Hace casi dos décadas, Steve Jobs se subió al escenario en un centro de convenciones de San Francisco para presentar un iPod, un teléfono y un navegador de internet. «No son tres dispositivos distintos», dijo. «Este es un solo, el iPhone». Desde entonces lidera el mercado a pesar de la competencia. Para 2024, un producto volvió a estar en boca de todos. Y no son las nuevas MacBook, iPads o iWatch, es un visor de realidad virtual: los Apple Vision Pro, un dispositivo único, exageradamente parecidos a los lentes de esquí y que, hasta ahora, mantiene muy divididas las opiniones de quienes han tenido la oportunidad de probarlos.
Este 22 de marzo, gracias a iStore Venezuela, los fanáticos de la tecnología y la innovación pudieron hacerse su propio juicio. La experiencia inmersiva de los Apple Vision Pro llegó al país para enriquecer la discusión de su funcionabilidad mientras el usuario hace uso del producto durante 5 minutos en la tienda.
Misael Sevilla, gerente de comercialización de iStore Venezuela, coincide con la oferta que Apple se ha encargado de desplegar: «Es una computadora espacial que combina el mundo físico y el digital, un complemento de su línea de dispositivos para que las personas trabajen, vean películas, jueguen y más», señala. De esta manera, cualquier universo imaginable está a la mano de quien se sienta en capacidad de coexistir virtualmente hablando, sin uso de ratones o teclados, dependiendo solo de las pupilas y los dedos índice y pulgar.
Experiencia única en el país
En iStore señalan que, a pesar de que muchos otros negocios están comercializando los lentes, en diferentes rangos de precio y capacidad, sus tiendas son las únicas en el país que brindan la experiencia de usuario.
Tienen 8 a nivel nacional: 6 en Caracas (CCCT, C.C. Líder, dos en el Tolón Fashion Mall, Sambil Chacao y Bodegón 212), una en Sambil Valencia y otra en Sambil Margarita. «Y solo en las tiendas ubicadas dentro de la marca Sambil tendrán los lentes a la venta y se podrá vivir la experiencia», apunta Sevilla.
Tienen un costo promedio de 5.550 dólares, alrededor de 2.000 dólares más que en Estados Unidos y en otros países donde se paga 3.500 dólares por el producto. En otras tiendas como iCenter o Mercado Libre los precios rondan los 5.500 y 6.000 dólares.
«Nosotros elegimos traer la gama de 512 GB de almacenamiento (hay de 256 GB y 1 TB también) porque nos pareció que la media se ajusta perfecto a las necesidades de los venezolanos», destacó el gerente.
Se venden bajo pedido y, a pesar de contar con 10 en inventario no solo para exhibición sino para la venta inmediata, la lista de espera asciende a las 30 personas. Las cantidades, insiste, son limitadas.
“Ya vendimos 50 unidades en Caracas y estamos a la espera de que nos llegue más mercancía en las próximas dos semanas”
Caja enorme, expectativas enormes
Se esperaría que las Vision Pro viniesen en una caja solo un poco más grande que su estuche, pero no es así: la caja es enorme, superior a la de un Mac Studio. Incluye:
- Los Vision Pro
- Sello de luz
- Dos cojines de sello de luz.
- Banda Solo Knit y banda Dual Loop, brindando a los usuarios dos opciones para el ajuste que les funcione mejor.
- El cargador (30W) USB-C
- Un adaptador de corriente USB-C.
- La batería externa y su cable de 1,5 m
- Un llamativo cuaderno de configuración inicial
- Una cubierta para la parte frontal del dispositivo
- Un paño de limpieza.
Como complementos, puede que muchas personas quieran incluir un estuche, que cuesta 200 dólares; unos AirPods con un valor de 180 dólares y las inserciones de lentes con medida de 150 dólares (para personas que usan lentes con fórmula).
Experiencia Apple Vision Pro
Marea. Es la primera sensación que produce. Ponerse los lentes, a pesar de contar con un dispositivo que automáticamente al sentir el rostro se ajusta a él por medio de sensores, resulta interesante. La instrucción es que los ojos deben estar alineados con las marcas que muestra la pantalla en frente. Tras validar no solo la identidad sino la forma del rostro, comenzaría el viaje por este universo de posibilidades que, según Apple, se convertiría en una versión mejorada de las computadoras personales.
