Uno de los momentos más sensibles y delicados para una familia es la pérdida de un ser querido. Muchas veces a ese duelo se le suma la angustia de los gastos del velorio y entierro, que muchas veces no pueden ser cubiertos por su alto costo.

Las urnas, de madera o hierro, son uno de los elementos que más se utilizan para la sepultura; sin embargo, debido a la creciente inflación y escasez de materiales para realizar estos cajones en el país, muchas familias tienen que optar por la cremación o la construcción de cajas improvisadas para dar sepultura a sus fallecidos.

Ante esta realidad, Javier Montoya, presidente de la Asociación Profesional de la Industria Funeraria (Asoproinfu), explicó que la situación es bastante delicada en estados como Delta Amacuro, donde en algunas localidades las personas no tenían urnas y utilizaban fosas comunes para sepultar a la gente.

“El sector requiere anualmente de 13.000 toneladas de acero pulido para fabricar la cantidad de urnas que satisfagan la demanda. También necesitamos pintura e insumos para el acabado externo”, dijo Montoya en entrevista exclusiva a El Nacional Web.

Montoya explicó que cada lámina de acero pulido cuesta en el mercado internacional 10 dólares. Para producir cada urna se requieren mínimo cuatro: por lo que se necesita gastar 40 dólares en el material para construir los féretros.

“Una urna está entre Bs 8.000.000 o Bs 9.000.000. Todos los materiales que necesitamos aumentan constantemente debido a la inflación. Necesitamos que Sidor nos ayude con el suministro de las láminas para abaratar algunos costos”, explicó.

El director de finanzas de Asoproinfu, Simón Gallardo, indicó que tampoco han recibido divisas de los sistemas oficiales como el Dicom, señaló que les toca acudir a la compra de dólares en el mercado paralelo porque “la oferta estatal ha sido muy escasa”.

La situación no se limita únicamente a las urnas. Otros métodos como la cremación y las bóvedas de los cementerios también tienen complicaciones. Montoya añadió que, por ejemplo, los hornos crematorios estuvieron parados algunos meses en el estado Zulia porque no les llegaba el gas para su funcionamiento.

Carrozas funerarias con más de 50 años

Otro de los problemas por los que atraviesa este sector es el parque automotor. Montoya explicó que las carrozas funerarias que hay en el país datan de las décadas de los sesenta y setenta. En algunos casos, muchos de los vehículos dejaron de funcionar correctamente por la cantidad de años de uso.

“Nosotros no contamos con una modernización de la flota. Tampoco nos suministran productos como el aceite para los vehículos. Necesitamos colaboración del gobierno para evitar mayores complicaciones”, alertó.

Gallardo explicó que el sector ha atravesado por muchos años de desinversión que se ven reflejados en la antigüedad de la flota de carrozas. “Este no es un tema que no se puede resolver con pañitos calientes, necesitamos acuerdos con el gobierno que nos ayuden a manejar la situación”, sostuvo.

Sin respuestas

Los dos directivos aseguraron que enviaron cartas a la Asamblea Nacional, Consecomercio y a la asamblea nacional constituyente para pedir una solución ante las carencias del sector. Hasta el momento no han recibido respuesta de ninguno de los organismos.

Gallado explicó que la asociación hace donaciones a las personas de escasos recursos que no pueden pagar una urna a los precios actuales. Agregó que están dispuestos a recibir apoyo de quienes quieran colaborar.

“Nosotros no tenemos tinte político. Seguimos apostando por Venezuela y sus profesionales. A ellos les decimos que en la asociación se necesitan tanatólogos, contadores y otros especialistas que nos ayuden a salir adelante”, sentenció.


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