Grupos de hombres y mujeres delincuentes, de edades varias, acechan, persiguen y asaltan a las personas que transitan por la avenida Baralt, a la altura de Capitolio, especialmente a la salida de la estación del Metro. Las desprevenidas víctimas son observadas por los sospechosos que se colocan en puntos estratégicos, desde donde detallan si la persona lleva algún objeto de valor para luego seguirla y robarla, aseguran comerciantes y residentes del sector, que también manifestaron el suplicio que viven a diario por la inseguridad en la zona.

El modus operandi consiste en que tres mujeres jóvenes siguen de cerca a la persona y una de ellas le arrebata el objeto deseado, mientras las otras dos gritan y voltean como si estuvieran viendo huir al supuesto ladrón. El trío de malhechores simula susto por lo ocurrido y consuela a la persona asaltada, que ignora que está frente a las ladronas. Para despistar a la aturdida y confundida víctima, una cuarta mujer, delincuente también, se acerca al grupo y asegura que vio al presunto ladrón. Esta modalidad es solo una de las muchas que emplean los asaltantes en Capitolio.

La situación ocurre durante todo el día, a escasos metros de un módulo de la Policía Nacional Bolivariana en la plaza Miranda, relató un comerciante de las adyacencias.

En septiembre un hombre de 25 años de edad que iba camino a su casa a las 6:00 pm fue sorprendido por cinco jóvenes, cuyas edades están entre los 17 años y los 22 años de edad. Lo abordaron en la esquina de La Gorda y lo desmayaron aplicándole presión en el cuello para impedir el paso de oxígeno; quedó inconsciente varios minutos, que fueron aprovechados por los bandidos para despojarlo de sus pertenencias.

La banda. Los delincuentes tienen entre 13 años y 48 años de edad. Actúan de manera organizada y con el apoyo de personas que se mantienen en las afueras de la estación del Metro, bajo la figura de vendedores ambulantes y con la función de encubrir. Una vez que se ejecuta el delito, los ladrones acuden a ellos para el resguardo de los objetos robados, relató un residente cuyo balcón le permite observar en ocasiones la acción delictiva.

Hernán Matute, fundador de la Policía de Caracas y coordinador general de Unidad de Protección Vecinal, aseguró que en el casco histórico de la capital y zonas aledañas la situación es de desorden y descuido, lo cual le resulta preocupante, ya que “en años anteriores el sector era resguardado por diferentes fuerzas policiales que hoy brillan por su ausencia”. Indicó que mientras estuvo al frente de Policaracas, al menos 80 funcionarios se distribuían cada día en la parroquia Catedral, pero eso no existe hoy. “Los delincuentes encuentran en Capitolio un nicho de impunidad en pleno centro de Caracas”, expresó.

Diariamente se cometen arrebatones en las colas de las paradas del transporte público que va a El Paraíso y La India, de acuerdo con los reportes a Uniprove. Mujeres y adultos mayores son los más vulnerables. Los robos son cometidos sin violencia ni contención, y en ocasiones los delincuentes se retiran caminando “porque no hay nadie que interfiera, ni los que están presentes en la cola ni funcionarios”, aseguró Matute.

Otra forma muy común es el robo en busetas. Los delincuentes, luego de seleccionar a las personas que entran en las camionetas, las roban en las mal llamadas “cuadras de la muerte”, que es el trayecto que va desde la plaza Miranda hasta el Instituto Nacional de Nutrición. Indicó que los cuerpos policiales deberían estar atentos para saber dónde y cómo actuar.

Crimen sin castigo. Caracas es una de las ciudades más peligrosas del mundo. En el municipio Libertador se registraron 1.007 homicidios ocurridos de enero a octubre de 2018, de los cuales 368 fueron por resistencia a la autoridad. Durante ese período se reportaron 2.020 robos genéricos y un total de 1.700 vehículos entre robo y hurto ocurrieron en el municipio, según la Policía Nacional Bolivariana.

Hasta la semana número 43 del año, en la parroquia Catedral se registraron 13 homicidios, 2 de los cuales fueron por resistencia a la autoridad; 110 robos genéricos y 51 robos de vehículos reportados. Sin embargo, la seguridad de Capitolio, en la parroquia Catedral, que es el centro del poder, está a cargo del cuadrante de paz número dos, integrado por funcionarios de la Policaracas, PNB y GNB, quienes a través de patrullaje inteligente realizan un recorrido a pie por la zona y en unidades a lo largo de la avenida Baralt, por la que circulan alrededor de 13.990 vehículos diariamente.

Fuentes policiales informaron que, pese a que un componente policial se sumó a la lucha contra la inseguridad de la zona, se necesitan al menos 12 funcionarios para reforzar el perímetro, ya que los delincuentes abundan por todo el lugar, principalmente de la esquina de La Gorda a la esquina de La Pedrera. “Allí podrían triplicar el número de funcionarios activos”, indicó uno de los consultados.

Si de verdad se pretende acabar con la delincuencia en la zona, Hernán Matute señaló que la primera acción sería la presencia policial, pero no una policía que improvise sino funcionarios que estén entrenados y con apresto policial en cada uno de los delitos para saber cómo actuar ante cada uno de ellos.

“Si se conoce la modalidad en la ejecución de la falta, se podrá realizar una mejor actuación”, aseguró Matute. Agregó que debería haber policías vestidos de civil, y que los uniformados podrían cubrir el área a pie, en bicicleta, motos y patrullas, además de supervisión adecuada que los dirija hacia el cumplimiento de sus funciones y los dote con las herramientas de trabajo necesarias.

“Una policía sin buena paga, sin seguro, sin entrenamiento ni supervisión y sin instrumentos de trabajo no puede realizar una labor decente, ni eficiente”, afirmó el ex fundador de Policaracas.

El Dato

En diciembre  de 2017 un hombre  de aproximadamente 24 años de edad yacía muerto en la esquina  de La Pedrera. Presuntamente desconocidos lo abordaron para despojarlo de sus pertenencias y murió a consecuencia de la golpiza.

El 12 de febrero de este  año Karunn Rondón, de 48 años de edad,  murió después de pasar siete días de agonía  en un centro médico donde fue ingresado luego de recibir una golpiza de delincuentes que lo atacaron en la esquina de La Gorda. Murió el 19 de febrero, debido al desprendimiento  de un riñón. El 13 de agosto pasado tres hombres fueron aprehendidos por funcionarios de la PNB. Les incautaron 60 celulares en la estación Capitolio del Metro. 2.020 robos genéricos, y 1.700 casos de robos y hurtos de vehículos ocurrieron en el municipio Libertador, en 2018

“Los delincuentes encuentran en Capitolio un nicho de impunidad en pleno centro de Caracas”, dijo Hernán Matute, fundador de la Policía de Caracas


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