Eugenio Suárez lloró en el emotivo homenaje que le prepararon sus compañeros

Los Rojos de Cincinnati celebraron este miércoles en el clubhouse del Wrigley Field como si hubiesen clasificado a los playoffs. Pero el centro de la fiesta no fue un logro colectivo, sino un jugador en especial, aunque ese pelotero insistiera ante sus compañeros en que nada habría logrado sin el apoyo que le dieron.

Eugenio Suárez soltó las lágrimas cuando peloteros, coaches y empleados de su equipo le recibieron con una sorpresa en el estrecho camerino de los visitantes, en la casa de los Cachorros. Allí, en el centro, esperaba un mesón sobre el cual colocaron una descomunal botella de champaña, de esas que descorchan los pilotos que suben al podio en cada carrera de Fórmula Uno.

Aplausos, gritos y coros recibieron al toletero derecho, nacido en Puerto Ordaz y criado en Ciudad Piar. Un par de horas antes, poco menos, había roto el récord de 47 jonrones que Andrés Galarraga impuso en 1996 para un venezolano en una temporada de las Grandes Ligas. Con eso, además, igualó o rompió otras marcas para criollos, para la franquicia en la que juega, para latinoamericanos y para la MLB en general. Pero el festejo tenía la especial significación de haber superado al Gran Gato.

“Es difícil explicar cuán importante es lo que acaba de pasar”, expresó el manager David Bell, que tomó la palabra en medio del recinto para felicitar a su pupilo. “Venezuela ha dado peloteros extraordinarios, todos aquí hemos jugado contra ellos, y (Andrés Galarraga) dio más cuadrangulares (en una campaña) que todos. Es algo increíble”, añadió.

“La mejor parte de esto es la manera en que ‘Geno’ lo ha logrado. Ustedes saben cómo batalla, qué gran compañero es. La marca de vuelacercas es un gran logro, pero estoy aún más orgulloso de que juegue a nuestro lado”, agregó Bell.

Suárez se fundió en un abrazo con el estratega de Cincinnati, uno de muchos que repartió. Allí estaban sus compatriotas Freddy Galvis, Juan Graterol y José Peraza, que son parte del roster escarlata, y el trainer Tomás Vera, otro nacido en Venezuela.

El slugger bolivarense había hablado después del choque, entrevistado por la cadena FOX Sports Ohio, que tantas veces le ha buscado en esta justa después de sus bombazos. Los reporteros volverían a rodearle después. Pero antes, dejó fluir la champaña y brindó con sus compañeros.

“No tengo palabras”, les dijo, luego de que le gritaran pidiendo un discurso. “Estoy muy honrado de ser parte de este hermoso equipo. Esto es todo por ustedes, muchachos. Son parte de este momento. Y quiero agradecer a Dios, pero también a ustedes, por disfrutarlo tanto conmigo”, añadió.

Ya para ese momento lloraba de alegría.

La fiesta duró un rato más para los de Cincinnati. Pero tuvo un momento inesperado cuando todos posaron para las cámaras, rodeando a Suárez y el gigantesco botellón. Para sorpresa de muchos, sonó el Himno Nacional venezolano, a voz en cuello de los nativos presentes, y con palmas y gritos de los demás.

Aún le quedaban lágrimas por derramar al nuevo hombre récord de la expedición nacional.


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