Actualmente, cientos de ciudadanos sufren directamente el decrecimiento de la producción de gas propano. Protestan, trancan las calles con bombonas de gas vacías y son reprimidos por la Guardia Nacional Bolivariana, que incluso detiene a los manifestantes por reclamar la escasez del servicio público.

983 protestas, registradas en septiembre por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, tienen como eje principal la falta de gas doméstico.

«El gas doméstico escasea desde hace siete años. Lo que ha ocurrido es que se ha acentuado más la situación», comentó Nelson Hernández, experto en explotación de hidrocarburos, quien explicó a El Nacional Web que la falta de oferta del gas doméstico se debe a la baja de la producción petrolera y mala gestión de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

«El descenso de la explotación de petróleo implica una baja en la producción de gas asociado, y esto a su vez significa una disminución en la producción de propano. A esta situación se suma la deficiente operatividad, por falta de mantenimiento de las plantas de extracción de propano del gas natural», señaló Hernández.

La reducción dramática de la explotación de crudo que está en sus niveles más bajos en las últimas seis décadas de acuerdo con las cifras de la OPEP, que se ubicó en menos de 1.200.000 barriles diarios en el mes de septiembre, produjo el desenlace que plantea el experto.

No es la única causa de la debacle. El error humano en Pdvsa es el otro vértice de la crisis de producción de propano en el país.

«Un problema clave es la mala gestión de la logística de distribución de propano a la población, originada en la empresa estatal Pdvsa Gas Comunal, dirigida por personal que no es idóneo, y por el deterioro de la infraestructura del negocio, sobre todo lo concerniente al transporte del producto. Dicha empresa fue creada por el régimen para mejorar el servicio, según ellos, y estatizaron 80% del negocio privado», explicó.

De acuerdo con datos suministrados por Hernández, quien pertenece también a la otrora conocida como «Pdvsa Azul», el consumo interno del gas doméstico en el año 2018 se ha contraído a niveles similares a los del año 1998. Venezuela, calificada reiteradas veces por Nicolás Maduro como potencia gasífera, ha pasado de exportar gas a importarlo, debido a que la producción interna no puede cubrir la demanda nacional.

La falta de suministro del servicio regulado desembocó en la venta ilegal de bombonas de gas propano, razón por la que los ciudadanos deben pagar hasta dos salarios mínimos. Los que se resignan pasan horas en largas colas bajo el sol en los llenaderos, lo cual no les garantiza que logren acceder al hidrocarburo.

«El servicio más caro es el que no se tiene. La eficiencia en distribución del Gas Licuado de Petróleo ha venido en decadencia por lo que he explicado. Ahora muchas personas pagan precio adicional al establecido debido al bachaqueo del producto y pagan un precio extra por llevar la bombona, al menos en Caracas, desde la parte baja hasta su casa en la cúspide del cerro», aseveró.

Una ingente cantidad de recursos, tecnología y recurso humano idóneo son los tres factores necesarios que Hernández considera necesarios para superar esta situación, que a su juicio tardará varios años en superarse.

«Mi estimación es que si comenzamos hoy a recuperar el negocio del Gas Licuado del Petróleo (GLP), tardaríamos cuatro años en eliminar la problemática y regresar a lo que se tenía antes como normal, es decir, que el usuario recibía el producto a los tres días de haberlo solicitado. Hoy ese lapso dura hasta un mes», detalló.


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