Los sistemas de Metrocable de Caracas fueron creados como alternativas de transporte para las personas que viven en las zonas montañosas.

En la actualidad existen dos: el de San Agustín – Parque Central, que tiene una longitud de 1,8 kilómetros, y el de Mariche – Palo Verde, con 4,6 kilómetros. El primero fue inaugurado en 2010 y el segundo en 2012.

Pocas noticias se escuchan sobre estos tramos. Algunos podrían creer que funcionan a la perfección.

Pero la realidad es que el deterioro general que atraviesa el Metro de Caracas se ha propagado hacia las rutas de Metrocable. La falta de recursos, repuestos y la ausencia de un personal capacitado ha conllevado a que el servicio se preste cada vez con peor calidad.

Un trabajador de la compañía indicó que el Metrocable de San Agustín está operando solo con el primer tramo, que va desde Parque Central hasta La Ceiba. El segundo, que comprende El Manguito – San Agustín, se encuentra suspendido por falta de repuestos.

Entre los elementos que requiere el sistema se encuentran los bandajes de las torres, las pinzas de las cabinas y las pinzas prensa cables. Los Metrocables deben estar en constante mantenimiento porque siempre están sometidos a las vibraciones y el peso de los usuarios.

“Las gomas que mantienen los cables deben estar en perfecto estado para que no exista un roce entre cable y hierro. Es un sistema que debe contar con un mantenimiento muy riguroso”, indicó.

Al Metrocable de San Agustín le afecta principalmente que el reductor del motor está fallando. La función de dicho equipo es mantener la estabilidad de la velocidad.

La misma falla ocurre con el de Mariche, cuya velocidad tuvo que ser reducida de 5 metros sobre segundo a 3 porque es muy grave la vibración que sufre el sistema del reductor.

“Esta acción se tomó para evitar poner en riesgo la seguridad de los usuarios”, explicó el trabajador.

Afirmó que 30% de las cabinas se encuentran paralizadas. Algunas tienen los vidrios o los bancos rotos. Hay otras que incluso han recibido disparos mientras se movilizan. Las que han sido desincorporadas son utilizadas como fuente de repuestos para las cabinas que aún funcionan.

Además de la falta de un personal calificado, los trabajadores de Metrocable no cuentan con las condiciones de seguridad necesarias. Les hacen falta guantes, botas de seguridad y arneses.

“Hay un personal que, como fue ingresado a dedo, no tiene la mística de trabajo y están como que llenando la nómina”, dijo.

Advirtió que tampoco hay empleados capacitados para actuar en caso de que el reductor se tranque. “Si eso pasa, no habrá un personal que vaya a atacar esa falla al momento. Entonces lo que puede suceder es que los usuarios se queden en las cabinas hasta por cuatro o cinco horas colgados”, aseguró.

El trabajador señaló que miembros de la empresa austríaca que instaló el sistema hicieron una inspección. De allí concluyeron que el Metrocable pareciera que tuviese entre 30 o 40 años de haber sido construido.

“El deterioro del Sistema Metro de Caracas es general”, lamentó.


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