En la capital del estado Bolívar se contaron día a día, como campanadas, los centímetros que crecía el río Orinoco hasta que ayer alcanzó el nivel 18,00 milímetros sobre el nivel del mar, con lo cual llegó a la cota de alerta roja, lo que movilizó a autoridades de la entidad y funcionarios de Protección Civil hasta las zonas más bajas. Los sectores ubicados en el municipio Heres fueron los más afectados: el sábado en la noche se contabilizaban cerca de 1.400 damnificados debido a las inundaciones.

En el estado Apure, donde habitantes de El Amparo y Puerto Páez son víctimas de inundaciones desde finales de junio, la crecida del río continuaba en aumento, y la gente que ya había huido de Puerto Ayacucho, estado Amazonas, debido a las graves inundaciones en esta entidad –las mayores de todos los estados del sur del país– ayer se disponía a abandonar el lugar. El estado fue declarado en emergencia.

El cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Mérida y administrador apostólico de Caracas, expresó su solidaridad con los habitantes de las entidades afectadas por la crecida del río Orinoco. “Muchos habitantes de los estados Amazonas, Bolívar, Apure y Delta Amacuro están bajo las crecientes del Orinoco y los damnificados son muchos. ¿Adónde recurrir? La urgencia espera de todos solidaridad. Desde Cáritas brindamos lo poco que podemos”, expresó en su cuenta de Twitter.

“Es probable que en Ciudad Bolívar el Orinoco aumente su nivel y sobrepase la segunda crecida histórica más alta en 1976, cuando llegó a 18,05, debido a las fuertes lluvias que caen en el sur del país y en los llanos colombianos”, explicó el ingeniero Valdemar Andrade, especialista en hidrometeorología. Precisó que al haber ocurrido la crecida del río en Puerto Ayacucho, las aguas también aumentan su nivel en la capital del estado Bolívar.

Los efectos son predecibles, dijo. Las partes bajas de la ciudad, como el municipio Heres, son los más afectados, por lo cual indicó que las autoridades deben ordenar el desalojo inmediato de esas zonas e, inclusive, iniciar jornadas de vacunación, pues toda la urbe estará cubierta de agua y aunque el nivel descienda, quedarán grandes pozos que propiciarán la existencia de plagas.

Aseguró que con los altos niveles alcanzados por el Orinoco, las inundaciones ocasionadas son las segundas más graves ocurridas en el país en los últimos 100 años. La primera ocurrió en 1842.


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