Ayer en la mañana cinco niños con diagnósticos de dengue, celulitis, descompensación por leucemia, cardiopatía y neumonía amanecieron sentados en sillas, en vez de en camas, en el Hospital J. M. de los Ríos porque la viceministra de Salud, Moira Tovar, exigió que no se refirieran pacientes a otros centros de salud, a pesar de que se trabaja a la mitad de la capacidad debido a las remodelaciones iniciadas el 22 de junio cuando el Ejecutivo aprobó 79 millones de bolívares.

Para 15 pacientes que se debían hospitalizar en Medicina 3,  hay solo 5 camas disponibles. En la sala de Medicina 4 de 20 camas solo se pueden usar 11; y en Emergencia de 23 solo hay 8 disponibles, porque todas las áreas están siendo intervenidas al mismo tiempo. Se había prometido que el 1° de agosto se podrían hospitalizar los niños, pero hasta la fecha aún no les dan respuesta a los médicos, pese a que se ha informado que hay 95% de avance en las obras.

Durante los trabajos se había previsto dejar un quirófano habilitado para que no se paralizaran las operaciones, pero las 7 salas que tiene el hospital están cerradas por los trabajos.

Las dos áreas de medicina interna en donde se hospitalizan niños con epilepsia, diabetes, hipertensión, neumonía y con cáncer están inhabilitadas junto con 70% de la Emergencia.  Los posgrados quirúrgicos también están suspendidos.

Los médicos aún dudan de si la remodelación será funcional porque no se les consultó sobre su trabajo antes de comenzarla.

“A los quirófanos se le están haciendo arreglos para ponerlos operativos. Cambian lámparas y paredes. En Medicina 3 y 4 están instalando paredes de cartón piedra y el piso es un papel tapiz que simula una cerámica azul. Se ve bonito, pero no sabemos si será funcional. Pintaron paredes y fachadas. La parte externa está bien maquillada y se arreglaron los jardines”, cuenta un médico que prefiere reguardar su identidad, porque la nueva directiva que lidera el también viceministro Exavier Campos ha amedrentado a los médicos que denuncian las irregularidades.

A principio de año la Unidad de Gestión de Tecnología en Salud de la USB informó sobre una evaluación hecha al centro asistencial en el último trimestre de 2016: había 11 obras sin terminar y solo una de ellas tenía un valor de 120 millones de dólares, mientras que el presupuesto asignado, calculado a tasa Dicom, equivalía a 30.106.000 dólares.

Según el mismo estudio el servicio de Banco de Sangre tenía 0% de operatividad y 15% de tecnología disponible; el laboratorio podía atender 15% de los pacientes, y 5% de su tecnología es la que funcionaba; en Radiología se tenía 0% de capacidad de atención y sus equipos no servían; en Cuidados Intensivos se trabajaba a 40% de su capacidad y su tecnología tenía 65% de funcionamiento.


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