Con un colorido bazar navideño, los vecinos de Santa Clara, en El Cafetal, recaudaron fondos para recuperar el parque Las Brujas, uno de los más antiguos de la urbanización que está deteriorado por la falta de mantenimiento y el paso de los años.
Andrea Latorre, secretaria de la Asociación Vecinal Asoclara, indicó que por segunda vez se realizó esta iniciativa. La actividad reunió ayer a más de 15 expositores de la comunidad que ofrecieron a los asistentes una variedad de objetos y ofertas gastronómicas a precios asequibles. “La idea fue motivar a los vecinos a participar para rescatar la belleza de este hermoso parque que tenemos a nuestra disposición”, indicó.
La remodelación de las caminerías, la reparación de los bancos y del alumbrado, así como labores de desmalezamiento son los cuidados que el parque amerita para recuperar la majestuosidad de los 10.000 metros cuadrados de sus áreas verdes. “Es una bonita práctica con la que buscamos obtener un cambio y una concienciación a largo plazo”, dijo.
La vocera invitó a los habitantes del sector a sumarse a la actividad con el fin de reunir los fondos necesarios para reforzar las cercas perimetrales que han sido violentadas por visitantes foráneos. Señaló que mejorar la seguridad es otro de los objetivos que la asociación se plantea para resguardar el circuito del parque.
Clases de karate para niños, prácticas de tenis, clases de yoga y actividades de recreación para adultos mayores son los proyectos que Asoclara desea ofrecer próximamente a las 800 personas que integran la comunidad del sector, añadió Latorre.
Cachi Peñalver, residente de la localidad desde hace más de 30 años, destacó la labor de la asociación vecinal en su afán de rescatar el parque a través del bazar navideño que fomenta la integración entre los habitantes de la zona. “La alcaldía también nos ha ayudado, pero la falta de recursos les impide aportar más a la remodelación de los bancos y caminos que están muy deteriorados”, indicó.
Un parque con historia
El área verde bautizada como parque Las Brujas a mediados de los años setenta, debe su nombre a unas hermanas de la comunidad que realizaban allí prácticas espiritistas, recordó Peñalver.
Destinado al esparcimiento, el parque ha sido utilizado para fines diversos en el curso del tiempo. “En reiteradas oportunidades se le ha dado un uso indebido a sus espacios, por eso los vecinos se han movilizado y han intentado restaurarlo”, señaló.
Orquídeas y otras bellas flores, follaje y 10 especies de pájaros integran la flora y la fauna del complejo de áreas verdes que la comunidad se propuso rescatar en beneficio de los residentes que necesitan el área para recrearse, destacó.