El cuerpo humano es una estructura asombrosa y perfectamente funcional. Cada partícula del organismo cumple un papel fundamental en el desarrollo del individuo y queda de parte de cada persona darle el cuidado que necesita.

El corazón, como órgano más importante y centro del sistema humano, impulsa la sangre hacia el resto del cuerpo y, a través de las venas, la regresa de nuevo para limpiarla y hacerla nuevamente funcional.

Con la sangre, el corazón suministra oxígeno y nutrientes importantes para el funcionamiento de los demás órganos y estructuras. Alguna falla o enfermedad cardiovascular puede tener consecuencias graves para la persona, pero la buena noticia es que, según la Organización Mundial de la Salud, 80% de esas afecciones, infartos y ACV son prevenibles.

Los hábitos saludables reducen el riesgo de sufrir patologías y mantienen el corazón sano. Entre ellos:

  • Actividad física

La OMS recomienda realizar al menos 30 minutos diarios de ejercicio. Caminar, trotar, bailar, montar bicicleta, nadar o cualquiera que sea la actividad de preferencia. Estimular el trabajo de los músculos y el funcionamiento del metabolismo es importante para la salud del corazón.

  • Evitar el consumo de tabaco y alcohol

En tan solo un año sin fumar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o pulmonares se reduce a la mitad. De igual forma, la ingesta de alcohol significa calorías vacías que no aportan nutrientes al organismo y que en corto plazo se almacenan como azúcares en el cuerpo, es decir, grasa corporal que aumenta el riesgo de sufrir patologías.

El consumo moderado es un promedio de una o dos bebidas por día para los hombres y de una bebida por día para las mujeres, de acuerdo con el Texas Heart Institute.

  • Estrés

Durante episodios de estrés, el corazón se acelera, la presión arterial aumenta y el cuerpo necesita más oxígeno. Estas alteraciones son fatales para el cuerpo y en especial para el sistema cardiovascular.

La meditación, el yoga y el ejercicio físico son buenas herramientas para combatir el estrés y la ansiedad del día a día.

  • Buena alimentación

Una dieta sana, rica en nutrientes y baja en grasas estimula el buen funcionamiento del organismo. De acuerdo con un artículo publicado por la revista Muy Interesante, existen ciertos alimentos ideales para un corazón sano.

La nueces, por ejemplo, están asociadas a una menor mortalidad y, en concreto, a un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Estados Unidos, y publicado en la revista JAMA Internal Medicine. Sus efectos positivos son debidos a sus altos niveles de ácidos grasos omega-3 que protegen el corazón.

El brócoli proporciona vitaminas, minerales, fibras, antioxidantes, polifenoles, fitoesteroles, agua y enzimas que funcionan para prevenir enfermedades cardiovasculares, así como también lo hacen las fresas, el salmón, el aceite de oliva, la avena y las naranjas.

El chocolate negro, por su parte, ayuda a restaurar la flexibilidad de las arterias y promueve la circulación sanguínea saludable.

Otro de los aliados en la prevención es el ajo, alimento que reduce la tensión y la placa arterial, protege así el corazón y equilibra el colesterol.

Por último, el aguacate, rico en grasas monoinsaturadas que reducen los factores de riesgo que generan problemas cardíacos, como el colesterol malo. Además, ayuda a controlar el ritmo cardíaco, disminuye el riesgo de arritmias y previene infartos de miocardio, ictus y procesos neurodegenerativos.


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