Un informe presentado por la organización Medellín Cómo Vamos reveló que 82% de los migrantes venezolanos mayores de 15 años que vive en esa ciudad tiene intención de permanecer en Colombia, una cifra que podría aumentar en los próximos años si no hay cambios en la crisis económica de Venezuela.
En promedio, los migrantes venezolanos en Medellín tienen alrededor de 26 años, es decir, la mayoría son jóvenes en edades educativas o con poca experiencia laboral y profesional, según el estudio.
En la ciudad colombiana, 90% de los menores de edad asiste a una institución educativa, pero para las familias venezolanas esa cifra es de 78%. Mientras que solo 27% de la población migrante económicamente activa tiene algún título de educación superior válido en Colombia.
70% de los migrantes venezolanos tienen definida o formalizada su estadía en el país. Sin embargo, 30%, unas 75.000 personas, no tienen siquiera un permiso de trabajo. «Esa falta de formalización es una de las principales explicaciones para que los venezolanos en la ciudad en su mayoría tengan trabajos informales», indicó el reporte citado por el medio El Colombiano.
7 de cada 10 venezolanos con empleo tienen uno informal, mientras que en Medellín, para el resto de ciudadanos, esa cifra es de casi 4. Por fuera del departamento es peor: la informalidad laboral de los venezolanos en Antioquia es de 89%; es decir, solo 1 de cada 10 logra un empleo.
Esos pocos que consiguen un trabajo formal lo hacen en lugares donde los salarios son medios-bajos: uno de cada cinco en Medellín trabaja en negocios de alojamiento y restaurantes. En el resto del departamento, 25,7%, según el estudio, se dedica a la construcción.
La mayoría de migrantes viven en estratos 1 y 2, y no tienen acceso a crédito. De acuerdo con el estudio, solo 3 de cada 100 migrantes accede a crédito, mientras que para el resto de la población la estadística es de 19 por cada 100.
A pesar de el panorama, Medellín y el área metropolitana son el segundo destino predilecto para los migrantes en el país por la calidad de servicios que van desde el alcantarillado y la electricidad hasta el sistema de transporte y la educación, según el estudio.