A mediados de la mañana de ayer, en la plaza Brión en Chacaíto, la gente empezó a rodear a un grupo de manifestantes muy particular: mientras algunos levantaban pancartas a favor de la protesta pacífica, otros se dedicaban a dibujar sobre el suelo siluetas de personas tras ser abatidas por cuerpos policiales o por el hampa, tal y como suelen ser esbozadas por las autoridades. Y había también quienes recitaban versos, tocaban guitarra o dejaban oír el toque fuerte de la percusión ante una ciudadanía espontánea que aplaudiendo una y otra vez exhibía su solidaridad con el evento.

“Una acción por la vida”, título de esta iniciativa, es también el nombre de la plataforma de organizaciones que la hizo posible: Caracas Mi Convive, Red de Activismo e Investigación por la Convivencia (Reacin), Organización de Familiares Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos, Escuela Creamúsica, Redes Ayuda y el portal Efecto Cocuyo.

Verónica Zubillaga, miembro de Reacin, recordó que a fines de marzo, cuando la fiscal Luisa Ortega Díaz denunció que había ocurrido una ruptura del hilo constitucional, dijo también que 21.752 personas habían muerto de manera violenta en 2016, de las cuales 4.667 murieron por obra de las fuerzas del orden. La magnitud de esas cifras es lo que “Una acción por la vida” quiere poner de relieve: “El Estado está en la obligación de garantizar el derecho a la vida que la ola de represión viola y amenaza cada día. Por ello nuestro clamor es por políticas distintas a la militarización. Tenemos 40.000 familiares de víctimas en un solo año”.

Esta “intervención” en la actividad cotidiana de los ciudadanos en la que algunos activistas exhibían carteles en los que se leía “Defendemos el derecho a la vida” o “Exigimos el control de armas y municiones ya”, fue para Roberto Patiño, cofundador del movimiento Mi Convive, una manera eficaz de evidenciar “la tragedia de la violencia que las OLP ocasionan y las muertes de tantos manifestantes pacíficos”: “Porque todo forma parte de un mismo fenómeno de fuerza que hay que derrotar. Lo urgente, hoy por hoy, es proteger la vida que es, además, un derecho humano constitucional”.


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