y militares pudieran rescatar los cadáveres.

 

La tragedia de Vargas

La desaparición de 119 niños causó conmoción. Sus nombres aparecían en las listas de los rescatados, pero los familiares nunca más supieron de ellos, a pesar del despliegue que realizaron para encontrarlos. Personas aseguran que las autoridades rescataron de forma irregular a los menores, incluso los separaban de sus padres para llevarlos a un lugar más seguro.

 

Entre las páginas de la historia aparecerá el nombre de Orión, un perro de raza rottweiler que logró rescatar a 37 personas que se encontraban en estado de vulnerabilidad. Debidamente entrenado, la mascota trasladó a esos sobrevivientes a zonas más seguras. En febrero del año 2000 fue reconocido con una medalla por su valentía.

 

La tragedia de Vargas

Pocos días después comenzó a llegar al país las toneladas de ayuda internacional que dispusieron no solo países de la región, sino de todo el mundo. Los damnificados pudieron ser atendidos con alimentos y medicinas; también recibieron ropa, camas y materiales de construcción.

 

Un reportaje publicado por El País afirmó que el gobierno de Venezuela en ese entonces no atendió a tiempo el llamado de la Dirección de Defensa Civil de declarar todo el estado en emergencia nacional, medida que probablemente hubiera conducido a la evacuación del litoral varguense.

 

Para los habitantes de Vargas después del deslave, a los pocos días, ocurrió lo que consideran la segunda tragedia: comenzaron a ocurrir saqueos en las zonas que habían sido impactadas. Ante la falta de alimentos y agua potable, muchas personas se aprovecharon de la situación para conseguir insumos. Los vecinos tenían miedo de dejar sus casas solas.

 

Casi las dos primeras décadas de este siglo le ha tomado a Vargas para volver a levantarse y todavía sigue en la lucha. En algunos lugares quedan vestigios de una tragedia que arrasó con todo lo que encontraba en su camino.
Todavía en 2015 se estaban demoliendo varios edificios que, aunque no cayeron con el deslave, quedaron en condiciones poco óptimas para vivir.

@Luisdejesus_


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