canaima indígenas

35% de los indígenas que habitan en zonas de Canaima donde se practica la minería presentan niveles de mercurio que sobrepasan el límite admisible establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así lo reveló un reciente informe publicado por la ONG Clima 21, dedicada a la protección de los Derechos Humanos y ambientales.

El documento, titulado El pueblo pemón: dominación, resistencias y transformaciones frente al extractivismo depredador, detalló que los problemas ambientales en Canaima y su incidencia en la población pemón se vienen presentando desde el año 2011 cuando comenzó la explotación del oro y otros minerales por parte del Estado venezolano e inició el auge de la minería ilegal.

Investigaciones recientes, reseñadas por Clima 21, revelan la existencia de 15 sitios mineros dentro del área del Parque Nacional Canaima y 17 en zonas adyacentes.

Esto trae consecuencias ambientales muy negativas como el aumento de la presencia del mercurio en los caudales de los ríos y caños ubicados en las adyacencias de las zonas mineras. Los indígenas de Canaima se ven obligados a consumir agua contaminada, lo que pone en riesgo su salud.

Además, la precarización de la vida de los indígenas debido al efecto conjunto de la economía perversa minera y la emergencia humanitaria compleja que vive el país llevó a que muchas de estas comunidades se incorporaran a las actividades de explotación de minerales para poder sobrevivir.

30% de los habitantes de las comunidades indígenas son mineros y 36 de los 118 poblados practican abiertamente la minería.

«Esta práctica ha sido utilizada para criminalizar, estigmatizar y explotar a los indígenas», alertó el informe.

En los últimos 10 años han sido asesinadas 17 personas como resultado de conflictos relacionados con el control de los recursos mineros en territorio pemón. Asimismo, un número no específico de indígenas se ha visto forzado a migrar para huir de la violencia y la pobreza, según el informe.

Indígenas expuestos a problemas de salud

La exposición al mercurio, incluso a pequeñas cantidades, puede causar graves problemas de salud para los indígenas de Canaima.

Este mineral puede ser peligroso para el desarrollo intrauterino y también en las primeras etapas de vida. Además, es tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones, riñones y ojos.

El consumo hídrico contaminado afecta a más de 183 comunidades del pueblo pemón entre los municipios Angostura, Piar, Sifontes y Gran Sabana del estado Bolívar.

El documento también alerta que la práctica de la minería ilegal también incrementa la aparición de otras enfermedades graves como la fiebre amarilla.

«Por otra parte, la explotación del oro dentro del Parque Nacional Canaima está generando un grave deterioro ambiental de los ecosistemas allí presentes. Esta situación no solo tendrá efectos locales, sino a escala regional debido a las repercusiones que este deterioro puede tener tanto en la producción hidroeléctrica e hídrica derivada del río Caroní, así como por la expansión de la contaminación por mercurio. Adicionalmente el deterioro de este territorio podrá tener implicaciones negativas sobre el cambio climático», advirtió el informe.

Lejos de mejorar, las investigaciones prevén un aumento del daño generado por la expansión progresiva de la actividad minera a medida que se vayan incorporando nuevas zonas y se agoten las que actualmente están en producción. Asimismo, es previsible que un número mayor de personas, tanto habitantes del parque como fuera de este se incorporen a la minería.

«Es una preocupación legítima la integridad ambiental del Parque Nacional Canaima y Sitio de Patrimonio de la Humanidad. Pero la misma no puede centrarse de ninguna manera en la protección de sus ecosistemas, a la vez que se violan los derechos de los pueblos indígenas que allí habitan desde tiempos muy antiguos», se lee en el documento.


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