Camionetas abarrotadas, retraso en las líneas del Metro y muestras de un cansancio general por el estado del transporte público fueron los protagonistas en la tarde de este lunes luego de que una falla en la subestación Santa Teresa, ubicada en los Valles del Tuy, dejara sin luz a la Gran Caracas.

Ante esta situación, un gran número de personas se desplazó a pie hasta sus destinos. Irse en camioneta resultó un desafío por las pocas unidades y un golpe para el bolsillo de los transeúntes por la falta de efectivo. “Para El Valle están cobrando hasta 5.000 bolívares”, expresó un señor que esperaba en las afueras de la estación Altamira y que aseguró tener más de una hora esperando una camioneta.

Desde este lunes, el pasaje en Caracas pasó de 700 a 1.000 bolívares, aunque no ha sido aprobado en Gaceta Oficial. Sin embargo, con la falla eléctrica que ocurrió desde el mediodía, muchos transportistas incrementaron de forma desproporcionada las tarifas. “¿Qué puedes hacer? Si te quieres ir tienes que pagarlo”, comentó Carmen Sánchez, quien se dirigía a Parque Central.

Las alternativas que dejaron de serlo

Tomar un taxi o un mototaxi era una de las primeras opciones cuando conseguir efectivo no era un reto para los venezolanos. Como muestra, en las afueras de varias estaciones del Metro de Caracas son comunes las líneas de mototaxi.  

El precio mínimo de una carrera en este tipo de transporte oscila entre 12.000 y 15.000 bolívares. “La gente no tiene efectivo, tampoco tiene dinero”, dijo Edgar Contreras, mototaxista que trabaja en Los Cortijos, quien solo realizó tres carreras desde que ocurrió el apagón.

“Un taxi me quiere cobrar 80.000 bolívares hasta la avenida San Martín”, dijo con preocupación una señora que esperaba en los alrededores de la plaza Francia de Altamira. Así como ella, otras tantas rechazaron los precios que les propusieron los taxistas y continuaron aguardando por una camioneta que las pudiera llevar a sus destinos. 


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