Foto: Javier Perozo

La realidad de la crisis económica que viven las universidades ha hecho que espacios como la Biblioteca de la Universidad Simón Bolívar, tanto de Sartenejas como del Litoral, estén sobreviviendo con exiguos recursos para dar una mínima atención a los usuarios que hacen investigación, docencia y extensión, sean estudiantes, profesores, empleados o visitantes.

Uno de los puntos más débiles de estos recintos es el ataque que sufren las colecciones de libros y hemerográficas, por hongos, moho, polillas, comején y demás contaminantes del entorno, que a su vez son producidos por la imposibilidad de mantener un ambiente adecuado, incluyendo el buen funcionamiento del aire acondicionado, indicó el Departamento de Información y Medios en una nota de prensa.

“De acuerdo con el informe elaborado bajo la coordinación de la Dirección de la biblioteca para el Consejo Académico, las actuales condiciones de higiene, salubridad y conservación que tiene el edificio en Sartenejas con unos 15.000 metros cuadrados de construcción aunado a los más de 3.000 metros cuadrados del edificio correspondiente en Camurí, ponen en riesgo a 400.000 volúmenes de las colecciones que, en parte, están disponibles a los usuarios”, señaló.

De esos 400.000 libros, una cantidad está en depósitos a la espera de la respectiva catalogación para ser llevada a las estanterías y ponerla a la disposición de los usuarios, pero por la falta de personal permanece guardada.

“La biblioteca de la USB, que fuera modelo de funcionamiento y referencia de institución eficiente y moderna, hoy en día sufre los embates de la falta de mantenimiento oportuno y eficaz, pues en los últimos nueve años por las condiciones precarias de la universidad en general, han disminuido los trabajos requeridos para preservar los espacios y proteger las colecciones, tales como el aspirado de alfombras y libros”, recalcó.

Foto: Javier Perozo

En la nota se destacan los problemas que enfrenta la universidad: aspiradoras industriales inservibles, falta de personal de limpieza, meses de prolongadas fallas del aire acondicionado en las dos sedes, lo que ha llevado al deterioro progresivo del recinto y de las colecciones, pues se ha aspirado menos de 35% de la colección.

En lo que va de 2019 apenas se ha aspirado 1% del material en Sartenejas, cuando lo recomendable es aspirar todo trimestralmente, por lo que en la actualidad la Sala Hemerográfica, la Sala de Monografías, la Sala de Colecciones Especiales y los tres depósitos del sótano así como un almacén en la sede del Litoral están contaminados gravemente.

Asimismo, se encuentra medianamente contaminada la Sala de Reserva, particularmente la zona de libros en encuadernación y la colección de publicación previa a 1920, y están poco contaminadas la Sala de Tesis, la Sala de Referencia y el Departamento de Servicios Técnicos.

“El documento también revela la necesidad de limpieza y descontaminación a fondo de todas las áreas del edificio, tareas que no se realizan desde hace 9 años, y la eliminación del material que sea irrecuperable, del cual se estima que se deba desincorporar y eliminar entre 10% y 20% del material bibliohemerográfico, y entre 5.000 y 6.000 metros cuadrados de alfombra, y que, en la medida en que se postergue la limpieza, la proporción aumentará”, subrayó.

A manera de ejemplo, reza el informe, en diciembre del año 2018 los libros contaminados en la Sala de Colecciones Especiales se encontraban limitados a no más de 10% de la sala; a mediados de julio de 2019 esta proporción había crecido a 35%, y a mediados de septiembre de 2019 ya alcanzaba 75% de la sala.


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