La segunda impresión se puede comparar con el hecho de estar dentro de una cámara donde se puede ver el mundo exterior mientras se hacen malabares con diferentes aplicaciones, fotos y videos. Los botones solo pueden controlarse con los ojos, el foco es primordial, y los dedos. Mirar una aplicación equivale a pasar el cursor del ratón sobre ella; para hacer clic en él, se debe juntar el pulgar y el índice, haciendo un pellizco rápido. El gesto de pellizcar también se puede utilizar para mover y expandir ventanas.
Esto hace engorrosa la experiencia porque los botones desplegados a lo largo de la pantalla son muy sensibles al tacto. La torpeza persiste por más tiempo del deseado.
El Vision Pro incluye una perilla llamada Digital Crown. Girarla en sentido contrario a las agujas del reloj permite ver el mundo real en segundo plano, mientras mantiene las ventanas digitales de las aplicaciones en primer plano. Al girarla en el sentido de las agujas del reloj, se oculta el mundo real con un fondo opaco.
La prueba de 5 minutos fue muy poco tiempo como para hacer un juicio de valor, sobre el producto. Sin embargo, a pesar de los alunizajes y viajes astrales, películas de alta definición, grabaciones en 3D, juegos en primera personas y videos musicales donde el usuario es el protagonista, podría resumirse que la experiencia a nivel visual es disfrutable, pero en materia de funcionabilidad, es algo incómoda.
Apple Vision Pro: expectativa vs. realidad
Medios especializados en el tema resaltan que los Apple Vision Pro no son mejores para trabajar que una computadora y, hasta ahora, los juegos incluidos no son tan divertidos, lo que hace que sea difícil recomendarlo. Una característica importante, además, es que la capacidad de realizar videollamadas a través de FaceTime con un avatar digital humano que se parece al usuario, puede llegar a aterrorizar al público infantil. Hecho que, según el The New York Times, fue comprobado.
«Por muy bueno que suene esto de pellizcar las pantallas flotantes, no hace que el trabajo sea más eficiente», agregan en sus reviews algunos blogueros que han podido usar los lentes durante, al menos, una semana. «Pude tolerar hacer malabares con una aplicación de notas, un navegador y la aplicación Word de Microsoft durante no más de 15 minutos, antes de sentir náuseas», añaden.
Coinciden muchos en que los Vision Pro resultan más cómodos de usar mientras estás sentado. También afirman en que el producto brilla con los videos.
«Al ver películas a través de aplicaciones de emisión en continuo como Disney+ y Max, puedes pellizcar la esquina de un video y arrastrarla para expandirlo a una pantalla gigante de alta resolución; algunas películas, como Avengers: Endgame y Avatar 2, se pueden ver en 3D. La imagen se ve mucho más brillante y clara que la calidad de los productos Quest de Meta. La calidad de audio de los visores de Apple es excelente, pero las bocinas hacen mucho ruido, por lo que se necesitarán unos AirPods si quieres usarlos en espacios públicos», resaltan.
Advirtieron, por otra parte, que las aplicaciones de Netflix y YouTube no están disponibles, pero sus sitios web funcionan bien para transmitir contenidos.
Otra cosa que también se resaltó fue que la duración de la batería, solo de dos horas, no es suficiente para lograr una buena implementación de los lentes.
Los Apple Vision Pro son el comienzo de algo, pero no muchos están seguros de qué exactamente. Sí, es un impresionante producto de primera generación pero, en teoría y práctica, está incompleto.
«Tiene problemas y tendrás que hacer grandes concesiones al usarlo. Aparte de ser un televisor personal elegante, carece de propósito», señala un experto en tecnología del portal Wired.
No obstante y sin duda, la experiencia es asombrosa. Pero puede que exista una generación a la que no le guste encerrarse por completo en un visor. Los Vision Pro, entonces, son revolucionarios en llevar la computación espacial a los hogares de millones de personas, aunque no a los espacios públicos o como sustituto absoluto de la comunicación tradicional. Quizá cambie con el tiempo.